lunes, agosto 01, 2011

All Shall Perish - This Is Where It Ends (2011)

Hacía mucho tiempo que no actualizaba con algo clasificado dentro del género del Deathcore. Por desgracia, parecía que este estilo se estaba convirtiendo en una moda pasajera, pues en los últimos años había decrecido la importancia y presencia de éste hasta límites insospechados. Por un lado, algunos daban fin a su existencia (Despised Icon), otros se habían convertido casi en una parodia de sí mismos (Suicide Silence). Sin embargo, otros se presentaban con una alternativa bastante interesante y curiosa (Iwrestledabearonce), y por último están los que siguen siendo fieles a sus principios y no se dejan manipular por nada, como puedan ser Whitechapel o All Shall Perish.

¿Por qué All Shall Perish figura hoy en este antro? Muy simple: porque fue la banda con la que descubrí por aquel entonces este género que despertaba el interés en muchos curiosos, por lo que no es de extrañar que tenga un sentimiento de cariño y añoranza hacia este grupo, y ahora que han lanzado su nuevo trabajo después de varios años en silencio, parece que siguen siendo una de las razones por la que el Deathcore se convirtió en un estilo de masas.

Y es que a pesar de los años, All Shall Perish siguen demostrando que en este ámbito son imbatibles, a pesar de que ya no cuentan con el factor sorpresa de un género poco conocido y experimentado como lo era tiempo atrás. Porque This Is Where It Ends es el ejemplo de cómo una banda de este calibre debería continuar: fiel a sus comienzos, pero sin dejar de cambiar. Y en esta nueva bomba sonora, los californianos han firmado por un sonido mucho más directo del que ya presentaba su predecesor Awaken The Dreamers, con unas vibraciones parecidas a la de su joya magna que es The Price Of Existence, pero dejando entrever las melodías que perfilaban en su anterior trabajo. Vamos, el hijo fruto de sus dos antepasados. Y lo cierto es que la combinación ha sido letal y efectiva, pues han apostado por los temas más directos y efectivos de breakdowns nucleares que arrasan con todo a su paso combinados con esa técnica de altos vuelos que desprenden en varias ocasiones, pero sin renunciar a los momentos más emotivos a cargo de unas melodías y unos solos espectaculares, pues ahora al dúo de guitarras que por aquel entonces eran la auténtica fiesta de la banda ha entrado un nuevo miembro tras la salida de Chris Storey, y el cual responde al nombre de Francesco Artusato. Y manco no es, desde luego.

También hay que considerar la sustitución de aquella bestia monstruosa a la batería conocida como Matt Kuykendall, al cual le ha tocado la misión de Adam Pierce de Sea Of Treachery de suceder su puesto. Y aunque es cierto que no es lo mismo, desde luego no lo hace nada mal, y se puede notar su pericia en temas como Rebirth donde hace un trabajo colosal atrás. Temas como There Is Nothing Left, A Pure Evil, la todopoderosa Royalty Into Exhile (la cual cuenta con una curiosa versión es castellano, Nobleza En Exhilo) o la inconmensurable In This Life Of Pain, donde descargan toda la artillería pesada compositiva con pianos y demás, se convierten en un perfecto regreso.

Sinceramente, ojalá todas esas bandas de Deathcore que han ido surgiendo como clones sacados de una fábrica tomaran ejemplo de estos chicos, pues así es como debería sonar un buen disco de este estilo.



Puntuación: 8'75/10

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