viernes, marzo 30, 2012

Unsane - Wreck (2012)


"Viejos tiempos siempre fueron mejores", es lo que se suele decir. Echamos la vista hacia atrás y nos inundan recuerdos a la mente que nos crean añoranza y mescolanza, nos invaden una horda de imágenes de nuestra vida pasada que nos hacen preguntarnos cómo hemos llegado hasta donde estamos ahora.

Todo esto se perdería y se olvidaría para siempre si no fuera porque hay alguien atrapado en el pasado que siempre te recordará quién fuiste y de dónde vienes, ese alguien que marca la línea entre el hoy y el ayer y que cuando lo ves, irremediablemente piensas en ello. Ese alguien es Unsane, ese grupo que siempre acecha en las sombras como un ente que nunca muere, que permanece en el mismo sitio y que, impasible, ve cómo pasan los años para el mundo pero no para ellos.

Hablar de Unsane es como hablar de tu vida anterior, pues quieras o no de alguna manera han tenido que estar presentes en tu vida, inconscientemente o no de ello. Tan viejos como la muerte, y tan conocidos como ésta, este poderoso trío neoyorquino parece que no pasan los años para ellos, pues con su regreso tras el fantástico Visqueen con este nuevo trabajo siguen siendo tan primitivos como la primera vez que se dieron a conocer allá por los 90's, merced a un sonido sucio que da gracias a ello a estilos como el Hardcore Punk y el Noise Rock para conformar un auténtico androide oxidado, pero con tan mala hostia como siempre.


Con Wreck, Unsane demuestra que no se necesita cambiar las bases de uno mismo para sacar un disco gordo, y que se la sudan las evoluciones. Total, ¿para qué? nunca fueron dados a renunciar a su música y mucho menos a sus principios sólo para contentar a un mayor amplio de público. Lo que ellos crean debe convencer en primer lugar a la propia banda, lo demás es secundario. Ellos lo saben, pero más aún saben que, hagan lo que hagan, estará hecho con los suficientes cojones como para alegrar a todos.

Dicho esto, sólo queda hablar de Wreck, y creo que no me equivoco si digo que estamos ante uno de los primeros mejores discos que nos ofrece este año, pues es un no parar de temazos gordos, uno tras otro, todos ellos consolidados en un sonido cafre y arrastrado que no renuncia a una producción sólida en donde cada miembro es protagonista principal de esta película con su propio instrumento. Abriendo la caza con Rat, Unsane nos invita una vez más a ahogarnos en su fangoso mundo de la distorsión, merced a un trabajo con más matices rockeras hasta nunca vistas en la banda, pero sin salirse de sus dominios propios. No Chance demuestra lo expuesto con creces con un ligero toque rockero (y hasta Stoner me atrevería a decir), con un ritmo contagioso y acompañado de una armónica caótica que le da ese toque de grandiosidad al tema.


A medida que el disco avanza, Unsane va ganando puntos y adeptos con cada tema que va pasando, demostrando que con más de dos décadas a sus espaldas siguen conservando la misma energía de siempre, algo así como si fueran criogenizados para revivirlos cada vez que tengan que sacar disco nuevo. Pigeon, Metropolis, Ghost... no son más que un olor realmente familiar que a más de uno puede incluso arrancarle una lágrima mirando hacia el pasado. Pero si con esto no te ha parecido suficiente, o piensas que todo esto son pamplinas, espera a llegar a Stuck para cambiar de opinión y pensar cuán erróneo estabas, pues detrás de este título existe un auténtica maravilla sonora con regusto Blues y Country en sus dosis justas, una auténtica balada del Salvaje Oeste tocada por mentes perversas.

Y no sólo eso, sino que además el trío se atreve a cerrar el disco con una versión del Ha Ha Ha de los Flipper, versión que han violado y sodomizado para volverla más demente y así transformarla en una maravilla de lo realmente enfermizo.


Completamente compenetrados formando un uno solo, Unsane vuelve para demostrar que, con las ideas claras, se puede seguir siendo uno mismo y no caer en el olvido. El pasado más presente que encontrarás jamás.



Puntuación: 10/10

miércoles, marzo 28, 2012

Love Sex Machine - Love Sex Machine (2012)


"Oh sí, ahora tengo todo el tiempo del mundo"... ¿fue eso lo que dije hace unas semanas atrás? ¡JÁ! Iluso de mí, no contaba con que me vería montando el sonido de una obra de teatro. Lo cierto es que, cuanto más deseo ponerme al día de las novedades y extraer aquellas que más me han impresionado para compartirlas, menos tiempo tengo para ello y, por ende, menos ganas. Así que a partir de ahora aviso de que mi actividad se mantendrá así de reducida, pues uno ya no dispone de tanto tiempo del que uno desearía tener para poder escuchar y hablar sobre esas peculiaridades que surgen y nos arremeten contra las verjas. Las responsabilidades son lo primero, y después de todo esto no es más que mero entretenimiento para mí, sin más. Ante la cantidad, calidad.

Pero bueno, cambiando de tercio, y aprovechando ahora que la oportunidad me lo permite, vengo a hablaros de miseria, de decadencia, de caos y de apocalipsis... de oscuridad, para variar. Hasta ahora la mayoría de las cosas que he querido tratar aquí se basaban en los sonidos decadentes y demás (y sí, soy consciente de la cantidad de veces que he usado la palabra "decadencia", me repito más que el ajo, lo sé). Sin embargo, todos esos trabajos que he definido como "decadente" se quedan en florituras, sandeces... mariconadas vaya, ante el debut de estos gabachos que te incitarán a degollarte con una navaja y a ahogarte en tu propia sangre tras haber escuchado su debut homónimo. Porque Love Sex Machine SÍ es decadencia en estado puro, un Sludge muy arrastrado, sucio y pútrido que ennegrecerá tu cuerpo y alma causándote necrosis absoluta. Formados justo el año anterior, estos franceses se muestran con un sonido muy apocalíptico que recordará enormemente a P.H.O.B.O.S. a aquellos quienes hayan tenido la osadía de adentrarse en sus dominios. De hecho, me aventuraría a decir que comparten el mismo sonido, los mismos riffs, la misma atmósfera malsana y destructiva y la misma mala hostia que encerraba Tectonics por aquel entonces. Cualquier tema es un buen ejemplo para daros cuenta de las enormes similitudes que comparten ambos, como Anal On Deceased Virgin o Deafening Peepshow. Seguramente os habréis dado cuenta de una cosa curiosa al leer los títulos de estos temas, que se trata del toque pornográfico que encierran. Y es que Love Sex Machine basa sus letras en las perversiones sexuales y lascivas del ser humano a pesar del ambiente enfermizo que encierra éste, algo que posiblemente choque a más de uno y le haga perder la seriedad en la banda... o no. Si no es con éstos, con Vagina Curse o Killed With A Monster Cock seguramente no podrás tomártelos del todo en serio, aún con todo.

Riffs monolíticos, estridentes y pesados con una voz agonizante y opresiva, unidos entre sí mediante pacto de sangre para obtener un resultado saturado pero con mucho enganche es lo que hacen a Love Sex Machine convertirse en un auténtica aberración creada por el ser humano para acabar con toda esperanza de vida en éstos. Y todo ello en poco más de media hora.


El odio esparcido por el planeta a través de las ondas sonoras, una auténtica guerra nuclear interna que se desata en nuestras mentes. Una vez escuches Love Sex Machine, habrás perdido... habrás perdido la completa cordura.



Puntuación: 8/10

miércoles, marzo 14, 2012

Hail Spirit Noir - Pneuma (2012)


Ya sé que lo que voy a comentar es marear la perdiz, o repetir lo dicho y lo conocido mil veces, pero uno no puede evitar mencionar (una vez más) la especie de "guerra" que se ha declarado en la música hoy en día entre grupos que desean llevar el pasado al presente y seguir viviendo en éste, reviviendo estilos como el Thrash o el Death Metal de la vieja escuela, y grupos que buscan ser la generación que sucederá a los dinosaurios que poco a poco se van extinguiendo con el paso de los años y que suponen la vergüenza ajena de los primeros. Es curioso ver cómo se tiran piedras unos a los otros y se disgregan en dos grupos bastante "cómicas": los trues, y los modernos. Sí, puede ser demasiado simplón lo que digo, pero no creo que se aleje de la realidad que puede ver uno tanto en la calle como a través de las redes. Es así, no hay más que darse un paseo por los sitios exactos para darse cuenta de ello.

Sin embargo, hay algunos grupos que, lejos de querer irse a un extremo o a otro, deciden coger ambas partes y fusionarlas, de modo que no se pueden poner ni en un lado ni en otro: mantienen elementos que hicieron grandes a ciertas bandas hacia atrás, pero presentan un sonido más propio de la actualidad que presenciamos. Bien podría ser, en cierta medida, el caso de algunos grupos que han mezclado elementos tan dispares como el Black Metal, el Rock progresivo y la psicodelia. Nachtmystium y Oranssi Pazuzu son un buen ejemplo de ello y que casi se podría decir que encabezan esta derivación de todas estas ideas, cada uno a su manera.


Pero incluso dentro de toda esta amalgama de elementos, este grupo que surge de la más absoluta nada consigue marcar estos aspectos hasta el punto de dejar bien claro a qué nos referimos cuando hablamos de fusionar Black Metal con Rock psicodélico. Hail Spirit Noir nace en 2010 en el seno de la revuelta Grecia, formado a partir de miembros de Trascending Bizarre?, y con el único propósito de hacernos trasladar a varias épocas de la música, de manera que andaremos tanto por la retrospectiva del Rock de los 70 como andaremos sumergidos en el caos del Black Metal más experimental, y con guiños a las bandas antes mencionadas. Para que os deis cuenta de a qué nos estamos refiriendo, Hail Spirit Noir es lo que habría sido Iron Butterfly si hubieran existido en una época más remota y le hubieran dado por darle al Black Metal, así, tal cual. ¿Demasiada bizarra la comparación? Bueno, veamos si estamos en lo cierto o no.


Ya comenzando con Mountain Of Horror nos percatamos de la primera característica que confirma lo dicho: los teclados a cargo de Haris, principal razón por la que la banda muestra esos elementos tan de los 70's, agudizados por los ritmos de Theo a la guitarra y su portentosa manera de combinar voces rasgadas propias del Black Metal con otras más calmadas y limpias propias del Rock primerizo. No sólo esto, sino que en cuestión de segundos pueden pasar de estar adentrándose en los misteriosos mundos de la psicodelia y el progresivo como pueden directamente lanzarse a tiro hecho con riffs ultra-sónicos con batería a cargo de Giannis como músico de sesión mientras pasan de largo pequeños elementos que van desde teclados cargados de LSD hasta pequeños momentos de bajo bebiendo del puro Jazz. Y todo eso en un mismo tema.

Ya a partir de Let Your Devil Come Inside empieza a manifestar mucho más los guiños a las bandas de Rock de antaño, con un comienzo muy evocador al Heavy de los Iron Butterfly, mientras se ahogan poco a poco en la oscuridad del Black Metal y pasando en momentos puntuales a éste por completo. De esta manera, se mantiene un equilibrio casi perfecto entre unos y otros estilos en la misma banda, algo que se puede presenciar en When All Is Black, donde van fluctuando entre unos sonidos y otros para conseguir un resultado impecable, y que se multiplica en tres con la llegada de Into The Gates Of Time, con un comienzo muy clásico, guitarra acústica en mano y convirtiendo el tema en una batalla entre cuál de las dos caras de la banda vencerá a la otra, pasando de momentos gloriosos de puro Rock a riffs matadores de Black Metal y pasajes cálidos y delicados en donde el teclado nos llevarán a un vórtice de locura en donde nada es lo que parece ser. Y ya por último, Pneuma cierra con Haire Pneuma Skoteino, quizás el tema que más elementos de Black muestra e, incluso, de Folk Metal en momentos muy puntuales, nunca sin olvidar la otra faceta que los hacen únicos y, sobre todo, curiosos.


Una verdadera sorpresa, llevando estos elementos a un nivel que ni Nachtmystium ni Oranssi Pazuzu se habían atrevido a tocar. Pero Hail Spirit Noir lo han hecho, y éste es el resultado de experimentar con lo ya visto. Disfrutad del mejunje.



Puntuación: 10/10

domingo, marzo 11, 2012

Rise And Fall - Faith (2012)


He de decir que es bastante jodido volver a escribir en mi blog después de estar más de un mes centrado en los quehaceres propios (entiéndase estudios): te acostumbras a otro ritmo de vida de tal manera que casi no te acuerdas ni de cómo se apretaban las teclas. "Exagerado", pensaréis. Y sí, puede que estéis en lo cierto, pero esto es como si dejas de hacer ejercicio durante un tiempo y lo retomas (que también me ha pasado): que has perdido fuelle.

Pero ahora que al fin puedo decir que lo peor ha pasado después de esta época (aunque no estoy seguro del todo), me despojaré hablando de lo que siempre más me ha llenado: de aquellos trabajos que han despertado mi curiosidad o más he estado esperando. No creáis que no he estado al tanto de lo que se ha cocido en estas semanas, y aunque algunas han sido decepciones (lo último de Napalm Death no consigo aceptarlo, lo siento) y otras han sido cosas que están en la cuerda floja (lo nuevo de Ceremony no era un cambio que me esperaba tan radical, aunque ya me lo olía), todavía quedan cosillas que, como mínimo, te hacen darle el sello de aprobación.


Ése es el caso de Rise And Fall en el día de hoy. Formados en 2002 en Bélgica, este país se ha convertido en los últimos años en una de las cunas del Hardcore actual, donde casi todo lo que concierne a este estilo acaba de una manera u otra ahí (Ieper Fest, ejem). Cuando en sus comienzos eran un grupo como cualquier otro pero que empezaban desde ya temprano a despertar el interés de extraños y propios, Rise And Fall fue poco a poco reconstruyendo su sonido para convertirlo en una amalgama propia de pesos pesados del estilo como Cursed, Pulling Teeth o los propios Converge. Que hayan ido tomando esta evolución desde que ficharon para Deathwish no creo que sea coincidencia precisamente, y así lo consta Faith, que manteniendo la estela de sus anteriores discos, es el que más se desmarca hacia el sonido de los grupos del sello de Jacob, sumergiéndose en un vorágine mucho más espesa y angosta que sus predecesores.

Así pues, Rise And Fall siguen dando auténtica felpa como pocos, así lo corroboran algunos de los temas que encierra Faith como A Hammer And Nails o The Gallows Await con ese pequeño toque a lo Doomriders pero más acelerado, pero además de ello, hacen acto de presencia con algún tema que se desmarca, un poco más, de lo que han venido haciendo últimamente. La prueba de fuego reside en Things Are Different Now (título que hasta viene de perlas al caso), en donde pasan de la zapatilla a tramos más relajados, pero igual de intensos. No sólo éste demuestra lo dicho, sino que para cerrar telón Rise And Fall recurre a Faith/Fate, un tema tan aplastante como el anterior mencionado, donde van facturando como una industria riffs que suenan como cabezas nucleares estallando en tus oídos, a medida que avisan de una catástrofe inminente.

Por último, el sonido tirando hacia la estela que ha ido dejando Converge es muy evidente, y sin ir más lejos Hidden Hands es un tema que tranquilamente podría haber firmado Jacob y cía, con esos ritmos de batería y esos riffs tan propios de los estadounidenses. Éstos son los alicientes que la banda utiliza para construir un disco que, sin ser a estas alturas nada nuevo bajo el sol, consigue blanco en el objetivo, que somos nosotros.


Con esto, la tumba de Dios vuelve una vez más a retirar su sepulcro para arrastrar su pútrido cuerpo por la tierra y sembrar el terror y el caos a través de trabajos como éste que alimentan su alma muerta. Rise And Fall ha resucitado a la propia muerte.



Puntuación: 7'5/10