martes, agosto 03, 2010

Caspian - Tertia (2009)

Voy a confesaros una cosa: estoy HARTO de este puto ordenador. Y cuando digo harto, es harto, hasta el límite de sacarme de mis casillas. En serio, sonará triste, pero esta maldita chatarra me hace ponerme más nervioso y cabreado que cualquier persona que exista sobre la faz de La Tierra. Y es que a todo es LENTÍSIMO, he visto procesiones de cojos ir más rápido que esta basura. En cuando tenga la pasta suficiente para hacerme con otro, no voy a dudar en tirar este montón de mierda por encima de un barranco. Ni regalado se lo daré a nadie, no quiero que otra persona pase el mismo sufrimiento que estoy pasando yo para pelearme con que estoy vaya medianamente decente.

Pero bueno, como bien se sabe la música amansa a las fieras, y es por ello que hoy me he enchufado este disco, pues no hay nada más relajante que estos chicos. Desde Massachusetts (Estados Unidos), Caspian se forma allá por el 2004, en la que un grupo de chicos deciden transmitir los sentimientos más profundos de la mente humana a través de una música emotiva y melancólica como pocas. Tocando con el corazón, como bien dicen ellos. Y vaya que si lo hacen. Escuchar a esta gente es como escuchar la suave brisa de la mañana, o el regresar de las olas en una playa paradisíaca virgen. Un Post-Rock emotivo como pueden ser gente como los Red Sparowes.

Tertia es su segundo álbum, y os advierto de que esta gente no es recomendable para gente que se encuentra moralmente baja, ya que la música que hacen es capaz de ahondar en tus sentimientos más depresivos y hacerlos elevar a la máxima potencia, es el cofactor de la enzima de la tristeza, que una vez acoplada en su lugar adecuado, puede hundirte como una desgracia. Pero es obligatorio darle una escucha a estos cuatro chicos, porque vale la pena, y mucho.

Tertia arranca con Mie, que es como una especia de túnel que te lleva directamente al mundo infinito de Caspian, un tema con unas melodías y unas atmósferas que si ya de por sí te han resultado impresionantes, puedes estar seguro de encontrarte con un señor disco que te encantará. Sonido de caja de música, ambiente espacial, que da paso a La Cerva, donde el ritmo de la batería se marca y las guitarras muestran unas melodías increíbles, todo ello hasta que se produce un estallido y reina la paz, volviéndonos a sumergir en un estado de letargo que nos conducirá directamente a Ghosts Of The Garden City, quizás mi tema preferido del disco, en donde comienza con un ritmo muy electrónico, mientras pueden escucharse instrumentos y sonidos diversos como cristalinos gracias a una lira y demás, que se van elevando gracias a unos riffs de guitarra evocadores y emotivos, que traspasan nuestra mente y corazón como pequeñas y afiladas hojillas que cortan y sangran nuestro interior. Y rápidamente, da paso a un ritmo tras otro desenfrenado de la batería, sin dejar de llorar las guitarras como si de una tragedia se manifestara. Y tras el clímax, nos dejan solos ante el sonido de la caja de música que se podía escuchar anteriormente en Mie. Sorprendente es poco para describir esto.

La cosa se anima con la llegada de Malacoda, claro que eso será por muy poco tiempo hasta que el ritmo reduce la velocidad y entra en juego una melodía de guitarra que te hará apretar el puño con firmeza y no soltarte de tu asiento por nada en el mundo. A continuación, Epochs In DMaj se abre ante nosotros con una suave y dulce melodía que vuelve a cautivarnos, haciendo salir el niño pequeño que todos llevamos dentro, y a hacernos esbozar una leve sonrisa pícara y tímida. Casi como una nana, diría yo.

Of Foam And Wave hace acto de manifestación, nuevamente con un ritmo alegre y esotérico a la misma vez, que nos eleva a las nubes de la misma que lo haría nuestra mente. Todo gracias nuevamente a unas suaves melodías, y a una guitarra acústica que hace acto de presencia, tanto como ese piano que suena casi a final de tema y que puede arrancarnos una lágrima inconscientemente. Y tras ésta, llega Concrescence, que vuelve a relajarnos una vez más y mecernos en la mayor de las tranquilidades del planeta.

The Raven es quizás el tema que más recuerde a Red Sparowes, por esas melodías que presenta, si bien contiene un cierto toque Trip-Hop bastante llamativo y peculiar, y con un sonido que se va elevando al igual que nuestro espíritu hacia la salvación. Otro de sus mejores temas, y que te atrapa irremediablemente en su aura.

El final se va aproximando, Vienna da constancia de ello con un sonido mucho más calmado que sus anteriores temas, nuevamente con una atmósfera muy cercana a las de Red Sparowes y unas pequeñas notas que son rasgadas con suavidad y delicadeza. Y finalmente llegamos a la recta final con Sycamore, donde la paz absoluta reina en este tema, con guitarras acústicas y violines con el que volar la imaginación hacia límites insospechados, perfecto para cerrar los ojos y soñar.

Precioso, espectacular, único, ensoñador... todo eso y mucho más es lo que nos transmiten Caspian en este disco, un disco con el que escapar hacia otro lugar en el que nadie más puede llegar.



Puntuación: 10/10

No hay comentarios:

Publicar un comentario