viernes, septiembre 09, 2011

Weirding - Each Birth Is A New Disaster (2011)

Bueno, sé que últimamente el blog ha tenido muchos parones (aunque la publicación ponga que es del Viernes pasado, que no os engañe, esta entrada he tenido que dejarla a medias hasta hoy), pero me han pasado tantas cosas en estas últimas semanas que no he podido ni siquiera asimilarlo. Todavía me arde el cuerpo en llamas de aprovechar los últimos días de vacaciones al límite, y me da que esto va para largo, pero al menos se puede decir que más o menos las cosas vuelven a su cauce.

Y vais a tacharme de flipado moderno que quiere llamar la atención, pero he de decir que cuando un grupo es más desconocido, más me atrae: el halo de misterio, de no saber quién está detrás de uno u otro grupo, o el mero hecho de encontrarte tan poca información de una banda que has visto merodeando por ahí aviva más la llama de la curiosidad y el deseo de saber qué hay detrás de ello. Y cuando lo único que conoces de ésta es el art-work de su trabajo, lleno de un aura grisácea (nunca mejor dicho en esta ocasión) y de puro desconocimiento sobre qué hay detrás de ello, pues ya no se puede esperar más por saber de qué se trata.

Pues bien, Weirding es una banda de Vancouver (Canadá) que se arrastra por los laureles del puto Sludge y el Doom Metal, profiriendo un grito hacia el pasado con un sonido que es heredado directamente de las figuras más emblemáticas de ambos estilos. Vale, no son los primeros en recoger los mejores momentos de ambos estilos ni serán los últimos, pero su manera de hacerla es tan elegante y a la vez tan oscura que muy pocas veces encuentras algún grupo que consiga devolverte enormemente a esa época en la que todo estaba por descubrir como éstos. Energía fangosa es lo que se hace latente en todo el tramo que supone su debut Each Birth Is A New Disaster, con un claro regusto clásico que será la delicia pura de los oídos más viejos.

Comenzando con Bastard con un ritmo de batería continuo pero pegadizo, vamos siendo testigos de lo que se nos viene encima con unos riffs sencillos como el agua, pero efectivos a la misma vez para apagar esa sed de temas gordos. As A Crown es otro que también toma pan y moja, pues con esos sonidos tan arrastrados y a la vez sucios con unos punteos afilados como cuchillas y estridentes como si de una pizarra siendo rayada se tratara, consiguen como mínimo hacerte saltar del asiento, todo ello con un regusto muy a los primeros Electric Wizard que parece que van a caerte encima como un alud de piedras.

Ya poco a poco vamos presenciando los resquicios más propios de los Black Sabbath, y que se asientan en unos riffs de la propia escuela de Iommi y que se manifiestan en temas como Hard Witch/Heavy Spells o Creeping In On The Heel/Love Theme From Weirding, hechos con un gusto exquisito que ni el Karlos Arguiñano. Y tras ello, cada vez se envuelven en más capas de oscuridad y densidad hasta el punto de que casi parecen unos Ramesses pasados por filtro, como es el caso de His Throne o Drowning In Flame, dejando constancia de que a pesar de todo lo dicho no se casan con ningún grupo definitivamente y se van pasando el anillo entre unas influencias y otras con cada tema que ejecutan.

Sí, desde luego toda una sorpresa a considerar, pues cuanto más pasan los días, más cuesta encontrar algo que merezca la pena dentro de la horda de grupos que amenazan con derramar el vaso de agua que conforma estos géneros y cualquier otro. Un ejemplo a tomar.



Puntuación: 8'75/10

No hay comentarios:

Publicar un comentario