miércoles, febrero 08, 2012

Psycroptic - The Inherited Repression (2012)


Pues parece que esta semana se antoja todo hacia lo técnico, pero en esta ocasión es ir hacia lo seguro. ¿Y qué es lo seguro? Pues hablar de lo nuevo de los australianos Psycroptic. Más de una vez he mencionado que Australia es uno de los países que más experimenta con la música sea del tipo que sea, encontrándonos con todo tipo de bandas curiosas (una palabra: Portal). Pero de entre todos los grupos surgidos y por surgir de dichas tierras, quizás los que disfrutan de mayor gozo de salud son sin duda estos chicos.

No es la primera vez que hablo de ellos, y sinceramente espero que no sea la última. Contando con un puesto en las filas del ejército de Nuclear Blast, Psycroptic vuelve cuatro años después de Ob(Servant) dispuesto a demostrar que esperar todo este tiempo por su regreso ha valido la pena, y mucho. The Inherited Repression es una vuelta por la puerta grande, fulminando todo a su paso usando como arma la técnica, pero con claras mejoras que se perciben desde el primer segundo.


Lo primero (y que seguramente sea lo que anime a más de uno a darle una escucha) es lo increíblemente sencillo que entra el disco al oído, de modo que no cansa para nada a menos que estés más pendiente de otras cosas, y eso tiene mérito cuando practicas un estilo bañado en tantos cambios continuos y discontinuos de trastes. Así pues, The Inherited Repression ha sido unos cuantos cambios de tuerca, apretar tornillos y engrasar engranajes para conseguir que la técnica que desprenden resulte incluso amena, y para ello se han sabido valer de ciertos puntos que dan cierto suspiro al oyente... qué coño, todo es gracias a haber perfeccionado cierta parte groovie que ya venían trayéndose en sus dos anteriores discos, y para una buena muestra de ello no hay más que escuchar el grandioso Unmasking The Traitors, una buena muestra de chafarte la cabeza y aplastar tu cráneo contra el asfalto sin siquiera levantar el pie. La otra parte que ha ayudado a obtener este acierto es el sonido que ha quedado a cargo del propio Joe Haley y su masterización en manos del indomable Alan Douches (que vendría a ser algo así como el señor supremo de la masterización, probad a mirar sus antecedentes).

Comenzando casi como terminaba Ob(Servant) con su obra magna Initiate, The Inherited Repression comienza su travesía con Carriers Of The Plague, el cual presenta los mismos esquemas que el final de su predecesor, manteniendo un cierto toque oscuro entre la amalgama de notas que ejecutan. Ya el resto es lo que han venido ejecutando en su mutación que empezó con su Symbols Of Failure, pero llevado a la enésima potencia. El asombroso registro de voces de Jason Peppiatt es una vez más clave para que Psycroptic sea una banda distinguible del resto, y que dio la nota disonante tras la retirada de su anterior vocalista, asentándose ante todo en una voz agresiva que bebe de bandas más actuales. Incluso se podría decir que The Inherited Repression trae alguna sorpresa en forma de riffs propios del Hardcore moderno de hoy en día (especial atención a, una vez más, Carriers Of The Plague para darse cuenta de ello).


¿Es quizás su mejor trabajo en su nueva etapa? Puede que sí, puede que no, pero una cosa tengo muy clara: The Inherited Repression devuelve a Psycroptic al trono que llevan ocupando en estos años. Ten cuidado, esto es como afeitarse con machetes dando mandobles.



Puntuación: 8'75/10

lunes, febrero 06, 2012

Innerty - Tabula Rasa (2012)


Pues sí, parece que el Math Metal se está poniendo de moda. Es bastante extraño que un estilo tan enrevesado como éste haya conseguido ganar cierta fama en los círculos principales de la música extrema, pero bien es cierto que los grupos que han ido surgiendo en los últimos años han conseguido darle un cierto toque más accesible al sonido de éste. A pesar de ello, el hecho de que dicho género haya conseguido fuerza ahora tras más de una década en la que Meshuggah, principales inspiradores de este estilo, decidieran dar su giro hacia algo nunca visto (escuchado) por aquel entonces, resulta más extraño todavía. Pero bueno, ahí existen los revivals de géneros como el Death Metal y el Thrash de la vieja escuela, así que tampoco resulta algo alarmante.

Con la sensación de querer paliar el batacazo que se ha llevado el Deathcore en los últimos años (aunque todavía se puede encontrar alguna cosa interesante entre tanta repetición de esquemas), el Math Metal cobra protagonismo bajo el absurdo nombre de "Djent", lo cual me hace pensar de que esta pequeña moda resultará igual o más pasajera. Hasta entonces, y como suele ser habitual en los booms de cualquier cosa en el mundo que se precie, las bandas que van surgiendo y persiguiendo este sonido parecen estar llenas de viveza, de inspiración y de ganas de hacerse notar sea como sea, a bien o a mal.


En este caso la cosa va para bien, pues Innerty llega como un elefante en Ikea directamente. Si en el anterior año Vildhjarta fueron la sensación dentro del estilo, estos franceses pueden llegar a ser la nueva vibración del Math Metal en este 2012, gracias a su capacidad de convertir dicho estilo en algo más que ritmos irregulares y riffs inimaginables. Tabula Rasa es el título del trabajo con el que se nos presentan, y que deposita sus confianzas para conseguir alcanzar un alto estatus a nivel compositivo en el Metal progresivo, de modo que nos encontraremos auténticas ejecuciones realizadas por monstruos de 4 brazos y a la vez formaremos parte de todo un vasto mundo formado por paisajes construidos a golpe de guitarra y puro grito.

La capacidad de Innerty de introducirte por varios recovecos, pasillos y esquinas a través de cambios de ritmo continuos, melodías y momentos sumamente inesperados como en Kubark con la colaboración de nada menos que de Igorrr dándole un toque de atmósfera bruta y amenazante a base de alocada Electrónica enfermiza a juego con los riffs aplastantes que ejecutan la banda, es sumamente satisfactoria. De ser capaces de mantener la complejidad en todo momento para moldearla y hacerla lo más accesible al oído humano posible es algo que hay que alabar, y más cuando se trata de Math Metal. Para ello, no sólo toma el ejemplo de Meshuggah, sino que además recogen elementos del Death Metal propio de grupos como Psycroptic en su faceta más actual, no hay más que prestar atención a The Divine Phenomenology Of Cold Fire para darse cuenta de ello, tema que elaboran con unos cuantos toques bastante curiosos para lo que nos suele ofrecer este tipo de música.

No sólo eso, sino que además son capaces de ofrecernos momentos bastante emotivos, algo que se da sobre todo en la trilogía que encierra Tabula Rasa y que responden al nombre de Cave; Noesis y Solipsism Of A Dying Man, sobre todo el primer y tercer tema, que mediante algún pequeño toque de Jazz nos ofrecen dos temas relajantes y cautivadores a la misma vez.


Así es, Innerty no hace más que confirmar lo dicho. De momento, cosas como ésta servirán para ver si realmente ayudará a dar nuevos aires a la cosa o simplemente se quedará en una etapa breve que quiso llegar a algo y quedó en poca cosa. Sólo ellos pueden tomar las riendas del asunto y decidir qué hacer con ellas.



Puntuación: 8/10

sábado, febrero 04, 2012

Les Discrets - Ariettes Oubliées (2012)


Es curioso: cada vez que Neige saca algo nuevo con Alcest, viene acompañado de Les Discrets, de una manera u otra. Ya ocurrió lo mismo dos años atrás cuando lanzaron su debut en larga duración titulado Septembre Et Ses Dernières Pensées, y este año no iba a ser menos ahora que Neige ha lanzado su nueva obra. Lo cierto es que es incluso comprensible, teniendo en cuenta la gran amistad que une a ambas bandas, y más cuando ya compartieron experiencias y visiones con los extintos Amesoeurs.

A pesar de dividirse sus caminos, los lazos de unión emocionales de Fursy Teyssier y Neige se mantienen vivos y fuertes, compartiendo visiones en todo momento. Y es que si hay algo en lo que se pueda comparar con Les Discrets es, precisamente, Alcest, ya que mantienen el mismo sonido y la misma visión de la música (y de las cosas, por lo que se ve). Separados en su trayectoria, pero unidos en el alma, la banda liderada en gran parte por Fursy vuelve con Ariettes Oubliées para robarnos unos minutos más con el objetivo de endulzar los corazones a través de unas bellas y cuidadas melodías que recogen el legado de géneros como el Shoegaze, el Post-Rock, y hasta podría decirse que el Post-Punk.


Ya de primeras os aviso: es prácticamente lo mismo, lo cual pierde un poco en su contra. Si conoces a Alcest o lo anteriores de Les Discrets, posiblemente Ariettes Oubliées se te antoje un completo déjà vu, nada nuevo bajo el horizonte, los mismos esquemas. Si bien es cierto que comparado con su anterior obra se muestran un poco valientes a la hora de endurecer un poco más el sonido (dentro de sus límites y dominios, sobra entender) para que se haga más potente en ciertos momentos (véase Le Mouvement Perpetuel), es todo lo que puede esperarse de Fursy. Tanto musical como vocalmente, recordarán enormemente a las idas y venidas de Neige con su proyecto principal. ¿Es malo? ¿Es bueno? Todo depende de con qué se mire. A pesar de pecar de repetitivo, Les Discrets destaca por ofrecernos auténticos pasajes hacia la más pura calma, capaces de alimentar aquellos espíritus caídos, empujándolos desde la propia oscuridad hasta alcanzarlos a la luz, para finalmente quedarse abajo esperando a que llegue otro caído para impulsarlo hacia arriba.

Cabe destacar ante todo la batería a manos de Winterhalter, actualmente en la banda Bahrrecht y ex-miembro de Peste Noire, que no duda en meter ritmos bastante potentes y rápidos en más de una ocasión, acercando mucho más las similitudes de la banda con Alcest, claramente tomado de sus influencias del Black Metal, aunque no por ello Les Discrets vaya a convertirse en una banda de dicho estilo de la noche a la mañana. No hay más que prestar atención a temas como al final de La Traversee para darse cuenta de ello.

Apostando también por ritmos más marcados como al comienzo de La Nuit Muette entrelazados con pasajes esotéricos y misántropos, Les Discrets añade elementos nuevos como banda propia, pero extraídos directamente de su compatriota Neige. Ante todo, y a pesar de ello, Fursy sabe cómo tejer estos hilos para conseguir un hermoso vestido, el cual se trata de Ariettes Oubliées, siendo un gran punto a su favor a pesar de lo dicho.


Les Discrets, luz desde la oscuridad, el todo desde la nada, la suave caricia desde un lamento. Escucharlos es como bailar bajo una lluvia de fuego. Y a pesar de todo, sentirás que habrá valido la pena.



Puntuación: 7'5/10

viernes, febrero 03, 2012

Liberteer - Better To Die On Your Feet Than Live On Your Knees (2012)


Actualmente los más puritanos del Grindcore achacan el hecho de que las bandas de este estilo han perdido la esencia de éste, pasando de las líricas contra el sistema propias del Hardcore Punk de antaño, mucho más reales y que hacían sentirse identificado a todos (o la gran mayoría), a las letras típicas del Death Metal sobre sodomizar cadáveres decapitados y demás cosas, además de fusionarse con este último. Vamos, que el Grindcore "ya no es lo que era", dicho de una forma más simple.

El caso es que el Grindcore en algún lejano pasado, y de alguna manera, se dividió en dos ramas que separó a su público cual Mar Rojo: la que mantenía la esencia del Grindcore más arraigada a sus principios propios del Hardcore Punk con unas críticas más cercanas hacia nosotros, y los que decidieron tomar el camino del Death Metal a manos del Grindcore, evolucionando y surgiendo a partir de él subgéneros como el Death/Grind o el Goregrind.

El caso de Matthew Widener, ex-miembro (pasajero) de bandas como Exhumed y The County Medical Examiners y bajista hasta la fecha de Cretin, es más encaminado a alimentar una vez más las almas insaciables de aquellos quienes añoran el Grindcore de la más vieja escuela, y por ello crea en 2010 Liberteer, proyecto que mantiene el espíritu del estilo con tramos que tratan temas más críticos y que de alguna manera hacen identificarse con uno mismo. Un trabajo como Better To Die On Your Feet Than Live On Your Knees sólo puede dar a entender ello con semejante título que es toda una declaración. El caso particular de Liberteer/Matthew es que, a pesar de rescatar la actitud con la que se presentaba el estilo décadas atrás en gran medida, tiene algunas peculiaridades que no lo convierten en una copia de la copia de la copia de... Bien es cierto que su sonido es muy propio de las bandas de Grindcore que han empleado el toque característico del Boss HM-2 de la escena sueca del Death Metal como pueden ser Rotten Sound o Nasum, además de claros dejes propios de Exhumed instrumentalmente en más de una ocasión, pero de alguna manera Matthew decide que para hacer lo mismo de siempre sin añadir algo que llame la atención pues no hace nada, y para dejar constancia de ella introduce momentos sumamente épicos (sí, épica en Grindcore, SIC), de modo que no sólo con The Falcon Cannot Hear The Falconer a modo de intro mete esa épica tan chocante, sino que le sirve para darle variedad a temas como Build No System, Sweat For Blood o Rise Like Lions After Slumber, con un resultado bastante gratificante para aquel que después de todo no espera lo mismo de siempre y quiere ser sorprendido. En cierto sentido, dichos momentos recuerdan a los pasajes de fantasía que suelen meter Bal-Sagoth, pero con otro objetivo.

Y de resto, ¿qué tenemos? Pues una selección de temas aplastantes a elegir entre los 17 temas que forman este debut, y que para sorpresa de alguno, ha sido lanzado por Relapse Records, el cual parece que quiere recuperar su época dorada de Grindcore... en cierta medida.


Poco más que decir. Si eres de los que caminan por el primer camino del Grindcore que comentaba anteriormente, Liberteer puede convertirse en toda una sorpresa para ti. Si vas por el segundo camino... puede que también. De una forma u otra, tras escuchar Better To Die On Your Feet Than Live On Your Knees desearás gritar "¡REVOLUCIÓN!" con todas tus ganas. Porque eso es lo que es, una revolución en toda regla.



Puntuación: 8/10

miércoles, febrero 01, 2012

Wilds Forlorn - We, The Damned (2012)


Parece que al fin 2012 empieza a arrancar. El primer mes de todo año suele pasar bastante desapercibido (luego descubres esos discos grandiosos que salieron en Enero más adelante, ley de vida), pero una vez pasado éste, el año empieza a cobrar forma: anuncios de lanzamientos nuevos de los grandes, sorpresas de grupos que aparecen de la mismísima nada para tumbarte de dos bofetadas, conciertos y festivales que te hacen arrodillarte mirando hacia arriba y alzando los brazos al cielo gritando un sonoro "SÍIIIIIIIIIIIIIIII" de fondo... es lo que suele suceder siempre.

Y para demostrar que el año empieza a hacerse notar, hoy vengo a tratar sobre este peculiar proyecto de Países Bajos a manos de una pequeña y desconocida figura que se hace llamar Yuri Theuns, y que si bien no es la primera vez que hace sus pinitos dentro de la música (en 2010 ya había lanzado su debut en larga duración titulado The Great Loss y un EP), con su segunda llegada cual mesías de la oscuridad parece que ha ganado más fuerza y nombre. Wilds Forlorn es melancolía; añoranza; tristeza; todo ello ataviado de un manto negro, un manto que se conoce como Black Metal y que muchos ya se enfunden desde hace tiempo atrás.


El caso es que Wilds Forlorn no sólo se viste de esta prenda únicamente para expresar su dolor y angustia, sino que además la adorna con pequeños accesorios tallados en atmósferas y, ante todo, elementos extraídos directamente de la música neoclásica. Todo esto da forma a un trabajo bello, pero crudo, de manera que encontraremos bellos pasajes y a la vez caminos estrechos, angostos, de manera que nos encontremos un equilibrio cuasi perfecto entre el blanco y el negro. Por decirlo de alguna forma, y haciendo una de esas comparaciones taaaaaaan odiosas que tanto nos gustan hacer: Wilds Forlorn es como escuchar el mundo de The Ruins Of Beverast pero con la elegancia propia de Pensées Nocturnes. No hay más que escuchar Traces o Renouncing The World para percatarse de las atmósferas tan aplastantes que presenta y los toques melodiosos que actúan como contrapunto, añadiendo además toques sinfónicos y que se acentúan enormemente en el ya citado Renouncing The World, brindándonos momentos incluso épicos, sin llegar a caer en los típicos tópicos de las bandas de Black Metal sinfónicos de promedio.

Sin duda el premio gordo se lo lleva el tema homónimo, en donde trabaja con todas las herramientas de las que dispone para hacer un tramo largo pero variado, rico en matices y ante todo espectacular, pasando de la más absoluta ira a la paz y tranquilidad absolutas en un abrir y cerrar de ojos: toques de piano elegantes y frescos, riffs de guitarra con pequeños solos de fondo emotivos, y un final que se merece un aplauso. Añade dos temas más instrumentales que se centran única y exclusivamente en su lado más neoclásicos, y alguna pequeña influencia puntual del Doom Metal más cavernoso (como al comienzo de, una vez más, Renouncing The World), y te encontrarás ante una maravilla que pocas veces puede uno presenciar y más aún apreciar.


Bello como un atardecer en la costa, crudo como el beso de la muerte, éstas son las sensaciones tan opuestas entre sí que experimentarás al presenciar por primera vez We, The Damned. La cosa empieza a animarse y a apostar fuerte.



Puntuación: 9'75/10