martes, mayo 31, 2011

Saturnalia Temple - Aion Of Drakon (2011)

Parece que esta vez nos toca una semana bastante Doom, o al menos en torno a este género se refiere. Hace poco hablaba de la nueva llegada de Dark Castle, de la fulminante presentación de Seidr, y esta vez le toca a la llegada de una banda que sabe bastante de esta rama. ¿Y por qué? Pues porque estos chicos provienen de la escena sueca de Estocolmo, y ya sabemos que Suecia de Doom Metal sabe un buen rato. Y de Stoner también. Y es por ello que nos brinda una vez más con una banda proveniente de ella para dejar claro su importancia dentro del estilo.

Saturnalia Temple viene dispuesto a hacerse notar, y vaya que si lo hacen. Con clara influencia del Stoner/Doom británico, y con altas dosis de ácido lisérgico introducidas directamente en vena para estar a punto, invaden nuestros cerebros para conquistar nuestras mentes merced a un sonido completamente psicodélico a más no poder. ¿Cómo? Mediante la fórmula de la repetición. Y es que, amigos míos, preparaos para escuchar uno de los discos en donde mayor uso del delay se haya presenciado jamás en la Tierra. Al menos un servidor nunca se había encontrado con tal evidencia del sonido en otra obra hasta ahora. Mediante el uso reiterado de este recurso con el objetivo de obtener el efecto de eco buscado para dar paso a un disco completamente corrosivo, Aion Of Drakon es una sucesión de sonidos repetidos a medida que se va desarrollando éste para dar la extrema sensación de estar viviendo una experiencia de tripis y farlopa, bien sea aplicada a la voz (como en Black Magic Metal o Ancient Sorceries) o directamente a las guitarras (Aion Of Drakon).

Así, como si a Electric Wizard se le fuera la olla completamente (más de lo debido) y comenzaran a llevar su sonido hasta panoramas insospechables, Saturnalia Temple te arrastra a su tornado de hierba que te lanzará por los aires para no tocar tierra hasta haber acabado el susodicho álbum. Los riffs que se van desarrollando a medida que transita Aion Of Drakon respetan en todo momento lo establecido en el Stoner/Doom, de manera que encontrarás lo que prácticamente uno espera en un disco de este estilo: ritmos llenos de vitalidad, animados, que incitan a ocupar un buen espacio en tu sofá para dejar pasar las ideas y las horas. Y aún cuando el delay se rebaja considerablemente a partir de Sitra Ahra Ruled Solitary Before The Creation, no supone un decaimiento del nivel en su capacidad, pues con ello sólo consiguen evitar que dicho efecto acabe resultando hasta pesado.

Buen rollo, buena psicodelia y buenas vibraciones traen estos suecos para deleitarnos durante una tarde tranquila como la de hoy. Parece que esta va a ser la semana del Doom, y mucho me temo que la cosa no va a cambiar. Tampoco lo tengo previsto.



Puntuación: 9/10

lunes, mayo 30, 2011

Seidr - For Winter Fire (2011)

Hay veces que se da el caso de ser testigo de maravillas que no se dan en la vida todos los días, de esos momentos que se enmarcan en la historia propia de uno por mucho tiempo, y que perduran por los siglos de los siglos, como estrellas fugaces que uno puede presenciar y que le resulta hermoso, algo que se consume cuestión de segundos. Pensar que en tan poco tiempo una cosa penetra en tu interior para permanecer en él por mucho tiempo es algo majestuoso. Una de esas "estrellas fugaces" que he presenciado hoy es el debut de esta banda que ha entrado con una espectacularidad asombrosa y pasmosa a la misma vez.

Seidr es una banda proveniente de Estados Unidos, y que entre sus filas cuenta con nada menos que A. Lundr, miembro y líder único de los aquí conocidos Panopticon. Lejos de hacer lo mismo que en su banda insignia, Seidr es un compendio entre el Doom y el Death Metal, evocador de bandas de la talla de Process Of Guilt, pero que transmuta en algo único y glorioso, algo puramente espiritual y esotérico en toda su extensión, merced a unos arreglos folclóricos sumamente impactantes y que confieren ese aire ritualista a la banda. For Winter Fire es el disco debut con el que finalmente detonan dentro de la escena, y que desde el principio os atrapará en su nebulosa atmósfera.

Ya desde el principio For Winter Fire empieza fuerte con su carta de presentación: A Vision From Hlidskjalf, el cual ya de por sí es más que suficiente para poner este trabajo en un pedestal, un tema que evoca una melodía y una fuerza descomunales, con su comienzo puramente ritual que te dará la sensación de estar entrando en un pueblo vikingo oculto en medio de los frondosos bosques de la Europa del Este, y que va volviéndose cada vez más y más feroz en su trayecto, hasta culminar en un final glorioso. Y eso es sólo el primer tema. On The Shoulder Of The Gods practica un sonido más oscuro y denso, que se va transformando cada vez más con la introducción de varios elementos que se van anclando como piezas de un rompecabezas poco a poco, construyéndose riffs que se van alzando y engrandeciéndose progresivamente, y que por momentos presentan una textura similar a la de Samothrace.

La cosa continúa hasta llegar a In The Ashes, que a modo de puente entre las dos mitades que conforman For Winter Fire, solucionan el camino con un tema completamente acústico y calmado, con voces limpias a cargo de Lundr y una magnífica sensación de espiritualidad, como si nos encontráramos con nuestros colegas en medio de un bosque al caer la noche, al calor del fuego de una hoguera, rodeándola y recordando tiempos mejores, todo ello para dar paso a The Night Sky And The Wild Hunt, con unos aplastantes riffs que irán pulverizando tus sentidos hasta convertirlos en arcilla. Con todo ello, y con dos temas más que mantienen el alto nivel del disco, se construye no sólo un trabajo, sino una forma de vida y de cómo ver las cosas.

Aplastante trabajo y debut que se convierte directamente en uno de los mejores discos que nos ha brindado el año. Cuando el oscuro cielo se bañe en estrellas, recuerda a Seidr y entra en completo trance.



Puntuación: 10/10

domingo, mayo 29, 2011

Dark Castle - Surrender To All Life Beyond Form (2011)

Cada vez queda menos para llegar a la recta final y por fin tener unas más que merecidas vacaciones. El proceso es lento, como lo es lo nuevo de esta banda proveniente de la cuna del Death Metal estadounidense (Florida), y que en 2009 darían mucho de qué hablar con su debut Spirited Migration. Dark Castle es uno de esos dúos que, con tan poco material y tiempo de existencia, sientan cátedra haciendo que permanezcan en las mentes y en las bocas de muchos, algo que no se suele dar usualmente. Con un Sludge denso y oscuro, y haciendo culto y oración a los grandes del género, conseguían dar un golpe de estado dentro de la escena con un disco que traspiraba frescura por todos los paros, bien sea por el hecho de que al frente se encuentra la portentosa habilidad de Stevie Floyd tanto a la guitarra como a la voz, bien sea por la atmósfera ritual que llevan cargando al hombro.

Surrender To All Life Beyond Form repite la fórmula que traían por entonces, y la cual nada les sienta mal. Con su densidad oscura y tenebrosa que hará vibrar tus sentidos como si de un terremoto se tratara, y las notas que van aplastando la atmósfera que van dibujando poco a poco y con meticulosidad, Dark Castle vuelve a sacarse un disco sombrío y que recoge nuevamente los principios del Sludge más denso y pantanoso. Reforzándose quizás en la vasta condensación del Drone, esta pareja de monstruos del pantano irán arrastrándote hacia el lodo paulatinamente hasta que éste alcance tu cuello y te ahogue en él. Con temas que son todo un trance sonoro perturbante como la bien trabajada Heavy Eyes, en donde Stevie va tejiendo los riffs con total cuidado y cariño como si de una viuda negra se tratara. Y para que quede claro la intención de la banda, de convertir la música en un ritual esotérico en toda regla, el mejor ejemplo para definir sus intenciones residen en Spirit Ritual, para más redundancia, en donde los cantos oscuros y macabros propios de una ceremonia religiosa, con un ambiente que se irá detallando en tu piel, causando auténticos escalofríos, y donde el dúo trabaja compenetrados con unas voces gloriosas y que perfilan su verdadera intención. Más allá de todo eso, también comienzan a hacer uso de sintetizadores para apoyarse en esas atmósferas gloriosas como al comienzo de To Hide Is To Die. Lo demás, es algo que ya todos conocemos: superioridad musical en todos los aspectos.

Una muestra perfecta más de que los sonidos más primitivos están adueñándose de la situación actual que vivimos en la música, y en la que cada vez más bandas quieren subirse al carro. Dark Castle ya lo han hecho, y esta vez dejan un regalo para recordar que siguen a bordo.



Puntuación: 9/10

sábado, mayo 28, 2011

Dining In Tuscany - 1556 (2011)

Parece que en estos días estoy de suerte, últimamente estoy encontrando cosas muy interesantes que me están sorprendiendo gratamente, algo nuevo dentro de lo que uno ya conoce de por sí, y que llevaba sin sorprenderme en mucho tiempo. Lo que hoy traigo es algo que se sale de todo conocimiento humano, una reliquia que contiene tantos elementos encerrados en sí mismo, que escapan de la comprensión lógica. Un vórtice lleno de distintas materias encerradas en sí y que conforman un todo, aún cuando parece que el caos impera en este universo que conforma esta banda.

Creo recordar el haber dejado en constancia por aquí que Australia es uno de los países que en cuanto a escena musical son muy, muy experimentales, y en el que es difícil encontrarse una banda que se asemeje a otra. Desde los abanderados en su escena Portal hasta los por aquí conocidos Separatist, es algo que ya no es desconocido por estos lares. Pues bien, Dining In Tuscany reafirma lo dicho, pues es una banda que presenta tantos elementos en sí, que es muy difícil clasificarlos en una única casilla. Todo lo existente en la tierra se condensa en un único disco que al abrirlo, se expandirá por todos los rincones de tu hogar, ocupando todo el espacio con una atmósfera lúgubre y extraña a la misma vez.

Encasillarlos es un esfuerzo titánico que se escapa de mis manos, estoy seguro que aún con todo me estaré equivocando. Dining In Tuscany tiene todas las papeletas de ser un grupo al que no le gustan las etiquetas, pues la cantidad de palos que tocan es tal que tomaría milenios meterlos en un saco en concreto, aún cuando 1556 sólo alcanza la media hora de duración. Y aún con todo, notarás que ha pasado toda una eternidad, pues tienen una capacidad para hacer que el tiempo (su tiempo) se desdoble de la realidad innata. Por hacer un intento de qué son esta banda, Dining In Tuscany se podría decir que recoge influencias de géneros tan diversos y extremos entre sí como pueden ser el Black Metal, el Death, el Post-Metal, e incluso resquicios del Hardcore y el Grindcore, todo ello embadurnado sobre una capa ambiental única y excepcional. Ya a primera vista se puede comprobar con Lord Beethoven's Diamond Church Of Worm, que con una pausada y melancolía melodía que suena tímidamente en la lejanía, da paso a una potencialidad pasmosa en el que las ondas del Black Metal y el Death Metal se van intercalando con atmósferas propias del Post-Metal y cierta técnica de por medio. En ese sentido, sí que podría aproximarse a lo que hacen Ulcerate, solo que su destino está más cercano a los viajes astrales del Post-Metal que a la brutalidad sonora que hacen característicos a los de Nueva Zelanda. Y aún con todo, algún arranque propio del Hardcore se llega a dejar entrever como puede ser en el caso de Andrea, con esos riffs propios del estilo en su faceta más melódica, pero llevado hacia un nivel nunca antes visto.

A medida que avanza el disco, la presencia del Death Metal y de la técnica se va haciendo cada vez más latente, algo que llegaremos a ver en Gold Plates Black Discs, que entrelazado con ciertos patrones propios del Black Metal (acojonantes ambientes al principio y final del tema, todo sea dicho), y que todo ello se juntará formando un equilibrio y un todo en Broyer Du Noir, donde tanto riffs asesinos que decapitarán cabezas a su paso con su rapidez y frialdad como momentos de dulzura, paz y tranquilidad se entrelazan de una manera excepcional.

Una experiencia única e irrepetible, que deja en constancia que Australia es un país único en el Metal, haciendo lo que les sale prácticamente del sótano. No os arrepentiréis de adentraros en su fascinante mundo de desolación.



Puntuación: 10/10

viernes, mayo 27, 2011

Mamaleek - Kurdaitcha (2011)

Antes que nada, quiero aprovechar para dar todo mi apoyo desde aquí a todos los que participan y actúan en #acampadabcn tras la dura represión de los Mossos d'Esquadra en la Plaza Cataluña, así como también a los afectados en Lleida. Es una auténtica vergüenza, y que deja bien claro los tiempos que estamos corriendo actualmente y del material del que están hechos tanto el Gobierno comos sus can cerberos. Sólo hay que buscar en Flickr y Youtube para presenciar los brutales acontecimientos que se muestran, y toda la farsa que hay detrás ello (¿desalojar para permitir la actuación del servicio de limpieza? Se ha llegado a declarar la desaparición de datos acerca de las acampadas que se guardaban en ellos...).

Una vez dicho esto, pasamos a proceder al acta de hoy, que se basa en la idea de que todo está escalonado, estructurado y distribuido en niveles. El orden parece ser un factor primordial a día de hoy dentro de todo lo compuesto por el hombre hasta la actualidad. No se necesita ser un contemporáneo ni un experimentado en la materia para darse cuenta de la inmensa red en la que nos encontramos en la sociedad (y que se demuestra que nunca es perfecta). No sólo en lo antro, también se puede ver que la naturaleza se estructura por capas. Y con ello, cada nivel tiene la particularidad de que, cuanto más alejado está de la superficie, más desconocemos de éste. Creo que jamás llegaremos a saber cómo es el núcleo de la Tierra, por ser precisos.

¿A qué quiero llegar con todo esto? A que de alguna manera se puede hacer una analogía con la música, y con cada género en el que se divide ésta: mientras más nos sumergimos en un estilo, menos conocedores seremos de lo que nos encontraremos. Y, como si de seres abisales se trataran, encontraremos grupos cada vez más y más raros que superan las leyes de lo conocido para labrarse sus propias normas y regirse bajo ellas. Dentro del Black Metal se podría darse un caso concreto. Desde el puro Black que a día de hoy muchos conocemos, hasta el Black Metal experimental, hay un trecho, y muy grande. Más allá de lo conocido, existe un campo en el que caminan varios grupos que no tienen nada que ver con nada, ni siquiera con ellos mismos. Ése es el caso de Mamaleek, una banda que un servidor ha descubierto recientemente, y que le ha dejado bastante sorprendido. Originarios de Estados Unidos (para ser exactos, de San Francisco, California), esta banda tiene la peculiaridad de que lo que conocerás de ello es lo desconocido. Y es que Mamaleek es una banda extremadamente oculta, de la que nada se sabe de sus miembros (quizás algo, pero poca cosa). Y tanto como parece que quieren mantener una filosofía en la que lo desconcertante y lo desconocido priman por encima de todas las cosas, su música también se mueve por dichos terrenos. Mamaleek se aferra a un Black Metal completamente enfermizo, esquizofrénico, de ése que te dejará noches sin dormir, bien sea por la atmósfera que lo envuelve, bien sea descifrando la verdadera intención de la banda. Jugando completamente con la experimentación hasta límites insospechados, esta banda consigue mediante lo completamente radical llegar a sonar a todo y a nada a la vez. Todo porque presenta una cantidad de ingredientes que hacen de este plato sumamente raro, pero sabroso. Y nada porque si intentas buscar en tu biblioteca mental algo cercano a lo de esta gente, te darás cuenta de que no existe nada parecido a ellos.

Kurdaitcha es el nuevo trabajo de esta banda, y si hay algo que deja bien claro lo que busca, es no dejar indiferente a nadie. Mediante una suma de elementos que irán añadiendo como piezas para un motor, poco a poco éste irá arrancando hasta echar humo. Comenzando con The Hypocrite & The Concubine, Mamaleek muestra algunas cosas interesantes a primera escucha: para empezar, su sonido saturado hasta los límites que conocemos, haciendo que su música sea tan densa que necesites un seguro de vida para prevenirte de llegar a sufrir algunos daños irreparables tras la ingesta de semejante potenciador. Por otro lado, el tema en sí destapa unas peculiaridades que al menos un servidor nunca había presenciado, entre ellas esos sonidos tribales propios de tribus encerradas en el pasado. Tras ello, nos traslada a Wake Up, Jacob, donde se manifestarán dos factores que serán patentes a partir de este trayecto: el puro Noise, y bases electrónicas que causarán total confusión en el oyente debido a que es algo que uno no se espera para nada. Tras ello, llega My Body Rock Long Fever, con un piano cuyas notas caen como ráfagas de estrellas fugaces en la lejanía, mientras se va condensando la furiosa voz que va inundando todos nuestros sentidos, poniéndonos la carne muerta. Ya a partir de Sinner Won't Die No More los aspectos del Noise se hace cada vez más claros y concisos, entrelazados con una atmósfera cargante y asfixiante de Dark Ambient que te irá atrapando poco a poco. Saliendo del pozo para ver un poco de luz con The White Marble Stone, pequeñas melodías que se dislumbran entre varias capas de sonoridad densa y oscura como un futuro incierto, y terminando con Some Valliant Soldier como postre a la guinda, cierra un disco que irá cautivando en varios aspectos.

Un disco tenebroso, pero incluso a la vez melancólico, que deja un sabor dulce y a la vez extraño en nuestros paladares, y el que hay que saborear poco a poco para sentir toda la textura de ésta. Y os aseguro que hasta os sabrá a gloria.



Puntuación: 10/10

jueves, mayo 26, 2011

Devin Townsend Project - Deconstruction (2011)

Después de un día en el que he estado bastante liado con los asuntos más importantes que me concierne (entiéndase estudios), es hora de arrancar con uno de mis artistas favoritos a nivel general. Devin Townsend no es nadie nuevo dentro del panorama del Metal, y en estos terrenos mucho menos. Siendo uno de los miembros fundadores de los grandiosos (y fósiles del género a la misma vez) Strapping Young Lad, este carismático hombrecillo decidió que a partir de la muerte de su banda comenzaría a marcarse su propio camino solo. Y vaya si le ha sentado bien. Durante estos años, su trayectoria no tiene nada que envidiar a nadie. Es más, tendría que ser al contrario. Demostrando su potencialidad tanto como compositor como instrumentalista (multi-instrumentalista, para ser exactos) e incluso como productor, Devin ha ido cosechando una cantidad de obras desmesurada, a la cual cada una destaca por su propia personalidad, como si de seres vivos fueran ante las manos de un Dr. Frankestein audaz.

Este año no iba a ser menos, y desde ya, nuestro querido Devin ha anunciado que irá lanzando varios trabajos a lo largo y ancho del 2011. Deconstruction es uno de los ya conocidos y que se puede encontrar en los vastos dominios de Internet, y aunque la portada de por sí resulte bastante pintoresca, no os dejéis engañar: nos encontramos ante uno de los trabajos más potentes de este canadiense que jamás hayáis podido imaginar. Titán de titanes, Deconstruction pretende abastecer tus ansias de fuerza sonora, para acto seguido aplastarte como una hormiga sin compasión. Y así lo hace, pues la increíble capacidad, anclado a la abrumadora cantidad de elementos, de riffs, de cambios de ritmo, compás y contraste inimaginables, harán una vez más cuestionarte si realmente nos encontramos ante la reencarnación de Dios. Próximo a su trabajo de Ziltoid, Devin moldea, crea y confiere vida a un monstruo que destrozará tus huesos de un solo golpe, con una fuerza y un groove de incuestionable magnitud. Y, por si fuera poco, Deconstruction es toda una bomba cargada de colaboraciones que estallarán en tu cara desde el primer instante que le des al Play de tu reproductor. Porque, para que os hagáis una idea de la colosal cantidad de colaboraciones con las que cuenta este volcán de pura lava magma, el listado dice tal que así:

- Ryan Van Poederooyen (batería de Non Human Level)
- Dirk Verbeuren (batería de Soilwork)
- Paul Kuhr (Novembers Doom): voz en Praise The Lowered
- Mikael Akerfeldt (Opeth): voz en Stand
- Ihsahn: voz en Juular
- Tommy Giles Rogers (Between The Buried And Me): voz en Planet Of The Apes
- Joe Duplantier (Gojira): voz en Sumeria
- Paul Masdival (Cynic): voz en Sumeria
- Greg Puciato (The Dillinger Escape Plan): voz en The Mighty Masturbator
- Floor Jansen (ex-After Forever): voz en Pandemic
- Oderus Urungus (Gwar): voz en Deconstruction
- Fredrik Thordendal (Meshuggah): guitarrista en Deconstruction

Una lista exenta de dejar indiferente, desde luego. Todas y cada una de las colaboraciones conforman un disco que, cual red de un complejo sistema, divide a éste en varios organismos, el cual cada uno cumple una función concreta, pero que en su unión construyen Deconstruction. Porque básicamente de eso se trata esta obra: de la desconstrucción de algo ya conformado, de separar las piezas de un mecanismo para su estudio separado. Y mientras que temas como Praise The Lowered o Sumeria son las articulaciones que dan movilidad a todo el conjunto, otros como Stand, Planet Of The Apes o la propia Deconstruction son órganos vitales y, por lo tanto, de mayor importancia. Pero no os despistéis, todos y cada uno de los temas presentan algo en común, y ése es Devin Townsend que, con espada en mano y alzada en alto, despliega sus tropas hacia la batalla mientras ataca con sus característicos riffs cargados de una rabia aplastante y que no da tiempo ni a pestañear. Su sello de la casa es claro en este disco, como no podía ser menos: desde los pasajes astrales y los sonidos cristalinos hasta la brutalidad y sequedad propia de sus raíces (osea, Strapping Young Lad), Devin sigue haciendo lo que mejor sabe hacer: lo que le sale de los huevos, prácticamente.

Por supuesto, algunos temas son de obligatorio análisis y estudio dada la particular maestría que desprenden, o la espectacularidad propia de los FX's de una película de superproducción, y en Deconstruction no va a ser menos. Entre ellos, hay que destacar algunos como Sumeria, donde Devin se codea con la reconocible voz de Joe Duplantier y Paul Masvidal, que van alternándose como si de un monstruo de tres caras se tratara el tema, mientras van dándote punzadas como lanzas que atraviesan tu cuerpo. Otro de los temas a destacar es Pandemic, dada la particularidad de ser la única colaboración con voz femenina reconocida al frente, y aunque Floor Jansen no sea una cantante que me interese mucho, he de reconocer que su aportación en este tema lo hace un tema bastante interesante, en contraposición de contraste con los riffs gruesos cual blindaje de tanque. El tema homónimo Deconstruction es otro claro a tener en cuenta, prácticamente porque en éste es todo un dúo de dos virtuosos a la guitarra como pueden ser Devin y Fredrik, lo cual no lo hace para nada extraño teniendo en cuenta que tanto Meshuggah como Devin son casi oradores uno del otro, y todo ello con Oderus saltando por todo el tema. Un auténtico duelo de caballeros en donde blanden sus guitarras y cruzan éstas dando como resultado una hecatombe de riffs, punteos y técnica desmesurada. Pero si hay un tema que destaca por todos, sea de la manera que sea, corazón de este ser vivo en toda regla, ése es The Mighty Masturbator. La cantidad de transiciones, de ritmos que se pegarán a tu esqueleto haciéndote bailar irremediablemente, cambiando entre sí constantemente como si de una emisora de radio del Diablo se tratara, todo ello junto con la portentosa voz de Greg Puciato que hará un nudo en tu garganta, convierten a este tema en toda una mención a la hora de hablar de la capacidad imaginativa de Devin, recalcando además los últimos minutos en donde se alcanza un clímax épico (sic) demoledor, como si de una supernova se tratara. Y para rematar el disco, nos brinda un tema que se convierte en toda una declaración de intenciones: Poltergeist. Al comienzo de éste me refiero, y me remito.

Quizás podría achacar la falta de notoriedad en el resto de colaboraciones (echaba en falta algún momento glorioso de Mikael en Stand, por poner un ejemplo), pero nada que manche y eche a perder todo lo construido en este palacio de las maravillas.

Una muestra más de que, haga lo que haga, cómo lo haga (y con quién lo haga), Devin seguirá haciendo calidad por siempre hasta el fin de su existencia.



Puntuación: 9'75/10

martes, mayo 24, 2011

The Axis Of Perdition - Tenements (Of The Anointed Flesh) (2011)

Recuerdo la primera vez que escuché a esta banda: la curiosidad que se apoderó de mí fue al instante al descubrir que una banda de Black Metal hablaba nada menos que de una saga mítica de videojuegos (y que poco a poco se ha ido desvaneciendo) como es Silent Hill. Por supuesto no tardé ni un segundo en echarle el guante, y mi sorpresa fue, desde luego, mayúscula, a la par de positiva: una banda que mostraba una atmósfera asfixiante y aplastante como pocas había escuchado jamás en la vida. Su manera peculiar de introducir elementos industriales y del Dark Ambient conferían a la banda de una fuerza sobrenatural en su música que se anclaba en una oscuridad apabullante, donde los gritos de desesperación de seres sobrehumanos y monstruos cibernéticos con los aullidos en la lejanía mezclados con riffs que cortaban y mataban como cuchillas envenenadas hacían de The Axis Of Perdition toda una sorpresa dentro del género, única e irrepetible.

Bien es sabido que la banda ha tenido siempre una evolución constante, y que en ningún momento ha realizado el mismo trabajo. Comenzando por un equilibrio perfecto en The Ichneumon Method (And Less Welcome Techniques) de Black, Industrial y Dark Ambient, y pasando posteriormente a un disco que se adentraba más en los pasajes tenebrosos del Dark Ambient y más adelante a un disco conceptual, ahora con la llegada de Tenements (Of The Anointed Flesh) la cosa ha variado una vez más.

Para comenzar, la dirección de la banda se ha proyectado de manera que las influencias del Industrial y del Dark Ambient han pasado a un segundo plano, llegando incluso a ser casi inexistentes en gran parte del disco, para así centrarse más en las composiciones y los riffs. Y precisamente aquí es donde cambia radicalmente la banda, ya que lo primero que nos vendrá a la cabeza al escuchar por primera vez Tenements (Of The Anointed Flesh) es Blut Aus Nord. Porque sí, los ingleses han decidido esta vez centrarse más en la oscuridad que hacen claros y patentes a los franceses, pero mostrando sus propios elementos, como era de esperar. Las voces robóticas se han suprimido parcialmente, dando más hincapié a los esquemas típicos del Black Metal, es decir, screams de pura agonía y dolor y en el que incluso se atreven a introducir algún elemento épico como están habituados a hacer sus compatriotas Anaal Nathrakh actualmente. The Flesh Spiral es un buen ejemplo de ello.

Y llegados a un cierto punto en donde se ha dejado claro el viraje que ha sufrido la banda respecto a sus predecesores, a partir de The Changer, y como bien indica el título del tema, supone un cambio dentro del cambio, en donde el disco toma un nuevo rumbo mucho más ambiental y pasajero, y que va invadiendo cada vez más las últimas pistas hasta llegar a Ordained, donde adquiere una fuerza más propia del Doom Metal, y que, a base de riffs lentos, se abre camino en los casi 8 minutos que conforma el tema para cerrar con Awakening de la forma más espectacular que uno pueda esperar.

Se enciende la llama de la desesperación, y con ella arden las almas condenadas a la eternidad. Nada más escuches la sirena del pueblo, refúgiate, o no vivirás otro día más.



Puntuación: 9/10

lunes, mayo 23, 2011

Nader Sadek - In The Flesh (2011)

Al fin, llega la recta final para este año de estudios: los últimos exámenes están cerca, y ahora como nunca hay que acelerar para sacar este año adelante y no dejarse vencer. Pero como siempre, uno intentará mantener al día esto para que no muera en ningún momento. Lo que hoy vengo a comentar es algo más por mera curiosidad que por ser un disco soberbio en sí. No son pocos los proyectos en solitario de un miembro de una banda para intentar abarcar ciertos aspectos de su propio interés musical: entrar a saco en detalles que con su propia banda no podría conseguir, experimentar en terrenos nuevos para ellos, etc etc...

Sin embargo, este caso es bastante particular, pues la sombra que hay tras este proyecto nunca se ha visto envuelto de lleno en una banda: no parece que haya usado nunca ningún instrumento, ni haya compuesto nunca un tema. Es el caso de Nader Sadek, egipcio que, si por alguna razón es conocido, es por encargarse del montaje de efectos visuales de la gira de Mayhem en 2009. Con su propia página web, Nader Sadek consideró que era hora de adentrarse dentro del mundo del Metal, y bajo un proyecto con su propio nombre ha contado con la colaboración de nada menos que Flo Mounier (batería de Cryptopsy), Blasphemer (ex-guitarrista de Mayhem y actual miembro de Aura Noir) y Steve Tucker (ex-vocalista de Morbid Angel). Además de ello, ha contado con la colaboración de artistas como Travis Ryan de Cattle Decapitation. Por si fuera poco, ha fichado para el sello Season Of Mist.

Personalmente me parece una desfachatez el usar tu propio nombre para una banda en la que participas indirectamente dándole la publicidad y los medios necesarios y dejando que otros miembros ajenos a éste se encarguen completamente de los instrumentos sin tener nada que ver en la formación de la banda en sí, llevándose todo el mérito uno, pero lejos de mi propia opinión, no deja de resultar curioso su disco debut In The Flesh. En primer lugar, por sus letras que hablan en torno al petróleo, bien sea por el afán de poder de los peces gordos por obtener esta materia prima o por otras cuestiones. En segundo lugar, su sonido, concentrado en un Death Metal oscuro y denso, muy de la vieja escuela, y que recoge el auge del sonido de Morbid Angel, sobre todo del disco Domination. Tras la brevedad de este disco que no llega ni a la media hora, temas como Soulless, Suffer o la irónica Petrophilia denotan el sonido de antaño de los grandes de Florida. Como era de esperar, el mayor protagonismo corre a cargo de Flo Mounier con su técnica a la batería apabullante, aunque no la emplee del todo. A pesar de ello, la brevedad de In The Flesh y sus temas faltos de garra y de algún momento que te agarre y te dirija por todo el disco, es decir, que sea memorable hacen que pierda el fuelle completamente, y acabe por resultar un disco pobre y carente de ideas.

Un disco que podría haber prometido, pero que se queda en poca sustancia. Si deseas al menos saber a cómo suena exactamente, o te pica la curiosidad por saber la pequeña historia que hay detrás de In The Flesh, puede al menos darle una oportunidad. Al fin y al cabo, no todo iba a ser reliquias en la tumba de Dios.



Puntuación: 5'5/10

domingo, mayo 22, 2011

Peste Noire - L'ordure À L'état Pur (2011)

Si hay algo por lo que siempre destacará Francia cuando estas décadas pasen a formar parte del pasado, es por su escena del Black Metal. Todas o gran parte de las bandas del estilo que hoy en día se han alzado hasta encumbrarse en lo más alto de la cima del género provienen comúnmente de Francia: Blut Aus Nord, Deathspell Omega, Mütiilation (hasta su disolución), etc. Por no hablar de todo lo que ha traído tras de sí Neige y sus múltiples proyectos que se ha convertido en todo un referente para las pequeñas oleadas de Black Metal mutadas en el Post-Rock. De entre ellas, precisamente una es la que daría a conocer a Neige, pues antes de toda su andadura en lo que hoy en día hace, pertenecía a una banda enfermiza como pocas: Peste Noire.

Peste Noire es el proyecto de una figura extraña, envuelta en la oscuridad y la desolación, desconocida incluso para el resto de miembros de la banda. Su nombre responde al de La Sale Famine De Valfunde, y desde los inicios de la banda ha liderado el proyecto comandando a todos aquellos quienes han sido músicos de sesión para la formación de su música, Neige incluido. Su particular forma de hacer Black Metal, desoladora y enfermiza, con claras odas a Bethlehem y de la música patriótica, abarcando en varias ocasiones el nacionalismo francés, bien sea para mofarse, bien sea como elemento artístico de su música. Discos como La Sanie Des Siècles - Panégyrique De La Dégénérescence son harto conocidos dentro del Black Metal francés, centrándose en la decadencia humana y otros aspectos.

L'ordure À L'état Pur es el nuevo disco que nos ofrecen, y con ello demuestra que Valfunde no piensa salir de los cánones típicos que definen su música, bastante alejado de cualquier precepto común del Black Metal. Con temas que irán expandiéndose como una epidemia por tus entrañas, este disco recupera un poco la capacidad compositiva y el poder de desarrollo de Valfunde, pues posiblemente nos encontramos ante su trabajo más desarrollado de todos los que ha construido. En sólo 5 temas tendremos más de 1 hora de duración que nos adentrará en diversos pasillos, caminos y calles sin salida en el que acabaremos perdiendo la cordura y el sentido de la vida a medida que se extienden sus ramificaciones hasta atraparnos por completo. Con Casse, Pêches, Fractures Et Traditions liderando el disco, veremos la cantidad de elementos y armas que despliega Valfunde, haciendo prácticamente lo que se le antoja con su música (curiosa manera de marcar el ritmo en uno de los riffs con eructos...). Influenciado por cánticos medievales, no es algo que para un escuchador asiduo de la banda sea nuevo, pero sigue llamando la atención. Ya a partir de Cochon Carotte Et Les Soeurs Crotte Valfunde empieza incluso a introducir bases electrónicas con la música, obteniendo momentos de Industrial Black Metal muy logrados y que, sin esperártelo absolutamente, marcarán el ritmo en tus venas, algo que al principio se seguirá repitiendo en J'avais Rêve Du Nord, la obra culminante, no sólo el disco, sino podría llegar a decirse que del proyecto a nivel general. Nunca encontrarás un tema lleno de tantos tránsitos, de pasajes, de escapes, de ambientes... de todo. En poco más de 20 minutos, seremos testigos de un tema que se irá destripando a sí mismo en 3 partes bastante diferenciales, y donde encontraremos desde riffs de puro Black Metal, a cánticos tradicionales, ritmos marcados, pasajes desoladores, melodías nunca antes vistas en la banda, y a Audrey Sylvain (Amesoeurs) desprendiendo una voz potentísima y que dejaría desnudo a más de una voz femenina de reputado mérito. Un tema tan inmenso, que me costaría lustros destriparlo al completo. Por si no fuera poco, el disco cierra con el último y glorioso La Condi Hu, que extrañamente encierra elementos propios de alguno de los proyectos de Neige, en especial de Alcest, pero llevado hacia los terrenos propios de Peste Noire, con unas melodías y unas voces endulzadas que jamás esperaría uno de una banda como ésta.

Poco a poco L'ordure À L'état Pur irá haciéndose cada vez más presente en tu día a día, hasta el punto en que necesitarás acudir a él para rescatar sentimientos que de otra manera no volverías a encontrar. Valfunde ha vuelto a dejar las cosas claras con un disco que, si bien al principio cuesta digerirlo como de una copa de vino se tratase, finalmente acabará degustándose perfectamente, dejando un buen sabor de boca para la posteridad.



Puntuación: 9'25/10

sábado, mayo 21, 2011

Cave In - White Silence (2011)

Finalmente, y tras muchos años en el que la sociedad española estaba dormida, despierta para lanzarse a la batalla en busca de sus derechos, derechos que han sido construidos por nuestros antepasados, y que de golpe y porrazo han ido destruyendo el gobierno que tenemos. El 15-M no ha sido algo pasajero, y su repercusión está empezando a cobrar forma, ante un movimiento apolítico que busca un sistema digno para todos, y que rechaza la corrupción y la explotación que hemos estado sufriendo por parte de políticos y banqueros. Puede que su efecto no sea inmediato, pero a la larga dará sus frutos, y es por ello que es el momento oportuno para salir a la calle a reivindicar nuestros derechos. Así es como un servidor lo hará esta noche por estas tierras.

Puede que algunos al leer estas palabras las consideren inapropiadas en un blog donde se supone que se centra meramente en la música, y que hasta pueda parecer ruin que haga uso de esta situación para dar pie a lo que habitualmente hago aquí: hablar sobre aquellos discos que uno esperaba/gusta. En parte sí, en parte no. Un blog al fin y al cabo es un medio por el que uno expresa sus ideas, que las enfoque hacia un punto u otro es algo propio y que sólo uno decide. Pero, a pesar de todo ello, lo que hoy vengo escuchando despierta en mí un sentimiento de lucha, de querer salir hacia afuera a proclamar lo que es uno. Y es que no sólo hablo del regreso de una banda reconocida dentro de su mundo, hablo de una banda cuya música actualmente se identifica con lo que ahora mismo siento.

Cave In es una banda proveniente de Boston, y cuya evolución ha llegado a ser incluso todo un referente que se ha enmarcado dentro de la música del Hardcore, comenzando como una banda de tal elemento, y empezando a evolucionar adentrándose en terrenos tan irrisorios y contradictorios entre sí como el Post-Hardcore, el Noise, el Ambient o incluso el Rock Alternativo. Este último elemento es posiblemente el elemento del que más beben, y que en discos como Antenna o Live Airwaves se hacían bastante notorios, y que iban impregnando cada vez más a su música.

Ahora, con la llegada de White Silence, y tras más de 5 años, el componente se va amoldando de manera que casi todo que relacionado y colocado de manera eficiente (lo de "casi" lo explicaré al final). Su nuevo disco muestra todos estos elementos, consiguiendo de esta manera algo personal y único dentro del estilo, como era de esperar. Cada uno de los temas que conforman White Silence son auténticos mundos paralelos, en donde en unos encontraremos parentescos con Converge (Centered) o incluso Neurosis (el tema homónimo White Silence), y una clara predominancia por el Post-Hardcore y el Rock Alternativo, como se puede escuchar en Summit Fever, o en Sing My Loves, tema más largo del disco, con una evolución de ésta clara y armoniosa, nada brusca, y cuyas pequeñas melodías se irán adentrando en tu mente poco a poco. Todo ello bajo una afinación en las guitarras de la que a uno no le extrañaría que bandas como Baroness tomaran ejemplo. Y a pesar de las comparaciones, Cave In lo hace con una sutileza y una personalidad que los hace diferentes del resto de bandas citadas.

Sin embargo todo tiene un "pero", y el de White Silence recae en sus tres últimos temas, que paran abruptamente con toda la condensación del disco para pasar a temas completamente tranquilos y desenfadados, algo que uno no se espera para nada. En este caso he de estar de acuerdo en la opinión de que da la sensación de que el disco se convierte en una especie de 2 EP's fusionados, con una visión distinta de cada uno, y que dicho cambio forzado hace que White Silence no llegue a ser un disco de absoluto 10. A pesar de ello, resulta curioso algunos registros sonoros de Iron Decibels, muy parecidos a los de Danzig.

Un retorno más que merecido de una banda que nos ha brindado buenos momentos a lo largo de su existencia. Una banda que hace a un servidor devolver a la tierra.



Puntuación: 9/10

viernes, mayo 20, 2011

Jacula - Pre Viam (2011)

Podría esperarme el regreso de cualquier banda a día de hoy, o tiempo atrás: podría haberme esperado años atrás el regreso de Autopsy, podría haberme esperado el regreso de Fear Factory, o incluso podría haberme esperado el regreso de grupos que jamás pensarías que volverían a reagruparse como Demigod o Rottrevore. Cualquiera. Pero jamás, jamás en la vida, me habría esperado el regreso de algo como lo que hoy se nos presenta. Y es que estamos hablando de un auténtico dinosaurio, una banda que siempre ha permanecido en el más absoluto olvido y oscuridad, y que sin siquiera uno darse cuenta de ello, regresa como quien ha salido a comprar el pan.

Para saber de quiénes se tratan los que conforman todo esto, y de quién estamos hablando, es necesario remontarse nada menos que a finales de los 60's. Por aquel entonces supondría la llegada de una banda que dejaría todo patas arriba con su nacimiento, y que crearía un antes y un después dentro de la música del Rock a nivel general para dar un nuevo salto. Exacto, hablamos de Black Sabbath, los cuales dieron un golpe de estado en la música para comenzar a crear algo con un aura mucho más siniestra que rápidamente los embaucaría y tildarían de demonios. Así pues, empezaría a conformarse lo que hoy en día se conoce como Metal.

Hasta ahí nada nuevo. Sin embargo, casi al mismo tiempo que ellos, surgía una banda en las tierras de Italia, deudores de una escena del Rock muy peculiar, y que, por increíble que parezca o imposible de entender, superaban incluso a la banda de Iommi y compañía en cuanto a misticismo y ocultismo que por aquel entonces se les tachaban. A pesar de ello, su poca repercusión dentro del mercado hizo que esta banda pasara completamente desapercibida dentro de su propio ámbito, y como por aquel entonces la información era mucho más limitada por los medios, nunca se llegó a saber de esta banda más allá de aquellos privilegiados que tuvieron la oportunidad de entablar contacto, de una manera u otra, con ella. No obstante, gracias al poder de Internet, y como si de un Jesucristo se tratara, ayudó a que esta banda de una manera u otra se pudiera dar a conocer, tanto su existencia como el legado que pueda tener, llegando a convertirse en una banda de culto para aquellos quienes han tenido el privilegio de toparse con ellos (entre ellos, un servidor).

Jacula es una banda que se forma en 1969 en las tierras de Italia y que, con bandas como Pink Floyd, Yes y Genesis presentes en la escena del Rock progresivo de por aquel entonces, construían su propio camino, adentrándose en la más absoluta oscuridad. Porque si hay algo que caracteriza a esta banda, es el fuerte halo de ocultismo que data a éste, gracias a la presencia por aquel entonces del médium Franz Parthenzy, quien se encargaba de las letras y del camino que tomaría la banda.

Por lo tanto, Jacula se convertiría en una de las bandas primerizas del Rock que rechazaría todos los esquemas establecidos por aquel entonces en dicha música, para adentrarse en un mundo completamente oscuro, y con la ayuda del boom que por aquel entonces estaba manifestando el Rock progresivo, y con arreglos sinfónicos mediante órganos, violines y demás, comenzarían a realizar una música minimalista, lejos de todo lo típico que encumbraba por aquel entonces. No es de extrañar entonces que Jacula sea considerada una banda de Proto-Metal, por su endurecimiento del sonido, por sus letras oscuras y, en esencia, por todo el halo de misterio que los rodeaba. Sin embargo, su corta vida hizo que, con sólo dos discos, la banda cayera en el olvido y no se volviera a saber nada más de ella. Décadas después, algunas bandas empezaron a manifestar desarrollos que, para aquellos conocedores de estos italianos, recordaban sin dudas a ellos. Un ejemplo de esto puede ser Devil Doll.

Ahora, y tras muchos años después, y sin previo aviso, parece que alguno/s de los miembro/s ha visto una oportunidad para rescatar a la banda de su tumba y del olvido, y resucitarla para volver a hacer lo que en aquella época mejor sabían hacer. Y como si hubieran despertado de un profundo coma que les ha llevado a un mundo completamente distinto, y ajenos a todo lo que les rodea, Jacula vuelve dispuesto a proclamar el puesto que les pertenece. Y así es, la llegada de su nuevo trabajo Pre Viam con el que habían mostrado algún tema nuevo allá por 2008 ha demostrado que para la banda han cambiado muchas cosas, pero no su modo de ver las cosas. Cierto es que la banda ya no la conforman los mismos miembros (por ahí creo recordar que permanece su vocalista Antonio Bartoccetti), pero nada de eso es un impedimento para seguir mostrando su música esotérica, de las más oscuras que se hayan escuchado jamás. Conformado en atmósferas desoladoras y oscuras, apoyadas y reforzadas en arreglos sinfónicos de órganos, piezas de teclado, y jams de puro Rock endurecido, de las más increíbles que uno pueda encontrarse en este estilo, Pre Viam es todo un digno regreso. Jacula Is Back es toda una declaración de intenciones, en donde las voces de ultratumba y la atmósfera propia de un cementerio abandonado dan paso a unos solos de Rock que demuestran la influencia que podrían dar más adelante al Metal si hubiera salido en su correspondiente época, y que dejarán el suelo de tu habitación embadurnado en babas, cosa que se repite nuevamente en In Rain. Los teclados propios de iglesia son patentes en todo el trayecto del disco, donde se intensifican al final de trayecto en Possaction, una obra maestra donde el ritmo militar combinado con los gritos de puro dolor y agonía dejarán a un lado toda esperanza de vida que puedas tener. Todo lo demás, es algo a descubrir, no pienso chafaros la sorpresa esta vez.

Un increíble y nada esperado regreso de una banda que te dejará bien claro por qué a día de hoy se considera banda de culto. Porque sí, incluso antes de Black Sabbath, existía música oscura. Italia es grande, amigos.



Puntuación: 10/10

jueves, mayo 19, 2011

Ramesses - Possessed By The Rise Of Magik (2011)

Hace mucho tiempo atrás, existía una banda que, sin siquiera esperarlo, acabó convirtiéndose en todo un referente para el Doom Metal y a la vez del Stoner, siendo hoy en día una de las bandas que lideran el panorama más pantanoso de la música metalera hoy en día. Herederos del sonido de los Black Sabbath pero con mayor énfasis en la psicodelia y en la condensación sonora, de los sonidos envolventes y riffs pesados y destructores como avalanchas de piedras, no es de extrañar que esté hablando, evidentemente, de Electric Wizard. Sin embargo, dicha banda ha tenido un antes y un después dentro de su propia trayectoria, y esto se debe en gran parte a la marcha de dos de los pilares fundamentales por aquel entonces de la banda: Tim Bagshaw, y Mark Greening.

El trío que por aquel entonces conformaban Electric Wizard había facturado auténticas obras maestras del s.XXI y que a día de hoy perduran en las mentes y en los corazones de los amantes de estos terrenos como puede ser el colosal y titánico Dopethrone, un claro ejemplo de cómo marcar un antes y un después dentro de estos años que corren. Pero aún con todo ello, las consecuencias hicieron que cada uno de ellos tomaran caminos diferente. Por suerte el de Tim y Mark han sido el mismo, y buscando mantener la pesadez que caracterizaba a Electric Wizard en sus comienzos, crearon un nuevo proyecto que se convertiría en lo más denso y oscuro que se haya perpetrado jamás en este género: Ramesses. El pistoletazo se dio con la llegada de su primer álbum, Misanthropic Alchemy, que presentaba el sonido añejo de la banda que los dio a conocer, pero con una capa negra jamás visualizada en la banda, donde términos como el de bandas como Weedeater o el de estilos como incluso el Black Metal fueron perpetrando este hijo bastardo de Electric Wizard que cada vez más le haría sombra a su propio padre.

Tras su segundo disco Take The Curse que obtuvo grandes críticas positivas por parte de éste, llega el momento de, un año después, volver a la carga con algo que, manteniendo el rumbo, presente nuevas bazas dentro de la banda. Possessed By The Rise Of Magik es un cambio de tuerca frente a su predecesor, y que cambia ciertos parámetros y objetivos para intentar variar la ruta que lleva la banda, pero sin cambiar su destino. Lo primero que uno presenciará al escuchar este nuevo trabajo con el que nos obsequian es un menor uso de esas voces rasposas e infernales con la que venían promulgando desde sus anteriores obras, intentando aclararse la garganta y ser más claros y limpios en sus registros, lo cual no quiere decir que ya no volveremos a ser testigos de esas voces propias de alguien con la voz destruida por cantidades ingentes de Krüger. Possessed By The Rise Of Magik es una niebla que se va volviendo cada vez más y más densa, y que a medida que transcurre, las capas de psicodelia y dicha densidad se van añadiendo poco a poco. Temas como Plague Beak o la grandiosa Sol Nocivo, con ese comienzo y ese final apocalíptico y esos riffs que parecen tocados por King Kong, demuestran ese cambio en las voces generalmente y que se centran en las más próximas a las del estilo que predican.

Pero Ramesses pueden ser toda una caja de sorpresas siempre y cuando se lo proponen, y en continuas ocasiones (principalmente en Safety In Numbness) pueden presentar tránsitos y tonos tanto en los instrumentos como en la voz que pueden recordar de mala manera a Neurosis. ¿Locura? Tal vez, o tal vez no. Por otro lado, vuelven a presentar una característica común en la banda y que suele ser la que más entra en debate: su producción. Y es que Ramesses es posiblemente una de las bandas que se hacen más difíciles de digerir en merced a su producción completamente condensada y que da la sensación de estar tragándote una barra de pan entera sin siquiera haberla mordido, por lo que no es desde luego alguien con quien te puedas conformar con una sola escucha (nunca lo han sido). Todo lo demás es lo que esta banda y estos dos chicos, junto con el resto de miembros, pueden ofrecernos.

Éste será sin lugar a dudas uno de esos discos que encasillarán a todos entre aquellos quienes lo disfrutan y quienes lo aborrecen. De momento me decanto más por lo primero que por lo segundo, y espero que así sea por mucho tiempo. No me gustaría verme sintiendo rechazo por ellos en un futuro, porque entre otras cosas, no se lo merecen.



Puntuación: 9'25/10

miércoles, mayo 18, 2011

Gallhammer - The End (2011)

Continúa el regreso de algunas bandas por estos lares, las cuales esperan no verse tragadas por el pozo del olvido bajo ningún concepto, y que con ello los lleva a salir a la superficie una vez más para sacar a la luz una nueva obra con la que seguir manteniéndose en el presente. Esta vez es el caso de Gallhammer, quienes ya habían tenido sus pinitos por estos lares. Deudores y seguidores de bandas como Darkthrone, Amebix o Celtic Frost, esta curiosa banda proveniente de Japón y formada exclusivamente por chicas ha regresado con la intención de realizar un cambio que en cierto modo ha resultado algo arriesgado, y todo ello se debe a la marcha de una de sus almas, Mika Penetrator, guitarrista de la banda.

La marcha de ésta, convirtiendo Gallhammer en un dúo, se nota y mucho en este nuevo trabajo, The End, demostrando el peso que tenía Mika en la banda. Todo esto ha propiciado en un cambio en este álbum bastante notorio, el cual se centra mucho más en las composiciones del Black y el Doom Metal y deja el Crust a un segundo plano (incluso diría que en un tercero). Con temas como el homónimo The End de ritmos y notas muy pausadas, y apoyadas mayormente en el bajo (como era de esperar) acompañado de la batería, la calidad en la composición se reduce de manera considerable, aunque tampoco se puede achacar algunos puntos interesantes de la banda que se recalcan en este disco. Uno de ellos es la mayor presencia de la peculiar voz que en anteriores ediciones presentaba la banda, esa "voz animada" que en esta ocasión acompaña a dúo las voces más podridas y ennegrecidas de la banda. Aberration y Entropy G35 son un claro ejemplo de ello, en donde, por otra parte, se muestra en el último tema citado una mayor predominancia del Crust junto con otros como Rubbish CG202. Otra de las peculiaridades que presenta The End son precisamente sus dos últimos temas, Wander y 108=7/T-NA, donde desarrollan una mayor faceta propia de los últimos Celtic Frost antes de su muerte, en donde las excesivas notas lentas repetidas se van propagando como pulsaciones, y que desprenden una faceta fúnebre clara a cargo de los instrumentos. Aún con todo esto, se nota un descenso de la calidad frente a sus anteriores trabajos, y esto es debido a lo ya mencionado: su reducción en la formación ha llevado que las ideas se hayan reducido también con ello, y esto ha hecho que The End, sin dejar de mostrarnos a unos Gallhammer sombríos como siempre han sido, sufra un lavado de cara que le ha hecho estar por debajo de sus anteriores obras.

Una pequeña decepción que se ha ido intensificando a medida que transcurre The End en mi reproductor. Aún con todo, no deja de ser un buen disco que para los más puristas saciarán sus ansias con algo nuevo dentro de lo viejo. Espero equivocarme con todo pronóstico.



Puntuación: 6'25/10

martes, mayo 17, 2011

Autopsy - Macabre Eternal (2011)

¿Quién iba a decirle a uno que pasado más de una década en que Autopsy, una de las bandas abanderadas del Death Metal old-school más arraigada al Doom Metal en sus ritmos y que tomarían el relevo tras su desaparición bandas como Incantation, volvería a subirse a la palestra nada menos que con un trabajo nuevo? En el recuerdo quedan clásicos indiscutibles del género como Severed Survival y Mental Funeral, y tras ver cómo la banda acababa centrándose en otro de sus proyectos reconocidos por todos, Abscess, uno daba por muerto una banda que había marcado junto a otros un antes y un después en el mundo de la música extrema.

Sin embargo, y sólo un año antes de todo esto, descubre uno por sorpresa que Chris Reifert y compañía abandonaban el trayecto que habían llevado hasta entonces con Abscess, para despertar a la bestia dormida, como si el alma de uno se desprendiera de éste para revivir a otra leyenda. En 2010, y sin esperar a nada, lanzan un EP como muestra de que los años no han pasado para ellos, dejando The Tomb Within con los dientes largos a más de uno.

Y así, directos al grano sacan, después de muchos años, nuevo álbum con el que muchos teníamos la expectativas muy altas. Y sí, podemos confirmarlo: Autopsy ha vuelto, y por la puerta grande. Y es que impresiona el mero hecho de saber que Macabre Eternal es un disco que tranquilamente podría estar dentro de los mejores discos del Death Metal de finales de los 80's, porque nada ha cambiado en la banda tras varios años. Está claro que Abscess les ha ayudado a no perder el rumbo del todo, pero con sólo escuchar la primera nota, con sólo escuchar el primer alarido, uno tiembla al encontrarse (o mejor dicho, reencontrarse) con unos clásicos que han cambiado en apariencia, pero no en actitud. Macabre Eternal presenta todos los elementos para ser un disco 100% Autopsy: desde la voz característica de Chris que por momentos parece que ha rejuvenecido, hasta los ritmos propios de la casa, toques funerales y la producción densa y oscura, pero animada, característica de la banda. Si bien el comienzo del disco presenta una producción bastante nítida (Hand Of Darkness y Dirty Gore Whore), a medida que el disco avanza, el toque especial de ellos se hace claro y patente, y nos irá trasladando poco a poco ha medida que el disco avanza. Si bien siempre se caracterizaron por su densidad en múltiples ocasiones, Macabre Eternal es un disco que va mucho más directo, sin darse mucho descanso más que alguna que otra ocasión, con algunos ritmos y riffs que rozan el Grindcore por escasos momentos. Temas como Always About To Die, Bridge Of Bones o Born Undead demuestran ser la clara resurrección de los Autopsy, y no contentos con ello, te encascan un tema de más de 10 minutos que acude al nombre de Sadistic Gratification y que poco a poco se irá extendiendo todas las ramificaciones que anclan y conforman esta banda, con unos solos marca de la casa que harán relamerte los labios.

Aunque uno esperaba mucho más de tal regreso (era de hacerlo, no hablo de cualquier cosa, desde luego), Macabre Eternal colma la esperanza de que volvieran a hacer lo que mejor se les da: Death Metal cavernoso, denso, oscuro como la muerte. Al fin y al cabo, es lo menos que uno puede pedir.



Puntuación: 8'75/10

lunes, mayo 16, 2011

Novembers Doom - Aphotic (2011)

Este fin de semana ha sido, desde luego, uno de los mejores que he tenido en este año, si no de toda mi vida: viaje hacia la isla vecina de Tenerife celebrando el cumpleaños de un buen colega, con concierto Hardcore de Good Fellaz (banda de Gran Canaria de Hardcore-Punk, no los gangstas que hay por ahí también) y los estrenados en escenario The Hollowmen, comida al día siguiente y vuelta a la isla con posterior noche tranquila y manifestación del 15 de Mayo el domingo. Desde luego, nada mal. Si bien cuál es mi sorpresa que, al llegar a mi humilde hogar, me encuentro que el servidor de Blogger había caído y se había perdido mi entrada de lo último de Shining, el cual recientemente se ha recuperado salvo los comentarios, así que siento el percance aún cuando es algo que no estaba en mis manos.

Pero bueno, esta semana hay mucho de qué hablar, y para empezar, nada mejor que hablar acerca del nuevo trabajo de una de esas bandas que saben renovarse a sí mismas incluso cuando parece que están a punto de caer en el abismo del olvido, poner un pie en la cima y proclamarse una vez más uno de los pocos que han llegado tan alto dentro del Metal, en este caso del Doom más arraigado al Death. Más de dos décadas conciernen a una banda que siempre se ha mantenido en un segundo plano, pero que absolutamente nada tienen que envidiar a los que van un paso por delante de ellos, pues su calidad hacen que se acerquen tanto a los pesos pesados del Death/Doom que podrían echarles el aliento a la nuca.

He de decir que soy de la idea de nuestro compañero Cthulhu, y que nada como The Pale Haunt Departure me ha hecho vibrar más dentro de estos elementos que recogen armonía y odio al mismo tiempo. Un disco fresco, que emanaba contundencia por todos sus lados, todo un edificio inamovible el cual ninguna tormenta sería capaz de derribarlo. Tras algunos trabajos después con mayor o menor calidad, lanzan su octavo álbum, recogiendo los frutos que florecen en la Primavera después de un largo trabajo de siembra y espera, y obtienen unos resultados más que satisfactorios. Aphotic es sin lugar un disco que, como mínimo, despertará algo dentro de tu corazón callado, y que para nada te pasará inadvertido. Obteniendo un disco que irá destripando poco a poco tus sentimientos hasta hacerlos florecer a base de rabia y fuerza calmados con pasajes de pura mescolanza, Aphotic deja bien claro que Novembers Doom cuando quieren, pueden tirar abajo todo aquello que les impiden avanzar, críticas incluidas. Con la colaboración de Dan Swanö tanto en la grabación como en los registros vocales de las dos partes que separan Of Age And Origin, obteniendo un tema colosal que aúna todo lo que identifica la banda, dividido en dos partes que se conforman de una primera con la naturaleza destructiva de estos estadounidenses (si ya de por sí los dos primeros riffs no te hacen agitar, es que algo falla) y una segunda mucho más calmada, pero sin soltar el pedal en casi ningún momento.

Y ya que hablamos del lado más calmado de Novembers Doom, precisamente Aphotic se podría decir que ahonda mucho más en dichos trayectos, en donde se intensifica enormemente con What Could Have Been, donde cuenta con la colaboración de nada menos que Anneke Van Giersbergen (ex-vocalista de The Gathering), junto con Rachel Barton Pine de Earthen Grave al violín. Reconozco que la voz de Anneke siempre ha sido mi debilidad, y escuchar su cristalina voz una vez más en un tema como éste hace que solo pueda uno alzarse en alto y aplaudir lo más alto posible. Su increíble manera de trasladarnos a un mundo de ensueño no es algo nuevo para cualquiera que la conozca, y What Could Have Been es una muestra de ello, intensificado por la presencia de Rachel y los arreglos de la banda en el resto de instrumentos. Todo lo demás es digno de escuchar, tanto por las hermosas melodías de Buried Old como por la ejecución devastadora de Harvest Scythe y derivados.

¿Se puede negar el legado que le pertenece a una banda que nunca sabrás cómo te va a venir? En este caso no, pues Novembers Doom ha demostrado que para ellos no pasan los años, simplemente las ideas.



Puntuación: 9'75/10