martes, agosto 17, 2010

Island - Island (2010)

Que me encontraba ante un disco redondo, estaba claro, había algo en él que me decía que así lo sería. Que iba a ser más grande de lo que yo me esperaba, eso sí que no estaba claro porque, como ya he dicho, no me lo esperaba. Atrayéndome enormemente por la portada (ilustración llamada Man With Cattle creado por Zeng Mi), me encuentro ante un disco que resuma elegancia por los cuatro costados.

Island no es una banda novata cualquiera, no. Formada en 2003 al norte de Alemania, el grupo se crea a partir de todos y cada uno de los miembros de Valborg, banda de Death Metal progresivo interesante y que tiene esa pequeña joya que es Glorification Of Pain. Después de dos EP's, un recopilatorio e incontables demos, la banda lanza su primer álbum en sí, bajo el mismo título de la banda, lanzado bajo Vendlus Records (quienes ya editaron en su momento el majestuoso Diadem Of 12 Stars de Wolves In The Throne Room) y masterizado por Tom Kvalsvoll (ex-Nocturnal Breed).

¿Y qué nos vamos a encontrar en Island? Muy sencillo, un sonido noble y celestial asentado en un Death Metal con mucha influencia del Rock progresivo, con pasajes frondosos, voces limpias, piezas acústicas y cosas interesantes como la presencia de contrabajo en esta obra. Como si de unos Opeth en gracia se trataran, estos alemanes nos harán entrar en un lugar profundo del que muy difícilmente podremos salir, mas que nada porque no querremos salir de éste.

Para que sirva de precedente, Jukai es el primer tema con el que arranca este disco, diez minutos de soberbia musical en donde una vastísima composición hará gala de varios pasajes que nos irá haciendo adentrar cada vez más en el bosque que conforma Island. Y como si Mikael Akerfeldt y sus chicos irrumpieran en los instrumentos, la influencia de Opeth se va haciendo cada vez más notoria. Esto se dislumbra fácilmente con temas como Waterside y Nadir, que nos harán recordar al Morningrise o al Still Life de los suecos. Por supuesto, y al igual que sus congéneres suecos, Island tiene sus ramalazos propios del Death. Prueba de ello es Origin, que muestra una furia y fiereza sin igual y esos graves de Florian Toyka que harían enorgullecer al propio Mikael. Finalmente el disco cierra con Sol, tema más que digno para cerrar una maravilla como ésta, sobre todo con ese final cristalino.

Un señor discazo digno para una tarde fría y nublosa. Mientras esperas por lo próximo de Opeth, vete relamiéndote con este disco. No te defraudará.



Puntuación: 8'75/10

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