viernes, mayo 27, 2011

Mamaleek - Kurdaitcha (2011)

Antes que nada, quiero aprovechar para dar todo mi apoyo desde aquí a todos los que participan y actúan en #acampadabcn tras la dura represión de los Mossos d'Esquadra en la Plaza Cataluña, así como también a los afectados en Lleida. Es una auténtica vergüenza, y que deja bien claro los tiempos que estamos corriendo actualmente y del material del que están hechos tanto el Gobierno comos sus can cerberos. Sólo hay que buscar en Flickr y Youtube para presenciar los brutales acontecimientos que se muestran, y toda la farsa que hay detrás ello (¿desalojar para permitir la actuación del servicio de limpieza? Se ha llegado a declarar la desaparición de datos acerca de las acampadas que se guardaban en ellos...).

Una vez dicho esto, pasamos a proceder al acta de hoy, que se basa en la idea de que todo está escalonado, estructurado y distribuido en niveles. El orden parece ser un factor primordial a día de hoy dentro de todo lo compuesto por el hombre hasta la actualidad. No se necesita ser un contemporáneo ni un experimentado en la materia para darse cuenta de la inmensa red en la que nos encontramos en la sociedad (y que se demuestra que nunca es perfecta). No sólo en lo antro, también se puede ver que la naturaleza se estructura por capas. Y con ello, cada nivel tiene la particularidad de que, cuanto más alejado está de la superficie, más desconocemos de éste. Creo que jamás llegaremos a saber cómo es el núcleo de la Tierra, por ser precisos.

¿A qué quiero llegar con todo esto? A que de alguna manera se puede hacer una analogía con la música, y con cada género en el que se divide ésta: mientras más nos sumergimos en un estilo, menos conocedores seremos de lo que nos encontraremos. Y, como si de seres abisales se trataran, encontraremos grupos cada vez más y más raros que superan las leyes de lo conocido para labrarse sus propias normas y regirse bajo ellas. Dentro del Black Metal se podría darse un caso concreto. Desde el puro Black que a día de hoy muchos conocemos, hasta el Black Metal experimental, hay un trecho, y muy grande. Más allá de lo conocido, existe un campo en el que caminan varios grupos que no tienen nada que ver con nada, ni siquiera con ellos mismos. Ése es el caso de Mamaleek, una banda que un servidor ha descubierto recientemente, y que le ha dejado bastante sorprendido. Originarios de Estados Unidos (para ser exactos, de San Francisco, California), esta banda tiene la peculiaridad de que lo que conocerás de ello es lo desconocido. Y es que Mamaleek es una banda extremadamente oculta, de la que nada se sabe de sus miembros (quizás algo, pero poca cosa). Y tanto como parece que quieren mantener una filosofía en la que lo desconcertante y lo desconocido priman por encima de todas las cosas, su música también se mueve por dichos terrenos. Mamaleek se aferra a un Black Metal completamente enfermizo, esquizofrénico, de ése que te dejará noches sin dormir, bien sea por la atmósfera que lo envuelve, bien sea descifrando la verdadera intención de la banda. Jugando completamente con la experimentación hasta límites insospechados, esta banda consigue mediante lo completamente radical llegar a sonar a todo y a nada a la vez. Todo porque presenta una cantidad de ingredientes que hacen de este plato sumamente raro, pero sabroso. Y nada porque si intentas buscar en tu biblioteca mental algo cercano a lo de esta gente, te darás cuenta de que no existe nada parecido a ellos.

Kurdaitcha es el nuevo trabajo de esta banda, y si hay algo que deja bien claro lo que busca, es no dejar indiferente a nadie. Mediante una suma de elementos que irán añadiendo como piezas para un motor, poco a poco éste irá arrancando hasta echar humo. Comenzando con The Hypocrite & The Concubine, Mamaleek muestra algunas cosas interesantes a primera escucha: para empezar, su sonido saturado hasta los límites que conocemos, haciendo que su música sea tan densa que necesites un seguro de vida para prevenirte de llegar a sufrir algunos daños irreparables tras la ingesta de semejante potenciador. Por otro lado, el tema en sí destapa unas peculiaridades que al menos un servidor nunca había presenciado, entre ellas esos sonidos tribales propios de tribus encerradas en el pasado. Tras ello, nos traslada a Wake Up, Jacob, donde se manifestarán dos factores que serán patentes a partir de este trayecto: el puro Noise, y bases electrónicas que causarán total confusión en el oyente debido a que es algo que uno no se espera para nada. Tras ello, llega My Body Rock Long Fever, con un piano cuyas notas caen como ráfagas de estrellas fugaces en la lejanía, mientras se va condensando la furiosa voz que va inundando todos nuestros sentidos, poniéndonos la carne muerta. Ya a partir de Sinner Won't Die No More los aspectos del Noise se hace cada vez más claros y concisos, entrelazados con una atmósfera cargante y asfixiante de Dark Ambient que te irá atrapando poco a poco. Saliendo del pozo para ver un poco de luz con The White Marble Stone, pequeñas melodías que se dislumbran entre varias capas de sonoridad densa y oscura como un futuro incierto, y terminando con Some Valliant Soldier como postre a la guinda, cierra un disco que irá cautivando en varios aspectos.

Un disco tenebroso, pero incluso a la vez melancólico, que deja un sabor dulce y a la vez extraño en nuestros paladares, y el que hay que saborear poco a poco para sentir toda la textura de ésta. Y os aseguro que hasta os sabrá a gloria.



Puntuación: 10/10

No hay comentarios:

Publicar un comentario