martes, agosto 31, 2010

Antimatter - Planetary Confinement (2005)

¿Quién no conoce a Anathema a estas alturas de la vida? Una de las bandas más grandes de la historia del Metal y el Rock hasta nuestros días, pasando del Death/Doom más infernal al Rock progresivo más melódico jamás visto, pilares del Rock y Metal gótico junto con otros como Paradise Lost o Type O Negative... Siempre ha sido una banda que me ha llenado, de una manera u otra. Su música, sus letras, penetran en tu piel y atraviesan tu alma como espada forjada se tratase. Muchos han sido los que han pasado por esta banda, y muchos las que la han dejado. Uno de los miembros más conocidos de ésta es sin duda Duncan Patterson, antiguo bajista de la banda, y uno de los principales compositores de ésta, facturando auténticos discos de culto como The Silent Enigma y la maravillosa Alternative 4.

Allá por 1998, todo eso quedó atrás, Duncan Patterson abandonaba la banda y se centraba en un nuevo proyecto único: Antimatter. Explotando su faceta más ambiental de Anathema, Duncan crea la banda junto con Mick Moss y comienza a moldear dicha faceta, jugando con elementos del Trip Hop y el gótico que se hacen evidentes en sus dos primeras obras, Saviour y Lights Out.

Sin embargo, en 2005 lanzan su tercer disco, Planetary Confinement, suponiendo un cambio no sólo en el sonido, sino en la banda en sí, ya que sería el último trabajo de Duncan Patterson antes de volver a correr libre y dejar la banda a manos de Mick Moss. Y no sólo hablo de éste por este punto de inflexión, sino porque es un disco que me transmite emociones que ni siquiera los propios Anathema llegan a alcanzar de transmitirme. Planetary Confinement es un viaje hacia la desolación y la tristeza, un frondoso lago de melodías únicas que demuestran el poder compositivo de Duncan. Pero no sólo eso, Mick Moss también demuestra su poderío en cuanto a composición, y es que la peculiaridad de este disco se encuentra en que fue creado a medias... entre Inglaterra e Irlanda. Así es, la mitad de las canciones que encierra Planetary Confinement fueron compuestas por Mick Moss en Inglaterra, mientras que la otra mitad fueron creadas por Duncan Patterson en Irlanda (excepto Mr. White), terminando en una amalgama de los temas que se hace bastante evidente por una cosa: la voz. Y es que el disco ha sido creado y elegido los temas de manera que se alternen los temas de Mick Moss en donde hace acto de su voz dulce y melancólica con los temas creados por Duncan que son reconocibles por la voz femenina de Amélie Festa. Sin embargo, tanto unos como otros tienen algo en común, y lo que supone el cambio de sonido del disco de sus predecesores: la acústica, y es que todos los temas están más centrados en la composición acústica, haciendo de esta manera unos Anathema pero mucho más suavizados.

Por supuesto en la instrumentación también es notoria el cambio en la composición de unos y otros, y mientras que en los temas de Mick Moss predominan las melodías realizadas por violines (hermosas, por cierto), las de Duncan Patterson se basan más en los pianos y los teclados, en las atmósferas esotéricas, y en el uso de otros instrumentos poco usuales en ellos como el djembe (o tam-tam de toda la vida) que se puede escuchar en Line Of Fire por ejemplo.

Temas como The Weight Of The World, Legions o la increíble Eternity Part 24 que roza el Dark Ambient con esas atmósferas tan siniestras, te harán sucumbir y mecer cual niño en la cuna, hará que te preguntes por qué estás aquí, y cuando termine, te sentirás desorientado, como si hubieras despertado de un sueño extraño, en el cual has descubierto la esencia de la vida. Un disco que te hará vivir una experiencia casi extra-sensorial, como si de un fenómeno se tratase. Eso es Antimatter, y eso es el poder de alguien como Duncan cuando se junta con músicos prestigiosos.



Puntuación: 9'75/10

lunes, agosto 30, 2010

Gallhammer - Ill Innocence (2007)

La mayoría de los que visitan este blog supongo que sabrán lo que es un power trio. Son aquellas bandas formadas por exclusivamente tres miembros, normalmente una batería, un bajo y una guitarra. Los hay famosos que han estado ahí desde siempre (Motörhead), y los hay nuevos bastante curiosos e interesantes (los ya mencionados aquí My Own Private Alaska formado por una voz, un piano y una batería). Pero si hay un power trio que destaca tanto por sus miembros como por su música, ése es Gallhammer.

Gallhammer se forma en 2003 en Japón (ah, bella Japón...) cuando Vivian Slaughter decide crear una banda con unas atmósferas y un sonido opresor a la altura de los Hellhammer (no es de extrañar que el nombre de la banda provenga de ésta). Pronto recluta a Mika Penetrator y Risa Reaper y empiezan a trabajar. Como veis, un power trio de chicas, lo cual supone toda una sorpresa ya que pocas son las bandas de Metal extremo formada exclusivamente por chicas, ya sabéis que el sector femenino suele ser más reacio a la música más bestia del Metal. La banda se esforzó desde el primer instante, ya que ninguna de ellas tenía la experiencia suficiente en sus instrumentos, ya que todas habían sido anteriormente vocalistas. Esto se puede notar en sus primeras demos, bastante simples en cuanto a composición. Sin embargo, fueron aprendiendo rápidamente, y al año siguiente ya tendrían su primer disco, Gloomy Lights, que mostraba ya de por sí una gran calidad.

Esto propició al sector underground y a que todo el mundo pusiera los ojos en ellas, hasta el punto de que acabaron firmando nada menos que para Peaceville Records. Así, y tras varios años después, lanzan su segundo disco, Ill Innocence.

Gallhammer no es sólo una banda que destaque por su formación, también destaca por el peculiar sonido que presenta. Mostrándose seguidoras de bandas que van desde Celtic Frost hasta Amebix, la música del grupo se aúna en un Black Metal fusionado con el Doom y con mucha influencia del Crust, logrando así un sonido variado y obteniendo una personalidad en éste que las hace bastante diferentes y reconocibles del resto de bandas. Así pues, podemos pasar del Doom Metal más oscuro en At The Onset Of The Age Of Despair, para dar paso a un Black ciertamente thrashero en Speed Of Blood, o cambiar a un tema puramente crustie del tipo de Blind My Eyes (riffazos de órdago asegurados, y un tema curioso a la par de gracioso por la segunda voz de ardilla que acompaña a la más rasposa y estridente), o incluso encontrarnos todos estos elementos entremezclados en un mismo tema, como en Ripper In The Gloom, que pasa del Doom más melancólico al Crust más rabioso en cuestión de minutos.

Aquí cada una de las tres componentes del grupo tienen el mismo protagonismo, ninguna se queda en segundo plano como buen banda de power trio que es. Para empezar, las voces. Cada una de ellas aporta su propia voz, con un timbre diferente del otro, lo cual se hace bastante notorio en temas como los antes citados Blind My Eyes y Ripper In The Gloom. La guitarra se encarga de los riffs más asesinos que nos encontraremos en el disco, mientras que el bajo hace una labor gloriosa en los temas más Doom, donde se hace mucho más patente su sonido. Finalmente, la batería termina añadiendo el último ingrediente con su ritmo. Es bastante increíble el pensar de que una banda inexperimentada en los instrumentos en sus comienzos acabe sacando algo tan gordo, pero 4 años son 4 años, y en ese tiempo se puede aprender y mucho. Si a todo esto añadimos el sonido tan guarro que muestra, y que ha sido masterizado y tejido por nada menos que Nocturno Culto de Darkthrone, podemos estar seguros de que este disco no defraudará a nadie.

Una banda única en su especie, que no podrás despegarte durante mucho tiempo una vez los escuches por primera vez. Benditos power trios.



Puntuación: 9/10

domingo, agosto 29, 2010

Cephalic Carnage - Misled By Certainty (2010)

Si hay una cosa en la que destaca Internet y que lo hace realmente increíble, es en ver cómo se filtra la mayoría de material nuevo, ya sea música, cine o cualquier cosa, incluso antes de que éste salga a la calle oficialmente. Éste es el caso de lo nuevo de Cephalic Carnage, Misled By Certainty, el cual llevo esperando como agua de Mayo y que a sólo unos pocos días de su lanzamiento ya he podido disfrutar. Y vaya que si lo he disfrutado...

Supongo que no es necesario hablar de Cephalic Carnage. Una de las mejores bandas del panorama extremo del Metal, así de sencillo. Auto-etiquetados a sí mismos como "Hydrogrind", estos estadounidenses comenzaron como una banda Grindcore más como cualquier otra, incluyendo elementos del Death. Su evolución fue clara, llegando a la cima con esa pedazo de joya que es Anomalies, que presentaba una mutación asombrosa, mezclando el Death/Grind con técnica y progresismo en un resultado más que satisfactorio. La cosa continuó con Xenosapien, en donde se volvían a centrar más en partir el lomo como nadie que en indagar y experimentar con los diversos elementos que solían tocar, aunque no desaparecieran éstos.

Pues bien, parece que con este Misled By Certainty, la banda vuelve a acercarse al sonido que lograron en Anomalies, logrando nuevamente un hit directo a la cara que volverá a ponerlos en boca de todo el mundo. Y es que lo han vuelto a hacer, han vuelto a hacer gala de una complejidad compositiva única anclada a un sonido destructor del tamaño de un mamut. Diversos elementos, registros y sobre todo la variedad que presentan entre tema y tema hacen del disco un auténtico indispensable de la banda (porque ya sabéis, en la variedad está el gusto). La técnica y el progresismo pasmosas que desprenden aunados en el Death y el Grindcore más potente, acompañados de la increíble y poderosa voz de Lenzig con diversos timbres que juegan en el campo de los growls acompañados de los screams de Nick e incluso retornando a las voces limpias en más de una ocasión (When I Arrive). Si a esto le unimos la producción nuevamente a cargo de Dave Otero, y de la interestelar colaboración de Ross Dolan (Immolation) a las voces en Abraxas Of Filth, podemos estar seguros de encontrarnos ante un disco redondo.

Desde los cañonazos como The Incorregible Flame, Warbots A.M., Raped By An Orb (brutal tema en donde da la sensación de estar escuchando al mismísimo Dave Rotten), pasando por los toques jazzeros de Ohrwurm o la increíble progresión y el sonido tan propio de unos Mastodon o Baroness en Repangaea, donde nos encontraremos de todo, desde saxofones a pianos en un tema jodidamente relajado e increíble, contando con algunos temas de puro Grindcore como Pure Horses, todo bajo el particular toque de humor, drogas y demás de la banda, nos dejarán muestra y constancia del alcance de la situación que muestra Misled By Certainty.

Un disco que vuelve a colocar a la banda en su lugar, demostrando de lo capaces que pueden ser si se lo proponen. Y esperemos que ese puesto lo sigan manteniendo por muchos años más. Y todo esto antes de su lanzamiento...



Puntuación: 9'5/10

sábado, agosto 28, 2010

Antigua & Barbuda - Try Future (2009)

Hay veces que uno no sabe qué elegir para guiarse y escuchar algo de música nueva: blogs, Last.FM, foros... pero siempre habrá algo que te impresione de alguna manera u otra, siempre encontrarás algo que te llamará la atención. También se puede dar el caso contrario, que sea eso lo que te encuentre a ti. Hace poco, un amigo compartió conmigo algunos temas por Spotify, exactamente 3, uno de los míticos Black Flag, y otros que nunca había oído mencionar: Antigua & Barbuda. El nombre me resultó bastante peculiar, le di una escucha... y me quedé simplemente petrificado, me encontraba ante toda una maravilla. Y no la había descubierto yo, me descubrió esta a mí, a través de este amigo que os comento. Y he aquí que me hallo dispuesto a mostraros a aquellos quienes no los conozcan a un grupo simplemente increíble.

Lo primero es lo primero, esta banda no va a dejar indiferente a nadie, y es que el sonido de estos patriotas españoles es tan extraño, que necesitarás más de una escucha para poder asimilarlo en todo su esplendor. Antigua & Barbuda se forma en Pamplona, Navarra, en el año 2004. Originalmente llamados Qwer, lanzan bajo este nombre su primer EP, Ombligo Chronicles. Años más tarde, y con el nombre que mantienen ahora, lanzan su siguiente EP La Pirámide Invertida, para un año después presentarnos esta colosal obra maesta: Try Future.

Antigua & Barbuda es una banda muuuuy difícil de clasificar. Sentando las bases, podríamos decir que la banda se apoya en el Rock progresivo. Pero es que a éste le añaden tantos elementos diversos e influencias de varios géneros, que logran moldear algo nunca escuchado antes, al menos para mí. Desde el Post-Hardcore, hasta pasando por el Black Metal (sí, lo que leéis), jugando con algunas atmósferas logradas por unos sintetizadores que le dan un toque muy Electrónico e incluso Trip-Hop al asunto. Un monstruo abominable y atrayente a la misma vez, capaz de mantenerte pegado a la silla durante todo el trayecto que supone Try Future.

Comenzando con una intro esotérica, como si de un tránsito a través de un agujero de gusano se tratara, comienza el disco directamente con el tema homónimo Try Future, que va mostrando constantes cambios de ritmo, mientras la voz que por momentos recuerda a la de Cedric pero cargado de ácido hasta las cejas. Aquí es donde empezamos a notar esa pequeña influencia del Post-Hardcore y el Black Metal, pero de manera que suene fresco y personal, no en un cliché repetitivo de dichos géneros. Cerrando con una atmósfera completamente electrónica, pasamos de éste a Cave Dweller, con un sonido muy grueso, propio del Post-Metal e incluso del Sludge, y que se va condensando en un torbellino de riffs, cambios de ritmo y demás que no dejarán darte siquiera un respiro, lanzándote despedido por los aires ante tal muralla sonora.

Zombie Bural se presenta como un tema instrumental, sin voces, y con ambientes y pasajes desconcertantes y oscuros entremezclados con una base de pura electrónica que se cubre con varias capas de atmósferas, y que dan paso a Embers, uno de los mejores temas del disco y donde se hace totalmente clara la influencia del Black Metal, sobre todo al principio con ese ritmo rápido y machacante de la batería propio del género. En esta ocasión, la voz se ve acompañada por otra más estridente y rasgada, pero sin llegar a la exageración. De repente, todo ese impacto que supone el tema se corta abruptamente para dar paso a una entonación de sintetizador propia de una iglesia, y que da nuevamente paso a otro estallido sonoro, y que cierra con una melodía nuevamente inquietante.

Pasamos a Traitor. Su sonido se condensa en riffs mucho más marcados, sin dejar de lado ese sonido tan peculiar que presenta la banda. Un tema que te hará subir y bajar como si estuvieras recorriendo montañas a la velocidad del sonido. De repente, la voz se vuelve más rasposa, propia del Hardcore, mientras las melodías se amontonan cual copos de nieve en el suelo.

Science Parade comienza con un sonido propio de la época medieval, que anuncia la marcha final de algo que ha firmado su propia muerte. Más cercano al Post-Metal, Science Parade muestra un cuerpo incluso mayor que todos los anteriores temas nombrados, donde la cantidad de pasajes y texturas es tal, que puede que nos resulte imposible para una banda como ésta, y que está hecha por auténticos expertos profesionales de la música.

Y finalmente llegamos a la meta con The Next World Master Will Carry My Blood, el cual presenta un ritmo y riffs más propios del Hardcore, acelerados, capaces de cortar cual hoja de espada, y que va desacelerando a medida que avanza el tema.

Un disco único, nuevo, innovador, sobre todo por esa producción que le otorga ese sonido tan extraño, pero que presenta una pega: las voces, que no se consiguen apreciar del todo al verse engullidas por el sonido del resto de instrumentos, siendo un pequeño punto en su contra. Pero, por todo lo demás, está claro que nos encontramos ante algo poco usual, y más todavía en nuestras fronteras.

Puntuación: 9'25/10

viernes, agosto 27, 2010

Dishammer - Vintage Addiction (2008)

Perversiones, muerte, rebelión y ganas de armarla... eso es lo que nos encontraremos en uno de los mejores discos que ha parido nuestra tierra natal. Un disco aclamado tanto por el público más underground de aquí, como fuera de nuestras fronteras. Y por supuesto un blog como éste no sería un blog si no se comenta semejante maravilla, así que aquí estoy, dispuesto a destripar esta joya de la misma manera que me destripa a mí cada vez que lo escucho.

Dishammer no es una banda nueva, al menos en cuanto a sus miembros se puede decir. Formado por nada menos que Jose Dopico (Machetazo), Iñaki (Looking For An Answer, Moho), Raúl (Moho) y Víctor (Disnation), podemos estar seguros de que no se trata de una banda de inexpertos. De esta manera, se garantiza un disco donde la maestría y el buen hacer se huele por los cuatro costados. Y así es con Vintage Addiction, disco debut de la banda después de una demo, y que demuestra de lo que pueden ser capaces semejante combo como éste.

Lo que uno se encontrará en Vintage Addiction se puede resumir en dos palabras: mala leche. Pero si queremos ser más específicos, el resultado es un Crustcore con algún ritmillo D-Beat en varias ocasiones e influencias claras del Black Metal (sobre todo a la voz) y del Thrash Metal. Dicha ecuación se resuelve en un disco jodidamente sucio, gracias a esa producción tan guarra que le da ese toque tan exquisitamente cerdo, un sonido asesino, como si de un maníaco flacucho armado con un cuchillo se tratara dando trotes mientras se abalanza hacia ti, abriéndote en canal y observando cómo tus tripas van cayendo fuera de su cavidad.

Casi media hora de mala fostia lleno de temazos como el primer Smoke Of Death y la increíble y cabalgadora Pain In The Ass, pasando por temas como Age Of Disgrace, Werewolves On Wheels (imagino que haciendo mención a la película setentera de mismo nombre), terminando en el último tema homónimo con un sonido muy punkarra que recuerda por momentos a los abuelos Discharge. La voz de Jose deja patente la esencia de este disco, sucio, carrasposo, cual viejo hasta el culo de alcohol y cigarrillos que incluso por momentos puede recordar a la de Jeff Walker (Carcass), grandes ritmos marcados por Iñaki y Raúl en el bajo y la guitarra respectivamente, acompañando la batería a manos de Raúl que le da la guinda necesaria al sonido. Como ya dije antes, el ritmo puede pasar del Crust en algunos temas a otros más propios del D-Beat (como en el caso de Blessed With Catalepsy).

Hora de desfasarla al completo con una de las mejores bandas del panorama nacional actual. Mujeres desnudas de voluptuosos pechos te esperan al ritmo más guarro que podrás haber escuchado jamás. Simplemente déjate llevar.



Puntuación: 9'25/10

jueves, agosto 26, 2010

At The Drive-In - Relationship Of Command (2000)

Parece que en estos días me ha venido la nostalgia. Ayer fue con Acid Bath y su muestra de crudeza. Hoy le doy la vuelta a la tortilla y cocino con esta obra maestra indiscutible que también me ha acompañado inconscientemente en mi vida. Ya dije en su momento que hablaría de esta banda, y lo prometido es deuda, así que aquí estamos.

Poco puedo decir sobre At The Drive-In que no haya dicho ya en su anterior entrada de The Mars Volta. Todo aquello en lo que se vean involucrados Omar Rodríguez-López y Cedric Bixler-Zavala es objeto de mi admiración (bueno... no todo), y éste es sin duda uno de sus proyectos de obra magna, la piedra angular que dio lugar a todo lo que vendría a posteriori. Formados en Texas, la banda destacaba por sus directos, algo que se puede comprobar tranquilamente en cualquier directo de ellos subido a Youtube. Pura energía, ganas de desfasarla y volverse completamente locos. Tras dos álbums de estudio y algunos EP's, At The Drive-In lanza su tercer, último, mejor y más conocido disco de ellos: Relationship Of Command, que le darían el nombre y la reputación que se merecían hasta su disolución.

Producido por nada menos que Ross Robinson, y con la colaboración de Iggy Pop en los coros de temas como Enfilade y Rolodex Propaganda, Relationship Of Command es una representación clara y exacta de la juventud: enérgica, animada, despierta y con ganas de disfrutar de la vida. Y es que todos los temas incitan a disfrutar de ello de una manera u otra. Canciones marchosas y con ritmo entremezcladas con otras mucho más lentas, relajadas, es lo que uno se encontrará en este disco de absoluto 10 rotundo. No es de extrañar que uno acabe moviendo el cuerpo con temas como Arcarsenal, la gloriosa y archi-conocida One Armed Scissor (esto sí es pura energía, chicos), o sumiéndose en la más absoluta tranquilidad con Invalid Litter Dept. o Quarantined. Absoluto Post-Hardcore de la época con alguna pequeña reminiscencia del Indie que te hará subir paredes y escalar edificios como si de un absoluto Spiderman te trataras. El absoluto feeling que desprende la poderosa de Cedric acompañado de ese dúo de guitarras compuesto por Omar y Jim Ward, sin menospreciar el trabajo a la batería de Tony Hajjar y al bajo de Paul Hinojos, indispensables también para obtener el sonido que caracteriza a esta banda. Pequeños pasajes electrónicos realizados mediante teclados y sintetizadores aportan la guinda final a éste Relationship Of Command que se convierte en uno de los mejores discos de la historia, tanto para el público de calle como para la prensa especializada. Y no es para menos.

Un disco que pasará a la posteridad, y una banda que quedará encerrada en lo más profundo de nuestros corazones, haciéndonos estallar todos esos sentimientos que una vez desprendimos con esta gente cuando volvamos a darle al Play. Esta gente me puede, mucho, y siempre me acompañarán allá donde vaya. Ay, qué nostálgico estoy...



Puntuación: 10/10

miércoles, agosto 25, 2010

Acid Bath - When The Kite String Pops (1994)

Hoy, amigos, voy a hablaros de un disco ("¿de veras?"), un disco que significa pasado, presente y futuro para mí. Y es que es uno de esos discos que te acompañan en la vida inconscientemente, de ésos que te evocan buenos recuerdos, y que da igual cuánto tiempo pase, siempre te volverá a cautivar y a atrapar. Para ello, hay que viajar hacia atrás, más de una década, casi dos, para llegar hasta este disco y comprenderlo.

En un tiempo en el que parecía haberse inventado todo en el mundo del Metal, y el cual empezaba a dislumbrarse lo que sería posteriormente la decadencia de dicho género en algunos aspectos, varios avispados empezaron a sacar un sonido propio, sucio, a partir de los elementos del Hardcore y el Doom Metal: es así como dio al nacimiento del Sludge. Grupos como Eyehategod, Grief y Iron Monkey empezaron a mostrar un nuevo camino que, aún sin estar del todo claro, parecía apuntar maneras en el sector underground. Pero incluso dentro de ese sonido tan cerrado, lento, pero a la misma vez fiero, había una banda que destacaba por su propia manera, brillo y luz: ellos eran Acid Bath.

Formado en Louisiana, Estados Unidos, en 1991 bajo el nombre de Golgotha, casi a la misma vez que sus congéneres Grief, puede uno estar seguro de que esta banda era original incluso en la originalidad que suponía por aquel entonces el Sludge. Y soy capaz de decir (y con los ojos vendados esperando a mi inminente fusilación) que estaban muy por encima de los propios Eyehategod. Y es que la música de Acid Bath era mucho más fiera, directa, sin tapujos y sin rodeos. Iban a lo que iban, iban a comerse el mundo, y así lo hicieron.

Tras algunas demos, lanzan en 1994 su disco debut, y una de las piedras angulares, no sólo de la banda o del Sludge, sino del Metal en general. Y es que este disco es tan grande, que creo que no se puede comparar con otra cosa. Está muy por encima de todo, incapaz de poder ser superado por nadie. Así de claro y conciso soy diciéndolo. Y la razón de ello, y la de por qué a pesar de ser una banda de Sludge se diferencia tanto del resto de bandas del género, es que se mantienen apegados a muchos otros estilos, ya sean Stoner, Death Metal o incluso sureño. Como leéis. No es extraño pensar en ello cuando escuchas temas como What Color Is Death, donde se hace bastante notoria la influencia del Death Metal. Salta a la escucha. Y es precisamente por esta razón por la que es imposible aburrirse con este disco. Sus continuos cambios de ritmo, de matices, de riffs, harán mantenerte bien pegado al reproductor y no despegarte de éste en ningún momento.

El disco en sí también es bastante curioso. Para empezar, el art-work del disco fue creado por nada menos que John Wayne Gacy, más conocido como Pogo o El Payaso Asesino, asesino en serie de Estados Unidos cuya obsesión en sus pinturas realizadas durante su encierro eran los payasos (de hecho se puede ver su firma en la portada). Inquietante cuanto menos. Por otra parte, When The Kite Strin Pops fue producido por el propio Spike Cassidy, guitarrista de D.R.I.

En cuanto al cuerpo del disco en sí, podríamos decir que tiene una cierta transición, comenzando con las fuertes influencias del Stoner y el sonido sureño en los primeros temas, llegando a recordar incluso a Kyuss por momentos (recordemos que por entonces los papis del Stoner ya habían sacado sus 3 primeros discos, así que la influencia está clara). A partir de Dr. Seuss Is Dead ya se empieza a visualizar el sonido crudo y cavernoso propio del Death, con algunos riffs muy sucios que pueden recordar a Incantation. Todo esto bajo la gran capa que conforma el Sludge de entonces, y os puedo decir que todos y cada uno de los temas valen por su propio peso en oro, desde el Blue hasta Cassie Eats Cockroaches, pasando por Dope Fiend, God Machine, o el increíble trío compuesto por Jezebel, Scream Of The Butterfly y Dr. Seuss Is Dead. Y aún detrás de toda esta muralla sonora, podemos encontrarnos temas más tranquilos, relajados. A Scream Of The Butterfly me remito, o a la colosal The Bones Of Baby Dolls.

Un señor discazo, y una señor banda que tristemente hoy en día se encuentra disuelta. Lástima, pero es mejor mantener así el legado que han dejado a ver cómo van decayendo cual tubería que se oxida con el paso del tiempo, que habría sido lo más probable. Un disco que supone un antes y un después en mi vida.



Puntuación: 10/10

martes, agosto 24, 2010

Heaven In Her Arms - Paraselene (2010)

A veces, es muy difícil encontrar un disco que te llene desde la primera escucha. Ya no es sólo el hecho de que lo hagan bien y te gusten, sino que te transmitan sentimientos y haga que el aire que hay a tu alrededor se vuelva denso y pesado hasta el punto de poder cortarlo con un cuchillo. Pero es posible, y lo último de esta gente lo ha logrado.

Heaven In Her Arms es una de esas bandas realmente tenebrosas que de alguna manera u otra llegan a lo más profundo de tu corazón. Directamente desde Japón, si hay una banda a la que le deben mucho el sonido que practican es, indudablemente, Envy. Y es que ese Screamo aferrado a las melodías propias del Post-Rock sólo pueden venir de lo que empezaron a hacer los pioneros del género con su último disco hasta la fecha, Insomniac Doze. Así se mostraba en su disco debut Erosion Of The Black Speckle. Sin embargo, con este Paraselene, la banda ha conseguido desquitarse del sonido que los relacionaban con sus congéneres japoneses y obtener un sonido propio dentro de este estilo tan peculiar.

Aunque las influencias de Envy sigan estando patentes (la voz screamo es jodidamente parecida a la de ellos), podemos notar un nuevo rumbo en la banda, consiguiendo unos efectos y un sonido que ni siquiera éstos han logrado llegar. Siendo mucho más oscuro, tenebroso, y llegando incluso a surfear sobre el Drone, Heaven In Her Arms sacan un disco que es una estaca directa a nuestro pecho, capaz de hacernos sangrar y sufrir. Atmósferas esotéricas, violines y demás, pero sobre todo sentimiento, mucho sentimiento, es lo que nos vamos a encontrar en Paraselene.

Ya haciendo especial atención a 46x con un sonido propio del Post-Metal, muy profundo, donde una guitarra rasga notas al son de una atmósfera opresora y la voz desgarrante de fondo, estalla en Anamnesis Of Critical, donde la influencia de Envy se hace más clara, con una fuerza, garra y rabia sin igual, que te desmembrará a medida que avanza entre riff y cambio de ritmo, hasta que hacen un tiempo muerto abrupto para dar paso a unas melodías empalagosas propias del Post-Rock, haciendo que la voz pase de la anterior irritante y esquizofrénica a una dulce, suave y melodiosa que te impregnará de su feeling hasta caer rendido a éste, que nuevamente volverá a destrozarse la garganta de buena manera.

Entonces pasamos a Morbidity Of White Pomegranate, que desprende un sonido completamente Drone, como si de unos Sunn O))) se trataran. Sublime, y sublime es también esa atmósfera que logra una de las guitarras tan fantasmagórica, que se va entremezclando con la voz y ese sonido in crescendo anclado entre el Post-Rock y el Post-Metal.

Y entonces llegamos al punto en el que la banda empieza a jugar con las atmósferas y los pasajes de la mano de Jade Vine. Casi a modo de interludio, este tema presenta un ambiente muy siniestro, con esa voz entrecortándose como si de una grabación realizada en lo más recóndito de un lugar olvidado se tratara, casi un susurro, una psicofonía. Y la cosa se acentúa con Echoic Cold Wrist, que no os miento si os digo que la atmósfera de este tema puede hacerte recordar a la música de juegos como Resident Evil o Parasite Eve, un sonido propio de películas de terror, ya veréis, ya... Cabe destacar los continuos cambios de ritmo de la batería, que hacen del tema mucho más ameno.

Cambiamos de tercio y pasamos a Halcyon, el cual continúa el sonido del anterior tema, volviéndose nuevamente más Envy que nunca, con un ritmo más animado, tanto en la voz como en los instrumentos, sobre todo en la batería, y que dará paso a mitad de tema a una melodía de guitarra preciosista única.

Butterfly In Right Helicoid son más de 10 minutos de armoniosa melodía que pueden hacerte recordar a bandas como Red Sparowes, un sonido astral que no tardará en detonar en un éxtasis sonoro con el ritmo desenfrenado de la batería, la voz sangrante y el impacto de las guitarras y el bajo dispuestos a destrozarte internamente.

Y entonces llegamos al que posiblemente sea el tema más triste jamás creado en la historia (y mira que hay temas y temas): Veritas. Con un sonido apagado, no tardará en dar paso a un violín que prácticamente llora, junto con otras melodía que recuerdan increíblemente a A Warm Room de los Envy. Un tema que si no tienes cuidado, puede destrozarte literalmente.

Un disco impactante, que logra que Heaven In Her Arms encuentre finalmente el sonido que buscaba. A partir de hoy, la palabra "dolor" cobrará un nuevo sentido.



Puntuación: 10/10

lunes, agosto 23, 2010

Madder Mortem - Desiderata (2006)

La vida es como la Danza de la Muerte. Todos bailamos alrededor de ésta, da igual de dónde procedas, lo que eres o tu situación, todos caeremos rendidos ante los brazos de La Muerte, y bailaremos con ella por los siglos de los siglos. Y estoy seguro de que si la Danza de la Muerte tuviera su forma física y literal, la música que acompañaría a éste sería la de Madder Mortem.

Madder Mortem nace en la fría Noruega, concretamente en Oslo, allá por 1993 a partir de las cenizas de Mistery Tribe, el cual pasa a llamarse a la banda que son ahora. Si hay algo por lo que ha destacado esta banda siempre, es por su toque personal del Gothic Metal. Lejos de los grupos Gothic Metal del palo de Nightwish y cía, todos apegados de mala manera al Power Metal más épico (sic) y llevadero, Madder Mortem intenta llevar el sonido gótico a terrenos más oscuros, opresores, lentos...

Y es así como nos encontramos con un Gothic Metal muy denso, aferrado con uñas y garras al Metal progresivo, a lo que se conoce como Dark Metal, y también al Doom Metal, pero sobre todo al Metal progresivo, así que podemos esperarnos unos cambios de ritmo bastante bien encajados y enganchantes, un sonido crudo y muy pesado, como si te estuviera cayendo un piano sobre la cabeza una y otra vez, y pequeñas melodías que acompañan a una música única en su género.

Desiderata es posiblemente el disco más crudo, más violento y directo a la cara. La densidad sonora de este disco es tal que si no estás bien sujeto a la silla es posible que salgas despedido por los aires cual muñeco de pruebas de choque de coches. Lanzado bajo el aclamado sello de Peaceville Records (Katatonia, Akercocke, My Dying Bride, etc etc), nos encontraremos ante un disco que no va a dejarnos ni un respiro siquiera. Como ya he dicho, el sonido se presenta denso, pesado y violento, pero también compaginado con pasajes tranquilos y melancólicos, todo ello aderezado con la increíble voz de Agnete M. Kirkevaag, celestial e increíble que también se atreve con algunos screams y agudos (prueba de ello es el tema Changeling, donde también nos encontraremos reseñas incluso del Death Metal).

Si hay una cosa que podéis estar seguro de que no vais a sufrir con Desiderata, es aburrimiento, y es que todos los temas son tan variados que es imposible quedarse dormido. Ya sea los riffs cercanos al Thrash que presentan en Plague On This Island, como en la mala hostia que desprenden en M For Malice o el toque Dark, con pasajes y ambientes oscuros y opresores del Cold Stone, podéis estar seguros de que no os aburriréis. Pero oh amigos, si hay un tema a destacar de este disco, ése es sin duda el que deja la firma final del disco: Hangman, con ese toque gótico y celestial que nos harán recordar a las canciones alemanas de antaño de los años 40, en donde dichas canciones intentaban rescatar un poco de tranquilidad y cordura en un mundo gobernado por las guerras, el caos y el dolor. Todo ello bajo la dulce e impresionante voz de Agnete que estalla en un sonido desesperante y lleno de sufrimiento que hará vibrar todas tus neuronas y dejarte sin aliento al final de ésta.

La recta final de un trayecto que cada vez se hace más y más corto. Bailemos la Danza de la Muerte, pues.



Puntuación: 9'75/10

domingo, agosto 22, 2010

Caldera - Mist Through Your Consciousness (2008)

Hoy es un día en el que no deseo complicarme demasiado la vida. Un domingo es un domingo, y está para descansar y tomarse un respiro, disfrutar de alguna película, de algún videojuego, de algún disco... y hoy es un día en el que he decidido desempolvar este disco y disfrutarlo.

Volviendo de nuevo a la remota Francia para buscar algo de calidad, uno se encuentra con estos apasionados de la música que tocan por simple amor a ésta. Caldera se forma en 2001, y tras varias demos lanzan su disco debut Mist Through Your Consciousness en 2008. Lo que nos encontraremos en esta banda es un sonido bastante personal, influenciado por géneros como el Sludge, Doom, Stoner e incluso Post-Metal. Aquí no nos encontraremos voces, Caldera es puramente instrumental. Con un sonido más serio que el entrecejo de Chuck Norris, Mist Through Your Consciousness es un disco perfecto para una tarde de domingo como la que tenemos hoy aquí, para relajarse, para dejarse llevar.

Con unas composiciones no tan rebuscadas, pero efectivas, podemos encontrarnos con temas como el implacable Coast Redwood que da pie a comienzo de este disco, con un in crescendo en toda regla; Wollemia, con ese paso del Stoner al Post-Metal grandioso y un trabajo al bajo (toma rima) glorioso; F.I.R, con unos riffs jodidamente motivadores y enganchantes, o la última Dawn Redwood, que presenta mayor influencia del Post-Metal para el cierre de un disco espléndido y maravilloso que te irá atrapando cada vez más con cada escucha.

Caldera, demostrando una vez más, la excelente escena de Francia, y haciendo del domingo más ameno.



Puntuación: 8'75/10

viernes, agosto 20, 2010

Nydvind - Sworn To The Elders (2010)

Bosques profundos, cascadas, animales salvajes... una leyenda que encierra estos lugares callados y respetados, historias y ritos paganos. Y de esta manera, se presenta lo nuevo de estos franceses. Ya Cthulhu nos ha mostrado lo mejor del Viking y el Metal pagano con lo nuevo de Galar y Aiumeen Basoa respectivamente. Hoy, os muestro el que puede ser el tercer mejor disco de 2010 en cuanto a estos derroteros: Sworn To The Elders.

Para ello, hay que cruzar Los Pirineos hacia Francia, concretamente París. Aquí, surge una pequeña banda formada por miembros de Bran Barr que empieza a mutar y a convertirse en lo que es hoy en día. Con un perfecto ejercicio de Black Metal pagano con ciertos elementos del Viking Metal, Nydvind lanza en 2003 su primer disco, Eternal Winter Domain, el cual mostraba una gran calidad. 7 años han tenido que pasar para que la banda finalmente lance su nuevo trabajo, bajo el sello de Trollzorn Records, especializado en el Folk y el Viking principalmente.

Quizás Sworn To The Elders pueda sonar a un disco cualquiera, pero presenta una fórmula que lo hace bastante distinto del resto de discos. En primer lugar, una composición soberbia y variable, en donde un mismo tema puede presentar riffs de puro Black y auténticos pasajes acústicos, pasando por los ritmos y cánticos propios del Viking e incluso Folk Metal. Un disco que no precisa del esfuerzo del oyente para poder asimilarlo, Sworn To The Elders entra y es disfrutable a la primera.

Comenzando con una intro que te sumerge en los bastos montes de la Francia más profunda, y con el sonido de una trompeta vikinga que augura una batalla campal, comienza con un Son Of Fire de riffs potentísimos y afilados como cuchillos, una voz completamente blacker que se va compaginando con cantos paganos, y que se vuelve a manifestar en To Enter The Realm Of The Ravenlord. Ya a partir del tema homónimo del disco, Sworn To The Elders, empezamos a encontrarnos piezas acústicas aunadas en riffs de puro Black y donde se hace cada vez más patente la presencia del bajo, que puede percibirse con total claridad y en armonía con el resto de instrumentos. Incluso cuando se centran más en lo acústico pueden hacernos recordar a unos Agalloch del Pale Folklore.

El resto del disco es pura belleza, desde la majestuosa Upon The Throne Of North hasta la rapidísima Icewinds Unleashed que te hará sentir envuelto en una batalla de escudos y espadas, terminando con la orgásmica The Godless, con sus subidas y bajadas de tono y tensión como si de un cardiograma se tratase.

Un gran disco, sin duda, uno de los mejores de este año en cuanto a Metal pagano se refiere (véase como Black, Viking o Folk). Adentraros en el bosque.



Puntuación: 9'25/10

jueves, agosto 19, 2010

Triptykon - Eparistera Daimones (2010)

Supongo que la mayoría de nosotros recordaremos lo que supuso en su momento el último disco de Celtic Frost: Monotheist. Un disco aclamado por muchos, repudiado por otros. Después del hostiazo que supuso Cold Lake con ese sonido propio del Glam Metal y esas pintas que se gastaron, volvieron a recuperar un poco el rumbo con Vanity/Nemesis. Pero es con Monotheist con el que llegaron a alcanzar de nuevo la cima con un disco tan jodidamente oscuro que ríete tú de cualquier banda de Black Metal ambiental o Doom. Mientras que para muchos resultó una joya de la banda que pasaría a la posteridad y un acierto de ésta, otros tantos se mostraron en desacuerdo esperando un regreso de la banda a sus orígenes. Tristemente ya no sabremos qué rumbo habrían cogido, ya que después de este, la banda volvería a disolverse.

Thomas Fischer, quien sería por aquel entonces uno de los miembros originales de la banda, se había dado cuenta de que habían obtenido el sonido que él buscaba, pero tras la desaparición del grupo se vio obligado a tener que buscar otra vía para seguir explotando ese sonido. Y es entonces cuando nace Triptykon nada más dejar Celtic Frost, coge a algunos miembros como V. Santura (actual guitarrista de Dark Fortress y con el que ya contaría en los directos de su anterior banda durante la gira de Monotheist), Reed St. Mark a la batería (quien no tardaría en ser suplantado por Norman Lonhard de Fear My Thoughts) y Vanja Slajh, y bajo el sello creado por Celtic Frost, Prowling Death Records, graban a mediados del 2009 lo que es hoy su disco debut, Eparistera Daimones, producido por el propio Fischer para obtener ese sonido desolador con el que atrapó a muchos.

Y como ya he dicho, Triptykon es el comienzo de lo que terminó Celtic Frost. Siendo de alguna manera un Monotheist II, Eparistera Daimones mantiene lo que ya nos enseñó Thomas Fischer en su anterior trabajo, un disco lleno de oscuridad, dolor y miedo el cual se asenta principalmente en los sonidos más crudos del Black y el Doom Metal, y con varios tintes asimilables del Thrash, Death e incluso del Avant-Garde Metal. Denso, oscuro, un dios tenebroso y negro que te adentrará en sus entrañas, devorándote y convirtiéndote en carne picada. Por supuesto, el disco presenta un pequeño toque propio que hace que tampoco resulte una copia descarada de lo último de Celtic Frost, elementos que nunca se vieron en Monotheist, que se van dislumbrando a medida que avanza Eparistera Daimones y que le dan un cierto toque de personalidad al disco dentro de un sonido bastante personal de por sí.

Para empezar, el disco arranca con Goetia, tema de 11 minutos aproximadamente que ya de por sí te deja con los huevos a la altura del cuello. Y es que ese comienzo tan funeral que recuerda a A Dying God Coming Into Human Flesh te hará soltar una gota fría, mientras tu cuerpo se eriza, para dar paso a un riff rápido y asesino con un doble bombo a la batería y, finalmente y lo que más espera uno, escuchar esa voz imponente de Thomas Fischer predigando. Con esos estribillos que recuerdan mucho a los de Ground, y esos solos impactantes, aportarán la guinda a un tema gordo que nos predice lo que nos encontraremos en este disco y lo que viene a continuación.

Y así, de esa manera, llega Abyss Within My Soul, más animado, con ese ritmo propio de una avanzadilla de un ejército, y con esas atmósferas tan fúnebres y esos pequeños solos que adornan al tema, mientras empieza a hacerse patente los recitales de V. Santura a las voces, y la voz tan jodidamente agonizante, asquerosa y a la vez enganchante de Fischer que cada vez nos deja más con la cara blanca.

Con In Shrouds Decayed lo más probable es que se te caigan los pantalones y no te dé tiempo a volver a ponértelos. Porque es quizás uno de los temas más sombríos del disco, que se va acrecentando progresivamente y volviéndose cada vez más y más furioso, tanto en la parte instrumental como por parte de la voz de Fischer, y donde nos veremos por primera vez acompañado de una voz femenina.

Tras el interludio de Shrine con una atmósfera muy psicodélica como si estuviéramos pasando por un umbral de almas perdidas, y con un toque erótico que ni el de las películas porno, pasamos a A Thousand Lies, un claro homenaje a los principios de Celtic Frost con ese ritmo tan thrashero y oscuro a la misma vez, con pequeños elementos distinguibles del Death Metal y los gritos de locura de Fischer que nos dejan la piel de gallina.

Pasamos a Descendant, nuevamente con un sonido denso y pesado que nos hará recordar muy cercanamente a otro clásico en la actualidad que es Os Abysmi Vel Daath, otro tema que posiblemente será recordado por su densa oscuridad, con esas notas casi provenientes de un gélido infierno, y que termina con un riffazo thrashero que nadie se esperaba en ningún momento y que te da un puñetazo en la mandíbula.

De Descendant pasamos a Myopic Empire, con un sonido jodidamente cavernoso, y unos riffs muy simples, pero efectivos, muy efectivos, que se entrecortan a mitad de tema con la voz femenina que vuelve a surgir tras el In Shrouds Decayed y un piano muy melancólico, consiguiendo un toque Avant-Garde gótico espectacular, y que se continúa en My Pain, con pasajes y melodías hermosas y la atrapante voz femenina, un sonido muy celestial y a la vez bastante siniestro, y que nos hará pasar a la recta final.

Y así, llegamos al final de este grandioso disco con The Prolonging, casi 20 minutos de la mayor manifestación de la banda en una transición pasmosa entre ambientes, pasajes, riffs y demás, que van cambiando continuamente, pasando de la atmósfera más sobrecogedora, al riff más enfermizo y aplastante.

EL disco, así de sencillo. Thomas ha vuelto a hacerme retroceder en el tiempo al año en que disfruté con Monotheist y que marcó un antes y un después no sólo en su música y en la música en general, sino en mi vida (y hablo de hace 4 años, qué cosas). Celtic Frost no se crea ni se destruye, simplemente se transforma.



Puntuación: 10/10

martes, agosto 17, 2010

The Sword - Warp Riders (2010)

Joder, la verdad es que he de ser sincero, no me esperaba lo nuevo de estos jefes tan pronto subido a la red. Y es que ya puede uno agenciarse a través del basto océano del Internet lo nuevo de la que posiblemente sea una de las mejores bandas y más reconocidas del Stoner/Doom Metal actual con antelación a su salida (24 de este mes, atentos a las tiendas). The Sword vuelve a dislumbrarnos con un disco que es directamente una bofetada en la cara para mantenernos despiertos y activos a la vez, porque deslumbra caña y buen hacer a partes iguales.

Nuevamente bajo el sello de Kemado Records, y con una magnífica portada que viene como anillo al dedo a lo que nos encontraremos aquí, Warp Riders es un disco de absoluta grandeza, que te hará despegarte de la silla y animarte el día. Porque si hay una cosa en la que destaca esta banda, es en la facilidad que tienen para sacar unos riffs rimbombantes y que enganchantes a más no poder, y en este disco nos encontraremos eso y mucho más.

Es posible que el sonido de The Sword haya variado un poco respecto a sus anteriores trabajos, aferrándose más al Stoner y al Heavy Metal y sacrificando apenas un poco el sonido pesado del Doom, pero eso no quita que sigan sonando como si estuvieras intentando mantener un mamut con tus manos en con todo su peso. Claro ejemplo de ello es el primer y colosal tema Acheron/Unleashing The Orb, tema instrumental que te va alzando hacia los cielos para acto seguido estrellarte contra la tierra en una bola de fuego con un enorme ejercicio de Stoner denso y pesado propio de lo último de High On Fire. Por otra parte, hay una cosa que os puedo garantizar: ningún tema sobra, ni uno. Todos destacan por sí mismos, todos igual de enganchantes. Por ejemplo, no podrás evitar sentirte perseguido por indios furiosos con Arrows In The Dark con ese ritmo tan cabalgante, los dos temas de The Chronomancer, destacando el segundo, Nemesis, o la increíble Lawless Lands, con ese sonido tan Kyuss que tiene, pero llevado al propio estilo de la banda. Ni hablar tiene de la también instrumental Astraea's Dream, perfecta para una carrera de coches a través de un cañón.

Quizás el disco presente una pequeña y a la vez destacable pega: la voz, y es que aparte de haber cambiado un poco la tonalidad de ésta en J.D. Cronise, se presenta como una voz bastante genérica, típica del género, sin llamar demasiado la atención, por no hablar de que hay momentos en que da la sensación de que no se aprecia el sonido de éste en el disco, pasando generalmente a un segundo plano. Pero es lo de menos cuando se ve compensado por la excelente instrumentación.

Un disco grandioso, enorme, y que junto con esa producción tan ochentera que tiene, te hará volver a dicha época en un viaje hacia atrás en el tiempo hacia la época de los forasteros y las tabernas de mala muerte que te enganchará y te dejará atrapado en dicha etapa. Hora de preparar el cuello, esta gente viene directamente a hacer que lo pierdas a base de headbanging.



Puntuación: 9'75/10

Island - Island (2010)

Que me encontraba ante un disco redondo, estaba claro, había algo en él que me decía que así lo sería. Que iba a ser más grande de lo que yo me esperaba, eso sí que no estaba claro porque, como ya he dicho, no me lo esperaba. Atrayéndome enormemente por la portada (ilustración llamada Man With Cattle creado por Zeng Mi), me encuentro ante un disco que resuma elegancia por los cuatro costados.

Island no es una banda novata cualquiera, no. Formada en 2003 al norte de Alemania, el grupo se crea a partir de todos y cada uno de los miembros de Valborg, banda de Death Metal progresivo interesante y que tiene esa pequeña joya que es Glorification Of Pain. Después de dos EP's, un recopilatorio e incontables demos, la banda lanza su primer álbum en sí, bajo el mismo título de la banda, lanzado bajo Vendlus Records (quienes ya editaron en su momento el majestuoso Diadem Of 12 Stars de Wolves In The Throne Room) y masterizado por Tom Kvalsvoll (ex-Nocturnal Breed).

¿Y qué nos vamos a encontrar en Island? Muy sencillo, un sonido noble y celestial asentado en un Death Metal con mucha influencia del Rock progresivo, con pasajes frondosos, voces limpias, piezas acústicas y cosas interesantes como la presencia de contrabajo en esta obra. Como si de unos Opeth en gracia se trataran, estos alemanes nos harán entrar en un lugar profundo del que muy difícilmente podremos salir, mas que nada porque no querremos salir de éste.

Para que sirva de precedente, Jukai es el primer tema con el que arranca este disco, diez minutos de soberbia musical en donde una vastísima composición hará gala de varios pasajes que nos irá haciendo adentrar cada vez más en el bosque que conforma Island. Y como si Mikael Akerfeldt y sus chicos irrumpieran en los instrumentos, la influencia de Opeth se va haciendo cada vez más notoria. Esto se dislumbra fácilmente con temas como Waterside y Nadir, que nos harán recordar al Morningrise o al Still Life de los suecos. Por supuesto, y al igual que sus congéneres suecos, Island tiene sus ramalazos propios del Death. Prueba de ello es Origin, que muestra una furia y fiereza sin igual y esos graves de Florian Toyka que harían enorgullecer al propio Mikael. Finalmente el disco cierra con Sol, tema más que digno para cerrar una maravilla como ésta, sobre todo con ese final cristalino.

Un señor discazo digno para una tarde fría y nublosa. Mientras esperas por lo próximo de Opeth, vete relamiéndote con este disco. No te defraudará.



Puntuación: 8'75/10