Ya era hora de volver a retomar mi lado más puerco con el Grindcore, y nada mejor para ello que lo nuevo de estos cazurros que me ha pillado por sorpresa, ya que no me lo esperaba para nada. Entremos un poco en materia:
Fukpig se forma en Reino Unido de mano de miembros de
Anaal Nathrakh y
Mistress, allá por 2001. Sin embargo, en 2004 se mantienen en hiato, centrándose cada uno en sus proyectos, hasta que vuelven en 2008, grabando su primer disco
Spewings From A Selfish Nation en 2009. El resultado no puede ser mejor: bajo el sello Feto Records (formado por el propio Mick Kenney de
Anaal Nathrakh y Shane Embury de
Napalm Death), el disco muestra un auténtico bombardeo sonoro en donde se notan las claras influencias de sus otras bandas. Así siendo rápidos y concisos,
Fukpig es como
Anaal Nathrakh, pero dándole la vuelta a la tortilla, es decir, en vez de tirar más hacia el Black Metal, tira hacia el Grindcore rápido y destructivo propio de los antes citados
Napalm Death, en donde se nota mucho la influencia de ellos, sobre todo en las voces que se acercan siniestramente a la de nuestro queridísimo Barney.
Pues bien, sin darnos tiempo a recuperar el aliento después de la batalla campal que suponía
Spewings From A Selfish Nation, la banda da su segundo asalto un año después con este
Belief Is The Death Of Intelligence. La fórmula vuelve a repetirse, y la ecuación vuelve a dar el mismo resultado: exacto, directo, como un misil Tomahawk a la cara.
Fukpig vuelve a cortarnos la respiración a base de trallazo tras trallazo en más de media hora de duración de disco lleno de auténtica rabia y mala fostia, con la voz esquizofrénica característica de Misery, esos toques propios del Black, con introducciones de catedrales oscuras, con la guinda propia del Crust, y con disparos a quemarropa como
Mind Attack,
Sadism In The Name Of God, la rallada mental que presenta
Existential Terror, o esos espeluznantes coros de
This Is England. Todo eso es un pequeño ejemplo de lo que nos encontraremos en este disco, y sé que no será suficiente para ti, por lo que volverás a reproducir el disco con tal de sacar toda la adrenalina acumulada en tu cuerpo y que te está pidiendo salir a gritos.
Está bastante claro, Reino Unido es la cuna del Grindcore. Lo fue en su nacimiento, y lo sigue siendo ahora con grupos de este calibre que siguen mostrando la rabia y esencia del género en sus comienzos hoy en día, bandas que critican la sociedad y que no se callan lo que tienen que decir.
Que les jodan a los que consideran esta música propia de enfermos, nadie esperaba que los entendieran, ni lo siguen esperando en la actualidad.
Puntuación: 9/10
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