viernes, julio 30, 2010

Mose Giganticus - Gift Horse (2010)

Empiezo a pensar que Relapse Records está formado por auténticos caza-talentos que saben encontrar dicho don en los grupos que suben a su ya extensa formación. Es raro que este sello tenga un grupo que no sea de mi agrado, todos y cada uno de ellos me encantan, unos más que otros, pero me encantan, a saber: Cephalic Carnage, Pig Destroyer, Mastodon, Baroness... son algunas cartas de la extensa baraja de esta gente.

Recientemente han alistado en su infantería a esta banda que puede dar mucho de qué hablar de cara a un futuro. Seré breve: Mose Giganticus es una banda formada en Pennsylvania, Estados Unidos, de un solo miembro, Matt Garfield, y que se mostraba con un sonido entre el Heavy Metal y el punkarrismo más rebelde con el uso de sintetizadores para darle un toque cibernético a la cosa. En 2006 lanza su disco debut The Invisible Hand, centrado en las relaciones de la humanidad con la tecnología, y más adelante lanza un EP, Commander!, basado en las obras realizadas por el inventor Nikola Tesla.

Hoy, 2010, Mose Giganticus lanza su nuevo LP, Gift Horse, esta vez bajo el sello de Relapse Records que se ha dado cuenta del potencial que puede presentar este hombre. En este disco se puede notar una evolución notable, pasando a un sonido mucho, mucho más duro que sus anteriores obras, adentrándose en el mundo del Sludge. Centrando sus letras esta vez en su obsesión por la Biblia, Gift Horse se puede decir que es como una especie de mundo cúbico, tridimensional, propio del de la clásica película Cube, pero quitando todo ese halo de thriller y añadiendo un aura de misticismo y cosmos propio del universo más infinito. Porque la música que Matt Garfield hace gala en este disco es tan perfecta como un cálculo matemático, y no hay cabida para los fallos. 7 temas de auténtica maestría que muy pocos pueden alcanzar y mucho menos presumir. Lo primero que uno se da cuenta de Gift Horse es la influencia clara y exacta que presenta de los míticos Melvins. Vamos, es imposible no pensar en ello cuando arranca ya de por sí Last Resort, el primer tema que nos manda directamente al espacio con una ejecución excepcional, única. Además de ello, el disco también muestra un sonido próximo al de Mastodon en todas sus facetas, desde el sonido más crudo de sus primeros Remission y Leviathan, al toque más propio del Rock progresivo de su último e indispensable Crack The Skye, incluso también de Baroness. The Left Path es posiblemente la mayor evidencia de ello, con unos riffs y un toque muy propio de los antes mencionados.

Por supuesto, Matt Garfield mantiene el sonido característico de su proyecto al comienzo, y éste se va haciendo cada vez más notorio a medida que avanza el disco, sobre todo con los dos últimos temas White Horse y The Seventh Seal, donde alcanza un sonido espacial sin igual, que te hará flotar como si de ácido puro hayas exprimido, casi rozando el Space Rock.

Siete temas, siete temas de un auténtico coloso que nos obligará a fregar el suelo embadurnado en nuestras propias babas, siete temas que igualmente se nos hará a poco debido a la brevedad que presenta el disco, y que nos dejará con ganas de más. Un disco que como los buenos vinos añejos, se irá haciendo cada vez más y más mejor con el paso del tiempo.



Puntuación: 9'75/10

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