jueves, septiembre 30, 2010

Seven Nautical Miles - Every Ocean Reversed (2008)

Se me está empezando a hacer larga la espera para que Cult Of Luna, una de las bandas más grandes y aclamadas del mundo introvertido y a la vez maravilloso del Post-Metal, saque nuevo trabajo. Tras su espectacular Eternal Kingdom, muchos seguimos frotándonos las manos mientras esperamos a que la banda se manifieste nuevamente después de estar lanzando algunos DVD's en estos 2 años concurridos. Mientras tanto, podemos disfrutar de algunas bandas que recogen directamente el auge de la banda. Hace poco ha sido con los increíbles Rosetta y su asombroso A Determinism Of Morality, pero hoy quiero hacer hincapié en una banda mucho menos conocida que la anterior citada: Seven Nautical Miles.

Seven Nautical Miles es una banda muy joven. Nacidos en 2005 a partir de la banda de Thrash Metal Machinery Of Suffering, sus orígenes se encuentran principalmente en Pitea (Suecia), siendo vecinos directos de Cult Of Luna. Every Ocean Reversed es el disco debut de la banda lanzado en 2008, poco después de que sus congéneres más cercanos lanzaran su Eternal Kingdom, y os puedo decir que la influencia clara y directa de los pilares del Post-Metal es clara. No sólo de Cult Of Luna, también de gente como Isis. Y tal llamaron la atención en su momento, que entre todas esas miradas que cayeron en la banda, una de ellas fueron la de Magnus Lindberg (Cult Of Luna), lo que propició a que la banda se diera mucho más a conocer dentro de su sector. El hecho de fichar para Sound Devastation Records también es un aliciente para darse a conocer, pues bajo este sello han lanzado discos bandas del calibre de los ya extintos Fall Of Efrafa.

6 temas de proporciones acústicas sorprendentes que nos harán sentir como si estuviéramos escuchando propiamente a Cult Of Luna. Y cuando las copias lo hacen hacer tan bien como la banda original, bienvenidas sean. Pero como ya he comentado antes, también muestran resquicios propios de Isis y Rosetta, no hay más que escuchar Landscapes y prestar atención a las partes y riffs en donde la voz se encuentra ausente para percatarse de ello. Sin embargo, la banda muestra igualmente su propia alma, la cual se puede dislumbrar fácilmente a partir de Thieves.

Desde la increíble Crane donde muestran la faceta Cult Of Luna al 100%, hasta la ensoñadora Take Me Away, pasando por temas como Hide Away The Sun (un tema simplemente para tumbarse y dejarse llevar) o Our Eyes, también es posible que en ciertos riffs nos recuerden a otros poco conocidos, pero gordos en lo suyo: Transmission0. A Thieves me remito, en donde ese sonido tan grueso, lento y marcado mientras la voz desquebrajante de Mathias Öystilä guía el tema hacia lugares inhóspitos.

Ciertamente, no hay nada como esto para hacer más amena la espera hasta el próximo disco de Cult Of Luna (a saber cuándo se manifestarán...). Zambulliros en las profundidades de este monstruo de 7 tentáculos que sería capaz de hacerle frente al mismísimo Cthulhu (bueno... quizás).



Puntuación: 9/10

miércoles, septiembre 29, 2010

Hail Of Bullets - On Divine Winds (2010)

Hoy es un día "especial", día de huelga general. ¿Y por qué? Porque nos están llevando a la puta ruina en este país. Recientemente se ha aprobado una nueva reforma laboral que apoya directamente a las empresas y recorta los derechos de los trabajadores, haciendo que a una empresa le resulte más barato echar a un trabajador que renovarle el contrato, y sin réplica ninguna que valga por parte del afectado, llegando a poder realizar despidos sin mera objetividad alguna. Una burrada, vaya, que hace que este país resulte más de pandereta y nos vayamos todos a pique. Es por ello que hoy reivindicamos nuestros derechos como trabajadores y nuestro futuro haciendo huelga general.

Sin embargo, no me extrañaría que de aquí a un futuro acabe sucediendo algo como lo ocurrido hace poco en Grecia, una auténtica revolución, una auténtica "guerra". Y ya que estoy nombrando guerras (y aunque esto pueda parecerle a alguien una medida bochornosa para introducir una reseña, cosa que me la pela), creo que es preciso hablar de lo nuevo de esta súperbanda en todo su esplendor. Hail Of Bullets no es una banda cualquiera, sin duda. Militada principalmente por Martin Van Drunen (Asphyx, ex-Pestilence) y Ed Warby (Gorefest, Demiurg), y con miembros de la banda de Death/Thrash Thanatos, nos encontramos ante un proyecto colosal, que trata de rescatar el sonido del Death Metal de la vieja escuela apegado a otros géneros como el Thrash y el Doom Metal (como muchos han empezado a hacer poco a poco).

Podríamos decir que el grupo es directamente un asalto a nuestras neuronas. Basando sus letras en las guerras bélicas, On Divine Winds nos hará pasar de las frías fronteras de Stalingrado de su anterior ...Of Frost And War, a los ataque aéreos y bombardeos de la batalla de Pearl Harbor. Y lo cierto es que este nuevo disco supone todo un armamento de artillería pesada, en donde el grupo nos acribillará a balazos en forma de temas como pueden ser Operation Z, Guadalcanal o Tokyo Napalm Holocaust, con un sonido muy influenciado y propio de bandas como Bolt Thrower o Autopsy, como ellos mismos afirman ser así. Incluso podemos notar resquicios propios de Entombed y Dismember en sus momentos más gloriosos. La composición, ejecución y efectividad de los temas supera con creces a su anterior disco, donde no pararemos de hacer sufrir nuestro esternocleidomastoideo a base de headbanging y sacudidas violentas. Unos riffs que quitan el hipo, acompañados de la perfecta ejecución de Ed Warby que muestra de dónde ha venido, y la portentosa voz de Martin Van Drunen, tan rasposa y omnipotente como pocas hay en la escena del Death Metal. Por si fuera poco, también se atreven con algunas

Condensación sonora inigualable, y que muestra la profesionalidad e importancia de los músicos que componen este proyecto. Da gusto encontrarse con joyas como ésta, que nos hacen volver al pasado cuando el Death era sonido cavernoso y directo a la cara sin contemplaciones. Y si encima tratan de la Segunda Guerra Mundial, uno de los puntos de la historia que más me llaman la atención, pues mejor que mejor. Y todo esto bajo Metal Blade Records, ¿qué más se puede pedir?

¡Preparaos, esto es la guerra!



Puntuación: 8'75/10

martes, septiembre 28, 2010

Abigail Williams - In The Absence Of Light (2010)

Durante toda la historia del Metal, hemos presenciado cambios en el sonido de diversas bandas que han dado mucho de qué hablar. Algunas han mantenido su calidad (Anathema o Katatonia como el mejor ejemplo), otras han ido a mejor (Pantera, el primero que me viene a la cabeza), y otras a peor (Cryptopsy...).

Hoy, éste es el caso de Abigail Williams, y el cambio de tuerca en su sonido que han realizado con su nuevo disco, y del que nadie se habría esperado jamás, aunque algo empezaba a atufar ya desde un principio. Cogiendo el nombre de la mujer de igual nombre que fue juzgada de bruja en los juicios de Salem, la banda impactó en sus comienzos con una muestra de un Deathcore con sinfonías e influencias propias del Black Metal más propio de una catedral gótica, cercanos a sus congéneres más aproximados que son Winds Of Plague, y en lo que algunos se han atrevido a definir como Blackcore. Que se acepte o no dicha etiqueta, es algo en lo que no entraré en debate. Tras atraer la atención del público con su EP Legend, la banda se disuelve en 2007, pero no pasaría un año hasta que la banda volviera a formarse y anunciara la llegada de su disco debut, In The Shadow Of A Thousand Suns, lanzado bajo Candlelight Records, y producido por James Murphy (Obituary, Death, Testament).

2010 ha sido el año elegido para que la banda lance su nuevo disco, pero ya no queda ningún resquicio del Deathcore de antaño, no. Quedando Ken Sorceron como único miembro original de la banda, y con todo el resto de la formación fuera de éste, Abigail Williams se ha visto envuelto completamente por el Black Metal sinfónico que mostraba por entonces como influencia, y como si de Peter Parker se viera atrapado absolutamente por el simbionte negro (sí, comentario friki), la banda ha mutado completamente en puro Black Metal aferrado a las sinfonías y las melodías, cambiando incluso la estética del grupo. La verdad es que este cambio sólo puede tener dos repercusiones: que lo acabes adorando, o termines repudiándolo. Porque está claro que este cambio pueda decepcionar a muchos fans de la banda que esperaban otra vuelta de aquel sonido que mostraban con In The Shadow Of A Thousand Suns, pero lo cierto es que este nuevo In The Absence Of Light no supone una pérdida de calidad de la banda. Diría que incluso al contrario. Ken Sorceron muestra, a pesar de las aversiones con su cambio, que su imaginación es lo primordial en la banda, y que da igual lo que toquen, todo recae en su inspiración compositiva.

Para esta ocasión, Ken Sorceron ha decidido producir el disco, no sin antes pasar por las manos del grandioso Peter Tägtgren (Hypocrisy), que parece que, cual Rey Midas, todo lo que toca lo convierte en oro. Nuevamente el disco sale bajo Candlelight Records (recordemos que este sello pertenece a Lee Barrett de Extreme Noise Terror, y en el que han aparecido multitud de bandas de peso lanzando sus trabajos). Comenzando con Hope The Great Betrayal, con ese comienzo realmente sobrecogedor, que presenta una amalgama de sinfonías, riffs estrambóticos y la voz de Ken completamente blacker y bien definida, para dar cierre con el aullido de una manada de lobos a lo lejos, te hace plantearte seriamente si este cambio en la banda ha supuesto para mal o para bien. Las ideas se van haciendo cada vez más claras con los dos siguientes golpes en la cara que suponen Final Destiny Of The Gods y The Mysteries That Bind The Flesh, que muestran un cuerpo compuesto por unos riffs gordísimos y directos al estómago como puñetazos que te dejarán K.O. en cuestión de segundos. A partir de ahí, prepárate para una sucesión de oscuridad completa, con unas portentosas melodías y unas sinfonías propia de ángeles oscuros, destacando principalmente An Echo In Our Legends y la última Malediction, que asusta de lo bueno que es, y en el que parece divisarse algún recuerdo de su anterior sonido Deathcore, que hará hondo en unos buenos cuantos.

La verdad es que era de los primeros que no me esperaba nada bueno del disco, pero al escucharlo, he recibido una bofetada por insolente, porque a pesar del cambio, no ha cambiado la calidad de la banda, y muestra que si hay que cambiar el destino que uno tiene fijado para evitar hundirse en la repetición y la monotonía propia, se hace siempre y cuando el resultado sea más que satisfactorio. Vuelvo a tener mis grandes expectativas depositadas en Ken como lo hice en su momento con su primer disco.

Porque todo en la vida supone arriesgarse.



Puntuación: 9/10

lunes, septiembre 27, 2010

The Devil's Blood - The Time Of No Time Evermore (2009)

Todos sabemos lo bastante vapuleado que fue en su momento el Heavy Metal por las organizaciones cristianas, acusando a este género de satanismo, violencia, asesinatos y demás tras el surgimiento del género. Exageraciones de personas cegadas, vaya. Incluso el propio Hard Rock se vio metido en el mismo saco con grupos como AC/DC involucrados en esta persecución absurda. Lo más curioso de todo esto es que las bandas de antaño, y más en el Hard Rock, no trataban casi nada (por no decir que totalmente) el satanismo en sus letras, llegando a encontrarnos auténticas odas al amor, lo cual resulta mucho más cómico la exaltación de auténticos radicales del sector católico de la religión cristiana en contra del género musical, cegados por su propia intolerancia disfrazada en fe y buen rollo.


Sin embargo, si esta banda hubiera surgido en su momento años atrás, le habrían dado un motivo a estos radicales aún mayor para perseguir a todas las bandas del estilo. The Devil's Blood nace en 2007 en los barrios de los Países Bajos. Su sonido se basa en un Hard Rock con bastantes toques propios de la psicodelia, pero manteniendo las bases del Rock más duro. Hasta ahí todo bien. Sin embargo, y lo que más llama de esta gente, es que sus letras están basadas en el satanismo, lo cual choca realmente cuando nos encontramos este contraste ciertamente "peculiar" entre sus letras cargadas de pentagramas y ritos clandestinos y su música ciertamente alegre. Si a eso le añadimos una puesta en escena impactante, propia del de una banda de Black Metal pero sin corpse paint, nos da como resultado una banda que, a primera vista, atrae mucho la curiosidad.

Pero no sólo destacan por sus letras oscuras y sus directos bañados en sangre y rodeados de velas. The Devil's Blood destaca también por sus acojonantes temas, camino de ser auténticos himnos del Hard Rock más tenebroso. Ya lo demostraron con su EP Come, Reap, y se reafirman con este disco debut. The Time Of No Time Evermore muestra una amalgama de temas increíble, a cada cual mejor, y que te clavará en una cruz haciéndote pasar tu propia Pasión a manos de un sonido bien rockero, con ritmo y garra. A destacar la increíble voz de F, más conocida como La Boca de Satán, portentosa mujer que presenta un timbre que por momentos te hará recordar al tito Ozzy o a nuestro difunto Dio, pero más afeminado si cabe. De hecho, podríamos decir que son la versión más marchosa de Jex Thoth (de los que, por cierto, tarde o temprano voy a tener que hablar aquí). La grandiosidad de esta mujer se hace patente tanto en el micro como en su presencia, capaz de hipnotizarte (y no sólo por sus piernas, que también), sino por su voz que te vibrará en la cabeza cual muro sonoro chocando contra tus oídos.

Temas de gran envergadura que te harán retroceder a los mejores tiempos del Hard Rock, pero con una faceta distinta. Puedes estar seguro de encontrarte ante un disco enorme con temas como Evermore de curiosa similitud a los clásicos de Ozzy Osbourne, esos monstruosos riffs que se marcan en I'll Be Your Ghost, el ácido que expulsan en House Of 10.000 Voices, o la última y apocalíptica The Anti-Kosmik Magick, 11 minutos con un ritmo militar y unos solazos que te lanzarán fuera de la estratosfera de una patada, convirtiéndote en una estrella fugaz.

Una monstruosa muestra del mejor Hard Rock y de la mejor psicodelia combinados en un cóctel explosivo aderezado con ciertos toques satánicos venidos directamente del mismísimo Infierno, y que arrastrarán con ellos hasta las profundidades de éste. Lo dicho, seguro que esta gente hubiera aparecido un par de décadas, y se los habrían merendado enteros.



Puntuación: 9'5/10

domingo, septiembre 26, 2010

Envy - Recitation (2010)

Unas notas delicadas, suaves, frágiles, armoniosas, que nacen y dan paso a un pasaje propio de un cuento de hadas, que son acompañadas de un delicado piano que deja depositar sus notas como hojas que caen de un árbol. Y, de repente, una voz femenina pausada y tranquila empieza a recitar en japonés unas palabras, anunciamiento de la llegada de un mundo y una experiencia única.

Así es como comienza uno de los discos más esperados y que ha dado de qué hablar bastante en estos últimos días. Porque hoy tenemos aquí nada más y nada menos que el regreso de una de las mejores bandas del Screamo actual: Envy. Para los forofos de este blog, esta banda no les resultará nueva, ya que se ha hablado de ésta anteriormente aquí. Para los que no, igualmente los conocerán. Pero para los que no, estamos ante una de esas bandas que han creado, directa o indirectamente, escuela en tan poco tiempo. 4 años exactamente, 4 años desde su última obra maestra Insomniac Doze, y un split con nada menos que el proyecto del gran Justin K. Broadrick, Jesu. 4 años han tenido que pasar para volver a presenciar aquel sonido que nos regalaron con su anterior trabajo, en donde fusionaban el Screamo más desgarrador y emotivo con las melodías más dulces del Post-Rock, lo que supuso toda una revolución, y que ha llevado a ser inspiración de múltiples bandas como Heaven In Her Arms o Arroyo, haciendo de esta banda una de las mejores del género, no sólo en Japón (su país natal), sino fuera de sus fronteras.

Y lo que vienen a predicar con este Recitation es lo mismo que llevan predicando en su anterior disco. 12 temas cargados de melodías preciosistas y esotéricas que te hará sentirte como un niño corriendo por campos de rosas y girasoles, acompañado de la increíble voz de Tetsu Fukagawa, una de las más emotivas que llegarás a presenciar jamás, y de la que seguro no podrás despegarte nunca más en el primer instante que la oigas. Desde sus recitales limpios, a sus oraciones desgarradoras, acompañado de las guitarras y la batería (increíble batería...) que cargan la música de Envy de auténticos pasajes soñadores.

No hay más que escuchar temas como Last Hours Of Eternity, Rain Clouds Running In A Holy Night (con unas melodías navideñas, y si no atentos al tema), Light And Solitude, A Hint And The Incapacity, 0 And 1... Todos y cada uno de los temas te harán viajar hacia lugares que jamás habrías creído que existirían en tu mente, recorrer todos y cada uno de los rincones del mundo a base de explotar la imaginación hasta el límite.

Eso sí, Recitation presenta un problema que ya mostraba Insomniac Doze y en el que hice hincapié y volveré a hacer: pueden resultar repetitivos. Sí, además de caracterizarse por sus increíbles melodías y temas, Envy son muy propensos a presentar unas composiciones bastante parecidas entre tema y otro, lo que nos hará sentir que estamos escuchando la misma canción una y otra vez. Y esto es sobre todo por Tetsu, que a pesar de su voz prodigiosa, muestra el mismo esquema en TODOS y cada uno de dichos temas. Esto puede hacer que el disco pierda ciertos puntos, pero una cosa no quita la otra, y eso no quiere decir que la experiencia sea peor. Al contrario, disfrutar de estas melodías sin cambiar casi ningún ápice hacen de la banda su sello distintivo, y de las que disfrutaremos una y otra vez. Como siempre, nada que un par de escuchas no puedan asimilar.

Podría pegarme horas y horas hablando del disco, pero no quiero pecar de viejo carrasposo que habla de sus batallas pasadas en el frente, así que lo mejor será que lo busquéis, lo descarguéis (lo compréis...) y disfrutéis de una de las mayores experiencias que jamás habréis presenciado. Aún si sois desconocedores del Screamo, y más de este tipo de Screamo, tenéis que darle una escucha obligatoria.



Puntuación: 9'25/10

sábado, septiembre 25, 2010

October Tide - A Thin Shell (2010)

Hace un tiempo atrás, mencioné que hay años en los que nos sorprenden con regresos de bandas inesperadas. Pues bien, éste es un ejemplo claro que confirma lo dicho. October Tide fue un proyecto formado por Jonas Renkse y Fredrik Norrman, vocalista y guitarrista respectivamente de los archiconocidos Katatonia. En éste, mostraban un Death/Doom Metal melódico increíble, del que parieron dos obras indiscutibles del género como son Rain Whitout End y Grey Dawn. Lamentablemente, todo esto pasó al olvido cuando decidieron centrarse en su mayor proyecto que era Katatonia.

Casi 11 años han pasado desde aquello, y cuando ya nadie imaginaba que este proyecto volvería a surgir, de repente, y como cual ave Fénix que renace de entre sus cenizas, Fredrik Norrman vuelve a retomar la banda tras abandonar el grupo que lo vio crecer, y con una nueva formación que nada tiene que ver con la original, y sin la presencia de Jonas Renkse, nos ilumina y nos llena de satisfacción y nostalgia con este nuevo disco, A Thin Shell, que aún a pesar de todo el tiempo pasado, pareciera que fue ayer cuando nos sorprendió con aquel Grey Dawn. Es increíble pensar que después de todo este tiempo, Fredrik nos vuelva a sorprender con un discazo que, hablando en serio, pasará a la historia dentro de otros 11 años como lo han hecho sus anteriores obras.

Tal y como estoy de acuerdo con nuestro amigo Cthulhu, este disco demuestra que toda la responsabilidad compositiva de la banda siempre ha caído en la de Fredrik. Y es que no hay más que hacer una comparativa con sus anteriores discos, y darse cuenta de la increíble capacidad de este hombre de sacar auténticos clásicos del género. Temas con unos riffs pegadizos, tranquilos y relajados, sin prisas, que se te quedan grabados a fuego lento en tu mente desde el primer instante, es lo que nos regala este buen hombre. Y todo esto no sería sin la ayuda de toda la cuadrilla que conforma su formación actual, teniendo en cabeza nada menos que a Tobias Netzell (In Mourning) a las voces, que encajan perfectamente en todo el disco con sus growls y screams tan perfectamente equilibrados y a los que nos tiene acostumbrados en su banda insignia.

42 minutos en los que ni un sólo tema sobra, todos destacan igualmente de manera que no te quede otra que volver a reproducir el disco una y otra vez. Comenzando con A Custodian Of Science con ese regusto a lo Katatonia, y con esas increíbles melodías, Deplorable Request con esas majestuosas atmósferas que te mantendrán en vilo frente al ordenador, esa más que perfecta incorporación instrumental que es The Nighttime Project, Blackness Devours con un estribillo que te hará tararearlo a todas horas, o la monstruosa The Dividing Line, con un riffazo aplastante capaz de hacerte partir la nuca a base de headbanging y unas melodías que le dan el toque final a un tema de perfecto, sin olvidarnos de Fragile y Scorned que dan el broche final al disco con su transición e implacable ejecución.

Aún no puedo creerme que esto sea real. Pero aún si así no lo fuera y todo esto sea fruto de un sueño, no voy a pedirle a nadie que me dé dos cachetadas, pues quiero disfrutar de este placentero sueño. Cada vez se me hace más difícil elegir mi top 10 del año, la competencia cada vez se muestra más dura. Y estoy empezando a notar que este año se va pareciendo cada vez más a 2009.

A veces no todo acaba "para siempre".



Puntuación: 10/10

viernes, septiembre 24, 2010

Nahemah - A New Constellation (2009)

Creo que ya entiendo a lo que se refería en su momento Aznar con eso de "España va bien": se refería al ámbito musical underground del país, porque sigo pensando que la escena metalera nacional ha ido agrandándose y se lleva extendiendo desde hace varios años, haciendo que varios grupos se expandan fuera de nuestras fronteras. Ése es el caso de los alicantinos Nahemah, quienes, con su característico Death Metal progresivo, llamaron la atención de nada menos que la discográfica Lifeforce Records (con grupos como Caliban, Heaven Shall Burn, etc...). No pudo sentarle mejor a la banda, y tras su disco debut Chrysalis, lanzan esa obra magna que es The Second Philosophy, con una muestra de la mejor música que atesora a nuestro país en el ámbito metalero.

Dos años después de esta experiencia, Alicante vuelve a rugir con la llegada del último disco de la banda, A New Constellation, lanzado el año anterior, y que supone la reafirmación de por qué un sello alemán como Lifeforce Records se ha fijado en esta banda. Y es que la capacidad de esta gente para hacer una música tan ecléctica desconoce de límites, ya que vuelven a acertar con un sonido fuerte, pero melodioso a la misma vez.

No es necesario profundizar demasiado en el disco para darse cuenta de la grandiosidad compositiva que atesora a la banda. Está claro que el mayor motor que los lleva a crear su música es Opeth, pero Nahemah lo lleva a terrenos tan alejados de la música de los suecos, que muy difícilmente nos hará recordar a éstos. La personalidad transpira por todos los poros de la banda, y mezclando la rudeza con las melodías más trascendentes que puedas imaginar, con esos sonidos extrasensoriales gracias a una producción acojonante que data al disco de un sonido simplemente calificado como "perfecto", es suficiente para arrodillarse ante esta majestuosidad. La voz de Pablo Egido, aunque sea bastante genérica, le confiere de la fuerza que la banda precisa, y cuando apuesta por las voces limpias y melódicas, confiere a la música de una naturalidad extrasensorial propia de dioses.

Comenzando con garra con temas como Much Us o Absynthe, podemos darnos cuenta de hasta dónde puede llegar la banda. Ni hablar de otros temas como The Trip o Smoke's Men que te hará sentir como si estuvieras subiendo montañas con pesadas cadenas en manos y pies. Con Air actuando de interludio instrumental con ese toque jazzero y esas melodías que te pondrán la piel de gallina, o el outro con el que cierra el disco, de un sonido espacial que te hará mecer entre las estrellas, son el aliciente final a este postre de exquisito gusto y paladar.

No voy a haceros perder más tiempo leyendo esto (además, hoy vengo que no siento las piernas, a lo Rambo), dejaré que disfrutéis de la experiencia que supone A New Constellation. Si hay alguien que aún duda de la calidad de nuestras bandas, que escuche esto y se lo plantee dos veces.



Puntuación: 8'75/10

jueves, septiembre 23, 2010

U.S. Christmas - Run Thick In The Night (2010)

Hace poco, allá por Mayo, lanzaban desde Neurot Recordings un Split formado por Minsk, Harvestman y los aquí presentes, rindiendo homenaje a la mítica banda de Space Rock Hawkwind. Aunque no haya escuchado dicho split (nunca he sido muy partidario de éstos, a pesar de tener en mi colección uno), me llamó enormemente la atención esta banda: U.S. Christmas. Su sonido se anclaba en un Space Rock muy psicodélico y serio, bastante alejado del de Hawkwind, que a pesar de su abanico de sonidos espectrales y LSDeicos, mantenía un cierto toque de "alegría".

Su disco Eat The Low Dogs me impactó bastante, mostraban una maestría en el sonido espacial que no había presenciado nunca en cualquier otra banda. Con una personalidad pasmosa, se ganaron mi voto de confianza, depositada en este nuevo trabajo que nos traen bajo el brazo desde Carolina del Norte (Estados Unidos). Run Thick In The Night no sólo reafirma lo escuchado en su disco predecesor, sino que lo refuerza y lo potencia hasta la enésima potencia, dando de sí un disco alucinante, y que te hará las tardes más amenas y agradables (en cierto aspecto), una vez más, bajo el sello de los Neurosis.

U.S. Christmas vuelven a hacer gala del Space Rock más espacial jamás escuchado, y aunque Eat The Low Dogs ya mostraba un brebaje cargado de esoterismo astral, con este nuevo disco han aumentado más todavía si cabe este sonido, y han tirado del progresismo en diversos momentos. Incluso podríamos decir que muestran algún resquicio propio del Post-Metal y el Doom. No hay más que escuchar temas como In The Night o Fonta Flora, la primera un tema gordísimo de 13 minutos en donde te darán un billete hacia La Luna a base de unos riffs y unas notas que se extienden hasta límites insospechados, y con un sonido como si de los Minsk hasta arriba de mierda se trataran. Pero sin embargo, estos elementos son meros momentos puntuales, y que se disipan a medida que avanza el disco hacia un sonido cada vez más setentero. Por si fuera poco, el trabajo de Meghan Mulhearn al violín y a las voces femeninas en momentos del disco como Ephraim In The Stars confieren al disco de más personalidad si cabe, mostrando un cuerpo a la música de los estadounidenses más grandilocuente aún.

Lo mejor de todo Run Thick In The Night, es que todos y cada uno de los temas destacan por sí mismos, y están organizados por todo el disco de manera que se haga variado. Prueba de ello es al comienzo de éste, comenzando con el ya mencionado In The Night con un sonido lento, pero marcado, y pasando a Wolf On Anareta, que cobra mucha más fuerza en su sonido con unos riffs demoledores y que se grabarán en tu cabeza como si de un CD se tratara tu cerebro, pasando a Fire Is Sleeping, con una melancolía que te hará un nudo en la garganta, propia de un forastero ya tocado por los años que le pesan, caminando sin rumbo hacia un horizonte que arde en el atardecer. Un auténtico trío, prueba suficiente para darle al menos una escucha a esto.


Si hay un inconveniente al que hay que buscarle al disco, es que la cantidad de temas que presenta pueden hacer que se le atragante a más de uno éste. Tampoco es que sean una banda fácil de asimilar, pero estoy seguro que a partir de la segunda escucha lo tendréis más fácil para aceptar la grandiosidad de la que puede presumir este disco.

Hawkwind puede estar orgulloso de estos chicos, sin duda.



Puntuación: 9/10

miércoles, septiembre 22, 2010

Crippled Black Phoenix - 200 Tons Of Bad Luck (2009)

Joder, es increíble la cantidad de nuevos discos que han salido (o están por salir) de bandas enormes en esta última semana. Casi diría que se han puesto todos de acuerdo para bombardearnos con sorpresas y que babeemos cual hienas. La gran mayoría de bloggers han corrido como locos para subir y publicar estos lanzamientos recién salidos del horno, incluso antes de su salida prevista. Pero aquí uno va a su ritmo, sin sobresaltos, con sus ideas puestas ya para el blog de aquí al fin de esta semana. Una de ellas que tenía en mente desde hace bastante tiempo es este disco, después de su reciente lanzamiento de la banda del nuevo I, Vigilante, un gran disco pero que no llega a la altura de su predecesor, que dejó el listón muy alto.

Por si alguien no conoce Crippled Black Phoenix, he de deciros que no estamos ante una banda cualquiera, no. Estamos ante un un supergrupo, como si de un cyborg avanzado se tratara, quitando el hipo, el hambre y la sed (y el sueño si tienes a estas horas), porque este grupo ha sido formado por nada más y nada menos que por el increíble dúo de:

Justin Greaves (ex-Electric Wizard, Iron Monkey, Teeth Of Lions Rule The Divine)
Dominic Aitchison (Mogwai)

Dos auténticos pesos pesados en sus propios mundos y que se han fusionado en uno solo dando lugar a un nuevo ser de increíble poder y dudoso límite. Y aunque Dominic Aitchison haya dejado ya la banda, todo el peso de éste ha recaído siempre en Justin Greaves, quien ha hecho que la banda haya estado constantemente en una fluctuación de miembros yendo y viniendo de éste para poder conseguir el sonido que siempre ha deseado extraer y obtener de las entrañas más profundas de lo que es su mente, una mente inquietante por lo que podemos apreciar.

Con una portada noble, bizarra y bella a la misma vez, 200 Tons Of Bad Luck se autoproclama el mejor disco de la banda, donde todos los deseos de Justin se hacen realidad en un disco que recoge el Post-Rock y el Rock progresivo en sí en una variedad de elementos Pinkfloydescos y setenteros, cargados de mucha experimentación y sonidos ambientales minimalistas y de corte clásico que hacen del disco embellecedor y único.

200 Tons Of Bad Luck te hará sentir como un cowboy solitario y desorientado, que cabalga a paso triste a lomos de su caballo apacible en busca de la razón del vivir y existir entre mares de desierto. Y si no lo crees, no tienes más que darle una escucha a Burnt Reynolds, propia de la BSO de una película de vaqueros. Lenta y seria se va adentrando en tu mente a medida que avanza, dejando tras de sí a una mujer en sollozos en medio de una atracción de feria. Esto ya muestra de por sí el toque clásico que presenta el disco, y en el cual hará hincapié numerosas veces, ya sea con temas como Littlestep o Whissendine, en la onda de la anterior Burnt Reynolds, con ese toque de Folk Rock y Country tristón propio de un Johnny Cash resucitado y rejuvenecido, o 444, donde se nota la mayor faceta de Mogwai, con un sonido más Post-Rockero, pero con la presencia de un sonido desértico, y sin necesidad de la presencia de Stoner Rock alguno. Eso, o temas familiares y joviales como A Hymn For A Lost Soul, propio de un coro navideño con ese piano acompañado de todas esas voces.

Pero oh, si hay un tema por el que vale la pena escuchar este disco entero, es por ese monstruo formado por el trío de Time Of Ye Life, Born For Nothing y Paranoid Arm Of Narcoleptic Empire en un solo tema de 18 minutos que te conducirá a una sucesión de emociones únicas, comenzando por los recitales de una voz que más tarde dará paso a la segunda y mejor parte de este tema que se basa en un Post-Rock emocional en donde un violonchelo nutre el tema de una melodía con la que si no eres cuidadoso, puede llegar a herirte sentimentalmente, y que termina con una transición progresiva única que te hará levantarte y aplaudir frente al ordenador como un idiota.

Todo eso, acompañado de banjos, pianos, teclados e incluso dobros entre otros, confieren al disco de un alma capaz de atrapar al menos pintado en su genialidad compositiva, instrumental y conceptual. En todos los sentidos, vamos. Es posible que resulte a cansar un poco al final porque se pueda repetir un poco, pero nada que no solucione un par de escuchas más para captar toda la esencia de 200 Tons Of Bad Luck.

Uno de los discos mejores elaborados del año anterior. Crippled Black Phoenix es una de esas bandas sólo comparables a sí mismas, nadie puede llegar a hacer lo que hacen éstos, ni llegar a la creatividad e imaginación como la que tiene Justin Greaves. Y olé por tener semejante imaginación.



Puntuación: 9'75/10

martes, septiembre 21, 2010

Cobalt - Gin (2009)

La guerra... esa despiadada y sanguinaria mujer que se regocija en carcajadas desde su penumbra... Todos tenemos una visión de la guerra. Unos lo consideran un juego, otros la ven como el equilibrio de la vida entre ésta y la paz que instauran el orden y es inevitable. Y los que realmente la han vivido, suelen tener los pensamientos más directos y sinceros, en un extremo u otro: la mayoría, que la guerra es fea, y sólo trae consigo dolor y sufrimiento para quienes no la merecen, ni nunca desearon formar parte de ella, pero que fueron arrastrados cual torbellino se tratara.

Y es de esta manera que presento a todos los desconocidos de la persona que viene a continuación: Phil McSorley. Quizás su visión de la guerra sea un poco extrema. Según sus entrevistas, se podría considerar un auténtico fascista a los que muchos repudian. Tampoco he profundizado mucho en su historial, pero lo cierto es que sus ideales han dado de qué hablar en el sector underground, eso y su banda. Porque Cobalt no es un grupo al uso como cualquier otro, se basa en unos ideales, los del propio Phil McSorley, sosteniendo sus experiencias en guerras como la del Golfo (si bien tengo entendido, que alguien me corrija si me equivoco) en las letras de éste.

Pero dejando esas cuestiones a otro lado, Cobalt no es sólo personalidad o ideal. Cobalt es música, es Black Metal, y una de las más curiosas, efectivas y mejores que han salido en estos últimos años. Comenzando como un proyecto solo del propio Phil, no tardaría en incorporarse Erik Wunder (quien ha sacado disco debut bajo el proyecto Man's Gin y que se desvincula completamente de este otro con un Rock Alternativo acústico) a la mente de este hombre, poniéndose al frente de la mayoría de instrumentos. De ahí, han nacido joyas como War Metal, Eater Of Birds, y por último, este Gin, que es posiblemente su obra culmen de todas, y reconocida como uno de los mejores trabajos del género del 2009. Y estoy completamente de acuerdo en ello, porque este disco muestra una estructura que muy pocos han logrado alcanzar (y mucho menos superar) en este año pasado. Olvidaros de Raw Black Metal, olvidaros de cualquier vestigio de Black Metal atmosférico. Cobalt es Black Metal poco usual, con una dosis de progresivo espeluznante y que te hará tener los 5 sentidos en modo alerta para captar toda la esencia del disco. Tal es así, que ya Profound Lore Records no tardó en fichar a esta banda para el lanzamiento de su anterior Eater Of Birds.

Comenzando con el tema homónimo del disco, y ante la mirada fija y atenta de un joven Ernest Hemingway con su uniforme de la Primera Guerra Mundial en la portada del disco, la banda muestra una densidad aplastante con temas como éste o Stomach, que sin ser acelerados como cual cocainómano, presentan unos riffs gordos, capaces de tumbar al más poderoso. Pero donde realmente dan rienda suelta a su mejor arma es cuando pasan a los elementos más progresivos. A Dry Body me remito, con una oscuridad propia del diablo, esas voces limpias pero graves, y ese paso de la tranquilidad que depositan las pequeñas notas tímidas a auténticos estados de rabia de las guitarras. En este caso, Erik Wunder muestra una ejecución y maestría enormes como multiinstrumentalista. Y sin necesidad de teclados, sintetizadores ni nada, logran unos pasajes que ríete tú de cualquier banda ambiental del género.

Además de todo esto, fliparemos con temas como Pregnant Insect, con unas voces acojonantes, entre ellas la de nada menos que Jarboe (ex-Swans), con esos cánticos egipcios, y que te hará estamparte contra todo lo que se te cruce delante, o con las transiciones de temas como A Clean, Well Lighted Place o Stew Craven/..., tema escondido tras 50 canciones (sí, 50 canciones) de una duración entre 3 y 5 segundos cada una en completo silencio, grabación de lo que parece un tema Country con un toque oscuro de por medio, perfecto para cerrar un disco como éste. Lo entenderéis mejor en cuando lo escuchéis.

Un disco simplemente aplastante, y que demuestra por qué es considerado uno de los mejores del 2009. Los pensamientos de Phil McSorley son lo de menos cuando nos deslumbra con su composición y discos tan grandes como éste.



Puntuación: 9'75/10

lunes, septiembre 20, 2010

Enslaved - Axioma Ethica Odini (2010)

Parece ser que este fin de semana ha sido el de lo último de Enslaved. Ya se han hecho eco en Los Experimentos de Magli y Más Píldoras Musicales. Y no me extraña, Enslaved es una de esas bandas que, disco que sacan, disco que da de qué hablar. Por supuesto uno no iba a ser menos, así que he exprimido al máximo la nueva experiencia de los noruegos.

Voy a ser sincero: Enslaved no es una de mis bandas predilectas, nunca les he dado la atención que se merecen, pero tengo bastante en constancia su música. Entre ello, su evolución, comenzando como una banda de Black Metal con bastante toque Viking poco ortodoxa, y evolucionando en un sonido mucho más progresivo y distanciado de sus comienzos, pero manteniendo las bases. Esto les ha propiciado el mantenerse frescos y únicos frente a un tsunami que ha ido arrasando con la originalidad y personalidad de varias bandas, consiguiendo nuevos fans con ello. Algunos gustarán de sus comienzos, otros de su época actual. Unos u otros, lo cierto es que la banda muestra una perfección de la que muy pocas bandas pueden presumir.

Con este nuevo Axioma Ethica Odini, lanzado nuevamente bajo el sello de Indie Recordings, la banda mantiene la línea de su anterior Vertebrae, mostrando unas transiciones sonoras únicas. Es posible que el disco sea uno de los que más presenta voces limpias, y un buen ejemplo de ello son los temas Ethica Odini y Lightening, ambas dando entrada y final del disco respectivamente. Además de esto, la introducción de partes melódicas y progresivas apoyadas en unos teclados que confieren al disco de una atmósfera celestial hasta su cierto punto hace que el disco gane bastantes puntos. Eso sí, no dudéis de que falte potencia e intensidad en el disco, porque de eso se encarga la banda con buena dosis. Ya con temas como Waruun, con esos riffs asesinos y directos a la mandíbula para desencajártela dan buena cuenta de ello. El disco se podría decir que está dividido en dos partes diferenciadas por el tema Axioma que hace de interludio con un sonido instrumental noble que te hace ponerte firme. Y es a partir de éste cuando la cosa realmente se calienta, con Giants imponiendo y el triple combo conformado por la increíble Singular, Night Sight y la ya mencionada Lightening, con unas voces limpias que te hará dar vueltas sobre ti mismo contemplando tu alrededor como si te sintieras en las propias profundidades de los bosques noruegos.

Eso sí, ante todo esto, hay una cosa que hay que tener en cuenta, y que suele ser el sello distintivo de la banda: Axioma Ethica Odini no es un disco que entre a la primera. Quizás sea éste el motivo por el que Enslaved nunca hayan sido santos de mi devoción, pero lo cierto es que no hay que juzgar el disco por su primera escucha, sino por su segunda y hasta su tercera. Porque todos sabemos que Enslaved es de esas bandas que, como los buenos vinos, van mejorando con el paso del tiempo (en este caso de las escuchas).

Quizás no sea el mejor disco de su discografía, pero mantiene el espíritu y la identidad de la banda, y estoy seguro de que poco a poco, os irá atrapando. Como a mí, así que creo que tendré que volver a ponerme serio con esta banda y a darles otra escucha más a todo lo suyo.



Puntuación: 8'75/10

domingo, septiembre 19, 2010

Periphery - Periphery (2010)

Recuerdo cuando descubrí esta banda: un amigo me mostró su videoclip del tema Icarus Lives! por Youtube. En su momento me llamó mucho la atención, era enganchante a más no poder, pero no profundicé en ningún momento en su discografía, ni en la banda en sí. Finalmente me decanté a hacerlo, y cuál es mi sorpresa cuando descubro de que eran etiquetados de lo siguiente: Djent. No pude evitar arquear una ceja, de repente me encontré esa cosa sin saber qué era, así que busqué para saber a qué se referían con esa palabra. Según Last.FM, el Djent es lo siguiente:

"Djent es un género derivado del Math/Metal progresivo, y es caracterizado por un fuerte énfasis en la profundidad y sincopatización, en exceso y baja sintonía de guitarras, casi siempre con 7 u 8 cuerdas. Una gran influencia entre los artistas Djent es la banda Meshuggah.

El término Djent, es onomatopéyico, proviene de la imitación del sonido que se hace cuando la palma de la mano silencia las cuerdas de baja sintonía, y eso distorsiona el sonido de la guitarra, ese sonido es muy común en ese género."

En resumen, una etiqueta estúpida bajo mi ver, ya que es casi definitivamente Math Metal o Metal progresivo con una ligera variación. El afán de intentar crear etiquetas nuevas "porque sí" resulta ciertamente incoherente. O quizás al final uno acabe hasta usando la maldita palabra para catalogar X grupos en un futuro, quién sabe, me imagino que el pensamiento era el mismo cuando surgió el Thrash Metal en su momento, por poner un ejemplo.

Pero esto no quiere decir que la banda sea mala, ni mucho menos. Al contrario, Periphery ha cosechado una reputación en tan poco tiempo que me asombra. Tal es así, que ya han realizado gira con bandas de la talla de The Dillinger Escape Plan, Veil Of Maya o Emmure, que ya es decir mucho de por sí. La banda en un principio era un proyecto unipersonal del guitarrista Misha Mansoor, quien empezó a darse a conocer gracias a redes de comparto musical como es Soundclick y en foros como los de la página oficial de Meshuggah y John Petrucci, sobre todo gracias a la producción que era llevada a cabo por él en sus trabajos. Durante los 5 años que supone esto, Misha Mansoor empieza a reclutar a aquellos quienes completarían la banda final, con numerosos cambios en la formación (sobre todo en las voces). Tras varios temas de lo que sería parte de su disco debut dados a conocer por MySpace, la banda con su formación completa y definitiva acaba lanzando su disco debut homónimo.

Y os puedo asegurar una cosa: no vais a aburriros con el disco. Todos y cada uno de sus temas destacan por igual en técnica, melodía y cañería a partes iguales. Las influencias de la banda son bien notorias, desde Meshuggah a Dream Theater, con ese híbrido entre Math Metal y progresivo tan característico. Pero además de ello, la banda introduce elementos propios del Metalcore, como las melodías, algún que otro breakdown camuflado, y la voz más estridente acompañada de la voz limpia de Spencer Sotelo que, sinceramente, te atrapará sobre el instante, ya que muestra una voz acojonante y que queda perfectamente implantada en la banda.

12 temas cargado de auténtica maestría musical combinando las mejores melodías con los cambios de ritmo continuos propios de Meshuggah. Desde Insomnia hasta la apoteósica Racecar de nada menos que 15 minutos, donde nos encontraremos con colaboraciones de gente como nada menos que Jeff Loomis, ese monstruo a la guitarra de Nevermore marcándose unos solos de guitarra en el tema aplastantes, Elliot Coleman de Sky Eats Airplane a las voces a dúo con Casey Sabol, primer vocalista de la banda antes de dejar ésta (aunque éste no reconozca haber colaborado en el disco). Todo ello pasando por temas como la espectacular Letter Experiment con esa increíble voz de Spencer Sotelo, la majestuosidad de Jetpack Was Yes! (tema basado en un capítulo de la serie Arrested Development), o el tema Icarus Lives! que ya mencioné al comienzo, todos con una perfección propia de un cubo de Rubik, donde todas las piezas están encajadas perfectamente componiendo el engranaje que supone este disco. Tan pronto como estés maravillado con las notas más embellecedoras te verás saliendo despedido por la ventana antes un ejército de riffs demoledores que te harán retorcerte por dentro.

Simplemente, estamos ante uno de los mejores discos del año, y ante una banda que va a dar muuuucho de qué hablar de aquí a un futuro. Ni Djent ni hostias, esto es Math Metal en su estado puro.



Puntuación: 9'5/10

sábado, septiembre 18, 2010

Lost Soul - Immerse In Infinity (2009)

No quiero dejar atrás mi idea de comentar todos los discos de mi lista de mejores del 2009, así que esta vez os cogeré y os lanzaré al espacio exterior para que descubráis la última maravilla de estos polacos. Y es que pocas veces encontrarás algo tan enorme y aplastante como lo que nos encontraremos aquí, y es por ello que gracias a esto se ha convertido en uno de mis discos preferidos del año anterior.

Porque lo tiene todo. Tiene fuerza, garra, mala hostia, una brutalidad que supera a la de cualquier banda de Brutal Death Metal que se precie, y todo bajo una técnica que te hará salir despedido por los aires. No te esperes nada tranquilo, ni se te ocurra respirar hondo, esta banda y este disco te cortará la respiración desde el primer instante.

Lost Soul no es una banda cualquiera. Formada en 1991 en Polonia, se podría decir que es el rival más directo de los archi-conocidos Behemoth, debido a la similitud sonora de ambas bandas. Pero que no os engañen las apariencias, Lost Soul tiene su propio alma y personalidad, bastante marcada de sus compatriotas. Mientras que Behemoth se decanta por los temas directos y concisos, estos chicos prefieren darle más variedad a su música, con mayor contraste de cambios de ritmos, riffs y, sobre todo, técnica, mucha técnica, porque esta gente puede ser de todo, menos mancos. Sin embargo, la influencia del Black se hace patente en su música, y sí es bien cierto que en ocasiones nos pueden recordar a Nergal y cía, pero manteniendo nuevamente las distancias.

Numerosos cambios ha sufrido la formación, manteniéndose al frente el líder Jacek Grecki a la guitarra y las voces, y posiblemente sea el mayor sustento de la banda, ya que a pesar de sus continuos cambios, no ha bajado su calidad. Al contrario, se podría decir que la banda ha ido enriqueciendo su sonido con cada disco que han lanzado. Y ése es otro dato curioso a destacar, ninguno de sus discos han sido lanzados bajo el mismo sello. Desde Metal Mind Productions con Scream Of The Mourning Star, hasta Empire Records con Chaostream, todos han pasado por su propio sello. Immerse In Infinity no iba a ser menos, lanzado bajo Witching Hour Productions (quienes han editado discos de bandas como Trauma o Masachist), es sin duda la cima de la montaña de la banda, su techo. Cualquier obra que puedan lanzar posteriormente será comparada irremediablemente con este disco. Y con cualquier disco de otra banda mismamente.

Para empezar a destripar el disco por sus partes, primero hay que destacar la acojonante batería que se gastan la banda en este disco a manos de Desecrator (ex-batería de otra banda bastante gorda de la escena polaca del Death Metal, Pyorrhoea), que hace un trabajo que sólo se puede definir como "perfecto". No va a darte ningún momento de descanso durante casi todo el disco, su doble bombo te abrirá el cráneo como una taladradora descontrolada. En segundo lugar, la portentosa voz de Jacek Grecki, que le confiere a la banda una personalidad propia, debido a su voz estridente, pero sin llegar ni al growl pesado, ni al scream. Una cosa extraña, como escuchar a Nergal pero sin parecer que le hayan metido una patada en los cojones. Si a eso le añadimos unos riffs de guitarra demoledores, un bajo gordísimo como un gorila, y unos solos espaciales que te mandarán hasta el cielo como si de un balón fueras, tenemos como resultado uno de los mejores discos del género jamás paridos.

Y si aún esto no te convence, espera a escuchar de entrada Revival, y sabrás a lo que me refiero, seguido del combo compuesto por Personal Universe y la monstruosa ...If The Dead Can Speak?, donde el bajo se marca un solo acompañado del doble bombo de la batería colosal, seguido de unos riffs revienta-cuellos y un solo astral final que hará que se te metan los pelos del culo hacia dentro. O eso, o la fatal One Step Too Far, que te hará revotar contra las paredes de tu habitación cual pelota de pinball. Y para terminar, una muestra del mejor hacer con Simulation, sus toques africanos y su transición que te obligará a doblegarte ante la maestría de este cuarteto. Todo ello sin despreciar los otros temas 216, Breath Of Nibiru y Divine Project, que le dan la última pincelada a un cuadro perfecto de marco glorioso.

Sencillamente bestial. Podría pegarme días enteros escuchando esta maravilla, pero tampoco quiero saturarme. Ni a ustedes, así que es de debida obligación el exigiros que escuchéis y apreciéis esta auténtica apisonadora. Y no necesito más razones para colgarlo como uno de los mejores del 2009.



Puntuación: 10/10

viernes, septiembre 17, 2010

The Isosceles Project - Oblivion's Candle (2009)

Señoras y señores, estamos ante nada más y nada menos el mejor disco que haya parido 2009 de todos los discos que ha lanzado a lo largo de ese año, bajo mi humilde opinión. Nunca jamás me encontraré un disco de semejante envergadura como éste, de tal pasmosa ejecución, complejidad y progresismo. Esto es el elixir de la música, la panacea de todo mal (y paro que me desarrollo demasiado).

Siguiendo con mi intento de comentar los mejores discos del 2009 que publiqué en su momento en mi blog, The Isosceles Project pasa prácticamente de puntillas en la escena del Metal, en especial la canadiense, siendo originarios de Toronto. Este power trio formado por Eric Euler a la guitarra, Scott Tessier al bajo y Justin Falzoni a la batería (quien ha sido sustituido por Brandon Smith) muestra una densidad sonora y de una majestuosidad que ríete tú de cualquier banda del estilo. Lanzando un directo titulado Live At The Opera House, no tardarían en lanzar su disco debut Oblivion's Candle, bajo el sello Valkyre Records, y os aseguro que no os va a decepcionar, para nada.

Poca falta le hace a esta banda la presencia de voces, porque con sólo una guitarra, un bajo y una batería se bastan y se sobran para lograr una condensación musical única. 4 temas, 4 miserables temas cargados de continuos riffs, cambios de ritmos y composición compleja que van desde partes completamente cañeras a otras más relajadas. Imposible ser comparada esta gente con cualquier otra banda, lo que hacen este trío es tan sumamente enrevesado, que incluso pegándole mil escuchas, jamás lograrás exprimir el disco al 100%, siempre se te escapará algo o descubrirás otras cosa. Y eso es lo mejor del disco y de The Isosceles Project, ya que, más que escuchas, es como re-descubrirlos una y otra vez. Ninguno de los 3 componentes se queda en un segundo plano, todos tienen su propio protagonismo, la guitarra con su feeling, al igual que el bajo, que es quizás el que mejor se nota, con ese toque completamente jazzero que le da más dinamismo y presencia en el disco, y cómo no, la batería, con sus rimbombantes ritmos de continuo cambio y ejecución impecable.

No me atrevo a destripar el disco, es demasiado para mí. Sólo digo que fliparéis en toda su plenitud con sus 4 temas, Doppleganger, Oblivion's Candle, Solace (vaya pedazo de ritmos se marcan en este tema), y la no menos importante Whispers In The Factory. Todas tienen su deje que te atrapará y que no te soltará en todo el viaje hasta su final. Un auténtico cubo perfecto que da vueltas constantemente hasta noquearte.

Sin aún con esto no te convence, o no sabes lo que buscas o lo que quieres, o simplemente no estás preparado para descubrir esta gloria bendita traída de la Tierra. El mejor disco del 2009, así de sencillo, ¿qué te puede atraer más que eso?



Puntuación: 10/10

jueves, septiembre 16, 2010

Mael Mórdha - Gealtacht Mael Mórdha (2007)

Cada vez queda menos para que se celebre en Madrid uno de los festivales que más ha dado que hablar desde su anterior edición: Madrid Is The Dark Fest II. Un festival dedicado sobre todo al Doom Metal y sus derivados, además de contar con alguna que otra cosa bastante interesante. Entre ellos, Swallow The Sun, Primordial, Mourning Beloveth, Esoteric, Alcest, Forgotten Tomb, Rapture, The 11th Hour y Evadne se codearán en un cartel que simplemente puedo definir en dos palabras: de lujo.

Entre ellas, una de las que más me han llamado la atención son estos irlandeses. Siendo la única banda que desconocía de todas ellas (bueno, la conocía, pero sólo de vista), Mael Mórdha ha supuesto una auténtica sorpresa para mí, debido a su espectacular sonido, de puro Doom Metal tradicional grueso a la altura de bandas como The Gates Of Slumber o los míticos Candlemass y la melancolía de otras como Warning con la influencia directa del Folk Metal y la música céltica. Sin duda, un auténtico cañonazo. Gealtacht Mael Mórdha es el disco más representativo de la banda, y en el que mejor se define este sonido que destaco.

Con una densidad sonora capaz de derribar muros infranqueables, Mael Mórdha puede gozar de tener el lugar que les corresponde, en concreto la discografía Grau Records donde habitan bandas de la talla de Longing For Dawn o los antes mencionados Mourning Beloveth. Como ya dije, Mael Mórdha destaca por un Doom que puede pasar del más tradicional y gordo, al totalmente influenciado por el legado celta que les propicia sus tierras y que han dejado constante Primordial, todo ello con una ejecución pasmosa y una producción nítida que ayudará a presenciar todos los esquemas que conforman el disco. Desde la épica (sic) Altas Of Sorrow, 10 minutos que son tejidos al principio por unos instrumentos de viento que finalmente darán paso a una condensación sonora única, gigante como un minotauro, hasta Minions Of Manannan, pasando por temazos de órdago como Godless Commune Of Sodom, Curse Of The Bard (una auténtica estampida de la que si no te descuidas acabará arrollándote), o el tema homónimo donde el piano da un toque tenebroso seguido de esas notas que van acompañando a la música de ésta, y que se va alzando cual nube en la estratosfera aumentando su intensidad decibélica en un súmmum final.

Auténtica grandiosidad de disco, y que me hace una idea de lo que disfrutarán aquellos quienes vayan el próximo Octubre al Madrid Is The Dark Fest II. Disfrutadlo aquellos quienes vayan, mientras servidor estará en estas tierras mordiéndose las uñas de rabia. Mitología y folclore irlandés encerrados en un disco de pura magia. Adentraros en tierras irlandesas, y buscad esa runa perdida que encierra a Mael Mórdha.



Puntuación: 9'25/10