viernes, julio 02, 2010

Samothrace - Life's Trade (2008)

No hay nada mejor para descubrir cosas nuevas en la música que los foros. De entre todos los que suelo frecuentar, no hay ninguno con el que más me haya sentido apegado que otro que no es el de Mariskal, ya sabéis, esa página con secciones, encuestas, entrevistas y grupos para pseudo-góticas y heavys del palo. Sin embargo, el foro es otro mundo, lleno de gente bastante culta a mi ver, tanto musicalmente como en otros aspectos. En él están todos los que deberían formar un foro: nuestro oscuro y a la vez simpático amigo blacker, nuestro alocado hardcoreta punkarra, nuestro true gruñón amante del Thrash, el Heavy y, en general, el Metal de la vieja escuela, el elegante doomer, el cavernoso Deathmetalero de la vieja escuela, los coretas, los culos-inquietos (servidor y unos cuantos más). Hace un tiempo, decidimos hacer una serie de recomendaciones de un disco, 2 por semana, y cada uno hecho por un forero distinto, para que la gente lo escuchara y diera su opinión.

Pues bien, en la primera ronda de recomendaciones, hubo un disco que me atrajo enormemente la atención. Su nombre era Life's Trade, el grupo Samothrace, y nuestro colega forero de turno los clasificaba con la siguiente etiqueta: Doom / Post-Metal con influencias del Crust. No pude evitar arquear una ceja, lo primero que pensé al leer esto era en unos Fall Of Efrafa. Lo descargo, lo escucho, y nada más empezar ocurren dos cosas: lo primero, que me doy cuenta que no eran unos Fall Of Efrafa, desde luego. Lo segundo, que me asalta un sentimiento de paz, tristeza y dolor a la misma vez que no había sentido jamás. Era algo único. Y ese sentimiento se vio truncado cuando unos colegas me animaron a dar una vuelta. Acepté, pero mientras charlábamos por las calles, mi mente sólo estaba ubicada en una cosa: el disco. Necesitaba volver, necesitaba volver a enchufarme eso, necesitaba volver a sentir esa sensación.

Porque amigos, esta gente no es de este planeta. Incluso dudo de que sean de esta galaxia. Juegan en otra liga, una liga en la que la mayoría de los mortales no estamos, ni creo estaremos nunca. Y no es una banda que pueda ser comparada con otra cualquiera. Su música, sus riffs, son tan 100% originales y propias, que al menos a mí me cuesta verles similitud con cualquier otra cosa. No es un grupo con el que digas "me recuerdan a..." o "suenan como unos...". No, y eso es lo que me hace levantar una sonrisa de mis labios, pues sé que esta banda, si se lo propone, puede llegar muy lejos. Pena que no sea siempre así. Y lo que es más importante: esta gente toca con el corazón. Samothrace (nombre que hace alusión a una isla griega que era Santuario de los Grandes Dioses donde se realizaban ceremonias helénicas, y que alberga la estatua de Nike, diosa de la victoria de la mitología griega), hurgará en tus heridas más profundas, las volverá a abrir, y hará que éstas vuelvan a sangrar. Porque Samothrace es dolor, tristeza, el lado más recóndito del sentimiento humano, la alma opresora que te hará cuestionar qué y quién eres. Y fijaros la importancia que puede tener esta banda, que el disco ha sido grabado por Sanford Parker, miembro de la banda Minsk, el cual se fijó en el potencial que puede tener esta gente, lo cual supone un gran paso.

Life's Trade arranca con La Llorona, título que le viene como anillo al dedo al tema, porque seguramente ése sería el apodo que nos habrían puesto los matones de nuestra escuela en su época si esto existiera antes y lo escucháramos en su momento. Sin duda el mejor trabajo del disco, porque es inevitable echar una lágrima con este tema (yo lo he he... ¡Eh! ¿A qué vienen esas risas?). El tema en cuestión comienza con una atmósfera ciertamente psicodélica, mientras caen unas notas de guitarra como gotas de agua de una hoja, para dar un golpe de rabia la batería mientras surge la voz de Brian Spinks, desgarradora y entrecortante, donde se nota principalmente esa influencia Crust que se menciona en esta banda. Solo de guitarra, que si no te ha desmoralizado ya, al menos te habrá dejado tocado. Los samples ayudan a conseguir un ambiente opresor y decadente, mientras las guitarras rasgan las notas con dolor, mucho dolor, hasta que a mitad del tema entra en escena el bajo con esas notas que te cortan la respiración y te hacen sucumbir en tu propia miseria. La batería desaparece y sólo queda un riff de guitarra melancólico, muy melancólico, mientras aún se mantiene esa atmósfera que nos atrapa y envuelve sin poder evitarlo. Pero no tardará en explotar nuevamente la batería. Y es entonces cuando surge el punto culmen que es ese solo final de guitarra. Y es entonces cuando todos esos recuerdos que pensabas haber enterrado hace tiempo atrás surgen y te atacan la mente, sueltas una lágrima, y tu corazón se te oprime tan fuertemente que te cuesta respirar.

Tras este cócktel explosivo de sonoridades, da paso a Awkward Hearts, y que presenta por momentos ciertos toques Stoner en algunos riffs de guitarra, pero muy pocos. La voz de Brian Spinks nos sigue atrapando, y los pequeños solos de guitarra vuelven a cautivarnos y a cortarnos como el viento por dentro. Los últimos minutos con ese solo de guitarra increíble nos puede evocar a desiertos de horizonte infinito, un regusto Stoner e incluso por momentos al progresivo como pocos pueden hacer.

A continuación, damos salto hacia Cacophony, en donde cada vez se hace más notoria la influencia del Stoner y del Post-Metal, y donde la sensación de soledad y abandonada es brutal, dejándonos a merced de una muerte lenta y dolorosa. A mitad del tema, y tras ese solo de guitarra arrasador como tormenta del desierto, empieza a coger ritmo, más propio del Stoner en las guitarras y más propio del Crust en la batería. Esto último quizás sea en una dosis muy pequeña, así que tampoco vayáis a comeros la cabeza pegando la oreja en total atención al sonido. Vuelven a atacarnos a nuestra alma con un solo potente con el que hay que cerrar los ojos y no escucharlo, sino sentirlo.

Finalmente, cierran el disco con Cruel Awake, un tema donde ya se ha hecho manifiesta la total presencia del Stoner, pero llevado a sus terrenos de una manera tan magistral, que sólo podemos arrodillarnos ante tal obra maestra. La voz cada vez hace menos acto de presencia, para darle todo el protagonismo a esos riffs de guitarra y esas notas alargadas y estiradas hasta el infinito que a veces llegan a rozar el Drone. Unos últimos minutos más propios del Post-Metal dan el adiós y cierre de este disco que ha sido un viaje hacia nuestro pasado más oscuro y hacia esas cicatrices en nuestro corazón y nuestra mente que una vez fueron heridas que no sangraban, pero nos hacían sufrir.

Eso es Samothrace, y eso es Life's Trade, con un formato físico que me parece tan hermoso como su propia música. Y todo gracias a una recomendación en uno de los muchos foros y páginas que alberga este mundo informático que es Internet. Le dedico la entrada a Adrianthema del foro de Mariskal por hacernos descubrir esta banda que es única en su estilo.



Puntuación: 10/10

4 comentarios:

  1. Uy, casi se me escapa este!! Un discazo tremendo, que si no tuvo mayor repercusión fue por la brutal calidad de los lanzamientos de ese año. Eso sí, hay que decir que practicamente ninguno puede mirarle por encima del hombro. Herederos de Neurosis (aunque bueno, todos lo son...), me recuerdan cuando se ponen oscuretes a Across Tundras. Eso sí, son meras reminiscencias engullidas en la tripa de este monstruo de personalidad propia.

    Grandes!!!

    ResponderEliminar
  2. Me suena de haberlos leído por ahí pero nunca les he dado una oportunidad. Tras leerme todo lo que has puesto no he tardado nada en buscarlo. Tiene pinta de ser un disco excelente para escuchar de noche en la cama cuando la vida pinta ser una mierda.

    ResponderEliminar
  3. Se me hace la boca agua con tus comentarios, lo busco y lo descargo pero ya!!!, muchas gracias por el curro que te pegas, así da gusto bajarse algo...

    ResponderEliminar
  4. Jaja, buen resumen del foro. Sí, fue uno de los discos más interesantes de la ronda de recomendaciones. A mi me gustó, no tanto como a ti, pero me gustó.

    ResponderEliminar