jueves, mayo 26, 2011

Devin Townsend Project - Deconstruction (2011)

Después de un día en el que he estado bastante liado con los asuntos más importantes que me concierne (entiéndase estudios), es hora de arrancar con uno de mis artistas favoritos a nivel general. Devin Townsend no es nadie nuevo dentro del panorama del Metal, y en estos terrenos mucho menos. Siendo uno de los miembros fundadores de los grandiosos (y fósiles del género a la misma vez) Strapping Young Lad, este carismático hombrecillo decidió que a partir de la muerte de su banda comenzaría a marcarse su propio camino solo. Y vaya si le ha sentado bien. Durante estos años, su trayectoria no tiene nada que envidiar a nadie. Es más, tendría que ser al contrario. Demostrando su potencialidad tanto como compositor como instrumentalista (multi-instrumentalista, para ser exactos) e incluso como productor, Devin ha ido cosechando una cantidad de obras desmesurada, a la cual cada una destaca por su propia personalidad, como si de seres vivos fueran ante las manos de un Dr. Frankestein audaz.

Este año no iba a ser menos, y desde ya, nuestro querido Devin ha anunciado que irá lanzando varios trabajos a lo largo y ancho del 2011. Deconstruction es uno de los ya conocidos y que se puede encontrar en los vastos dominios de Internet, y aunque la portada de por sí resulte bastante pintoresca, no os dejéis engañar: nos encontramos ante uno de los trabajos más potentes de este canadiense que jamás hayáis podido imaginar. Titán de titanes, Deconstruction pretende abastecer tus ansias de fuerza sonora, para acto seguido aplastarte como una hormiga sin compasión. Y así lo hace, pues la increíble capacidad, anclado a la abrumadora cantidad de elementos, de riffs, de cambios de ritmo, compás y contraste inimaginables, harán una vez más cuestionarte si realmente nos encontramos ante la reencarnación de Dios. Próximo a su trabajo de Ziltoid, Devin moldea, crea y confiere vida a un monstruo que destrozará tus huesos de un solo golpe, con una fuerza y un groove de incuestionable magnitud. Y, por si fuera poco, Deconstruction es toda una bomba cargada de colaboraciones que estallarán en tu cara desde el primer instante que le des al Play de tu reproductor. Porque, para que os hagáis una idea de la colosal cantidad de colaboraciones con las que cuenta este volcán de pura lava magma, el listado dice tal que así:

- Ryan Van Poederooyen (batería de Non Human Level)
- Dirk Verbeuren (batería de Soilwork)
- Paul Kuhr (Novembers Doom): voz en Praise The Lowered
- Mikael Akerfeldt (Opeth): voz en Stand
- Ihsahn: voz en Juular
- Tommy Giles Rogers (Between The Buried And Me): voz en Planet Of The Apes
- Joe Duplantier (Gojira): voz en Sumeria
- Paul Masdival (Cynic): voz en Sumeria
- Greg Puciato (The Dillinger Escape Plan): voz en The Mighty Masturbator
- Floor Jansen (ex-After Forever): voz en Pandemic
- Oderus Urungus (Gwar): voz en Deconstruction
- Fredrik Thordendal (Meshuggah): guitarrista en Deconstruction

Una lista exenta de dejar indiferente, desde luego. Todas y cada una de las colaboraciones conforman un disco que, cual red de un complejo sistema, divide a éste en varios organismos, el cual cada uno cumple una función concreta, pero que en su unión construyen Deconstruction. Porque básicamente de eso se trata esta obra: de la desconstrucción de algo ya conformado, de separar las piezas de un mecanismo para su estudio separado. Y mientras que temas como Praise The Lowered o Sumeria son las articulaciones que dan movilidad a todo el conjunto, otros como Stand, Planet Of The Apes o la propia Deconstruction son órganos vitales y, por lo tanto, de mayor importancia. Pero no os despistéis, todos y cada uno de los temas presentan algo en común, y ése es Devin Townsend que, con espada en mano y alzada en alto, despliega sus tropas hacia la batalla mientras ataca con sus característicos riffs cargados de una rabia aplastante y que no da tiempo ni a pestañear. Su sello de la casa es claro en este disco, como no podía ser menos: desde los pasajes astrales y los sonidos cristalinos hasta la brutalidad y sequedad propia de sus raíces (osea, Strapping Young Lad), Devin sigue haciendo lo que mejor sabe hacer: lo que le sale de los huevos, prácticamente.

Por supuesto, algunos temas son de obligatorio análisis y estudio dada la particular maestría que desprenden, o la espectacularidad propia de los FX's de una película de superproducción, y en Deconstruction no va a ser menos. Entre ellos, hay que destacar algunos como Sumeria, donde Devin se codea con la reconocible voz de Joe Duplantier y Paul Masvidal, que van alternándose como si de un monstruo de tres caras se tratara el tema, mientras van dándote punzadas como lanzas que atraviesan tu cuerpo. Otro de los temas a destacar es Pandemic, dada la particularidad de ser la única colaboración con voz femenina reconocida al frente, y aunque Floor Jansen no sea una cantante que me interese mucho, he de reconocer que su aportación en este tema lo hace un tema bastante interesante, en contraposición de contraste con los riffs gruesos cual blindaje de tanque. El tema homónimo Deconstruction es otro claro a tener en cuenta, prácticamente porque en éste es todo un dúo de dos virtuosos a la guitarra como pueden ser Devin y Fredrik, lo cual no lo hace para nada extraño teniendo en cuenta que tanto Meshuggah como Devin son casi oradores uno del otro, y todo ello con Oderus saltando por todo el tema. Un auténtico duelo de caballeros en donde blanden sus guitarras y cruzan éstas dando como resultado una hecatombe de riffs, punteos y técnica desmesurada. Pero si hay un tema que destaca por todos, sea de la manera que sea, corazón de este ser vivo en toda regla, ése es The Mighty Masturbator. La cantidad de transiciones, de ritmos que se pegarán a tu esqueleto haciéndote bailar irremediablemente, cambiando entre sí constantemente como si de una emisora de radio del Diablo se tratara, todo ello junto con la portentosa voz de Greg Puciato que hará un nudo en tu garganta, convierten a este tema en toda una mención a la hora de hablar de la capacidad imaginativa de Devin, recalcando además los últimos minutos en donde se alcanza un clímax épico (sic) demoledor, como si de una supernova se tratara. Y para rematar el disco, nos brinda un tema que se convierte en toda una declaración de intenciones: Poltergeist. Al comienzo de éste me refiero, y me remito.

Quizás podría achacar la falta de notoriedad en el resto de colaboraciones (echaba en falta algún momento glorioso de Mikael en Stand, por poner un ejemplo), pero nada que manche y eche a perder todo lo construido en este palacio de las maravillas.

Una muestra más de que, haga lo que haga, cómo lo haga (y con quién lo haga), Devin seguirá haciendo calidad por siempre hasta el fin de su existencia.



Puntuación: 9'75/10

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