viernes, junio 03, 2011

U.S. Christmas - The Valley Path (2011)

Hay que ver la actividad de algunos grupos para estar en constante movimiento sin ningún segundo a pararse. En el caso que hoy nos acontece, no es la primera vez que aparece por aquí el nombre de esta banda. Su interesante estilo que se basa en los principios del Space Rock, de la psicodelia e incluso en algunos casos del Stoner Rock, han hecho que en estos últimos años esta banda pase a estar en boca de no unos cuantos pocos amantes del Rock más astral y espiritual, más cuando el boom vino sobre todo de su Split junto con Minsk y Harvestman en el que versioneaban temas de los míticos Hawkwind. Con Run Thick In The Night se atrevían a desprenderse un poco de los ambientes espaciales para entrar más en consideración con el Rock evocador de los 70's, no sin dejar atrás el auge místico de su música.

Ahora, y en menos de un año de ello, lanzan su nuevo disco con el que pretenden volver al puro Space Rock psicodélico y universal del Eat The Low Dogs, quizás con una dirección más desviada hacia el puro concepto espacial de la música, infundiéndonos una sensación de estar volando perdidamente en el espacio como pocos grupos pueden llegar a hacer. Con un solo tema de casi 40 minutos, U.S. Christmas se arriesga a sumergirnos en todos y cada uno de esos minutos en una serie de sensaciones espectrales sin ningún parón en ningún momento más que el que pretenden transmitir. Comenzando con una leve sucesión de notas que se van enmascarando una a otra, como si todas buscaran llegar a lo alto de una cima si con ello supone tener que empujar y tirar al resto hacia el abismo, todo se va sucediendo con una razón que no es más que la de ir sustrayendo diversas sensaciones que se pueden experimentar en su escucha a lo largo y ancho del tema: desde pequeños samples que potencian la sensación espacial, hasta pequeños sonidos de riachuelos, pájaros y ranas croando en la inmensidad sonora de The Valley Path, y que se va potenciando poco a poco junto con la llegada de la voz de Nate Hall con una figura puramente ritual en su objetivo.

El disco (o tema en todo caso) es como una marea tranquila, la cual va llegando y alejándose poco a poco, con subidas y bajadas que va marcando su camino por partes, y en donde se van introduciendo diferentes elementos y conceptos, bien sean pequeños solos o jams de puro Space Rock, o violines llorosos a cargo de Meghan que rasgan las notas con tristeza y melancolía. Con ello, la vuelta al descenso es clara, y como si fuera un amanecer en un bosque, nos irán poniendo en situación con pequeños rasgos que se van visualizando mentalmente mientras el leve y feliz cantar de los pájaros se va mostrando. Después de continuos pasajes que nos van arrastrando y adentrando en la atmósfera personal de la banda, el grupo vuelve a sus comienzos con la entrada una vez más de las voces, haciendo que el viaje espacial vuelva a su punto de partida, y como si de un espejo se tratara, acabe de la misma manera que comenzó.

Puede que tampoco llegue al nivel de obra maestra, pero sí tiene todo lo que uno puede esperar de una banda como ésta, lo suficiente como para satisfacer al personal y dejar claro que es toda una banda a considerar hoy en día.

Puntuación: 9'25/10

1 comentario:

  1. Es impresionante escuchar como la voz funciona como un intrumento más añandido a un todo que forma un impresionante mejunge de emociones sonoras llevando tu espíritu hasta indescriptibles parajes... esta vez si que me han conquistado.

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