martes, agosto 31, 2010

Antimatter - Planetary Confinement (2005)

¿Quién no conoce a Anathema a estas alturas de la vida? Una de las bandas más grandes de la historia del Metal y el Rock hasta nuestros días, pasando del Death/Doom más infernal al Rock progresivo más melódico jamás visto, pilares del Rock y Metal gótico junto con otros como Paradise Lost o Type O Negative... Siempre ha sido una banda que me ha llenado, de una manera u otra. Su música, sus letras, penetran en tu piel y atraviesan tu alma como espada forjada se tratase. Muchos han sido los que han pasado por esta banda, y muchos las que la han dejado. Uno de los miembros más conocidos de ésta es sin duda Duncan Patterson, antiguo bajista de la banda, y uno de los principales compositores de ésta, facturando auténticos discos de culto como The Silent Enigma y la maravillosa Alternative 4.

Allá por 1998, todo eso quedó atrás, Duncan Patterson abandonaba la banda y se centraba en un nuevo proyecto único: Antimatter. Explotando su faceta más ambiental de Anathema, Duncan crea la banda junto con Mick Moss y comienza a moldear dicha faceta, jugando con elementos del Trip Hop y el gótico que se hacen evidentes en sus dos primeras obras, Saviour y Lights Out.

Sin embargo, en 2005 lanzan su tercer disco, Planetary Confinement, suponiendo un cambio no sólo en el sonido, sino en la banda en sí, ya que sería el último trabajo de Duncan Patterson antes de volver a correr libre y dejar la banda a manos de Mick Moss. Y no sólo hablo de éste por este punto de inflexión, sino porque es un disco que me transmite emociones que ni siquiera los propios Anathema llegan a alcanzar de transmitirme. Planetary Confinement es un viaje hacia la desolación y la tristeza, un frondoso lago de melodías únicas que demuestran el poder compositivo de Duncan. Pero no sólo eso, Mick Moss también demuestra su poderío en cuanto a composición, y es que la peculiaridad de este disco se encuentra en que fue creado a medias... entre Inglaterra e Irlanda. Así es, la mitad de las canciones que encierra Planetary Confinement fueron compuestas por Mick Moss en Inglaterra, mientras que la otra mitad fueron creadas por Duncan Patterson en Irlanda (excepto Mr. White), terminando en una amalgama de los temas que se hace bastante evidente por una cosa: la voz. Y es que el disco ha sido creado y elegido los temas de manera que se alternen los temas de Mick Moss en donde hace acto de su voz dulce y melancólica con los temas creados por Duncan que son reconocibles por la voz femenina de Amélie Festa. Sin embargo, tanto unos como otros tienen algo en común, y lo que supone el cambio de sonido del disco de sus predecesores: la acústica, y es que todos los temas están más centrados en la composición acústica, haciendo de esta manera unos Anathema pero mucho más suavizados.

Por supuesto en la instrumentación también es notoria el cambio en la composición de unos y otros, y mientras que en los temas de Mick Moss predominan las melodías realizadas por violines (hermosas, por cierto), las de Duncan Patterson se basan más en los pianos y los teclados, en las atmósferas esotéricas, y en el uso de otros instrumentos poco usuales en ellos como el djembe (o tam-tam de toda la vida) que se puede escuchar en Line Of Fire por ejemplo.

Temas como The Weight Of The World, Legions o la increíble Eternity Part 24 que roza el Dark Ambient con esas atmósferas tan siniestras, te harán sucumbir y mecer cual niño en la cuna, hará que te preguntes por qué estás aquí, y cuando termine, te sentirás desorientado, como si hubieras despertado de un sueño extraño, en el cual has descubierto la esencia de la vida. Un disco que te hará vivir una experiencia casi extra-sensorial, como si de un fenómeno se tratase. Eso es Antimatter, y eso es el poder de alguien como Duncan cuando se junta con músicos prestigiosos.



Puntuación: 9'75/10

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