jueves, agosto 19, 2010

Triptykon - Eparistera Daimones (2010)

Supongo que la mayoría de nosotros recordaremos lo que supuso en su momento el último disco de Celtic Frost: Monotheist. Un disco aclamado por muchos, repudiado por otros. Después del hostiazo que supuso Cold Lake con ese sonido propio del Glam Metal y esas pintas que se gastaron, volvieron a recuperar un poco el rumbo con Vanity/Nemesis. Pero es con Monotheist con el que llegaron a alcanzar de nuevo la cima con un disco tan jodidamente oscuro que ríete tú de cualquier banda de Black Metal ambiental o Doom. Mientras que para muchos resultó una joya de la banda que pasaría a la posteridad y un acierto de ésta, otros tantos se mostraron en desacuerdo esperando un regreso de la banda a sus orígenes. Tristemente ya no sabremos qué rumbo habrían cogido, ya que después de este, la banda volvería a disolverse.

Thomas Fischer, quien sería por aquel entonces uno de los miembros originales de la banda, se había dado cuenta de que habían obtenido el sonido que él buscaba, pero tras la desaparición del grupo se vio obligado a tener que buscar otra vía para seguir explotando ese sonido. Y es entonces cuando nace Triptykon nada más dejar Celtic Frost, coge a algunos miembros como V. Santura (actual guitarrista de Dark Fortress y con el que ya contaría en los directos de su anterior banda durante la gira de Monotheist), Reed St. Mark a la batería (quien no tardaría en ser suplantado por Norman Lonhard de Fear My Thoughts) y Vanja Slajh, y bajo el sello creado por Celtic Frost, Prowling Death Records, graban a mediados del 2009 lo que es hoy su disco debut, Eparistera Daimones, producido por el propio Fischer para obtener ese sonido desolador con el que atrapó a muchos.

Y como ya he dicho, Triptykon es el comienzo de lo que terminó Celtic Frost. Siendo de alguna manera un Monotheist II, Eparistera Daimones mantiene lo que ya nos enseñó Thomas Fischer en su anterior trabajo, un disco lleno de oscuridad, dolor y miedo el cual se asenta principalmente en los sonidos más crudos del Black y el Doom Metal, y con varios tintes asimilables del Thrash, Death e incluso del Avant-Garde Metal. Denso, oscuro, un dios tenebroso y negro que te adentrará en sus entrañas, devorándote y convirtiéndote en carne picada. Por supuesto, el disco presenta un pequeño toque propio que hace que tampoco resulte una copia descarada de lo último de Celtic Frost, elementos que nunca se vieron en Monotheist, que se van dislumbrando a medida que avanza Eparistera Daimones y que le dan un cierto toque de personalidad al disco dentro de un sonido bastante personal de por sí.

Para empezar, el disco arranca con Goetia, tema de 11 minutos aproximadamente que ya de por sí te deja con los huevos a la altura del cuello. Y es que ese comienzo tan funeral que recuerda a A Dying God Coming Into Human Flesh te hará soltar una gota fría, mientras tu cuerpo se eriza, para dar paso a un riff rápido y asesino con un doble bombo a la batería y, finalmente y lo que más espera uno, escuchar esa voz imponente de Thomas Fischer predigando. Con esos estribillos que recuerdan mucho a los de Ground, y esos solos impactantes, aportarán la guinda a un tema gordo que nos predice lo que nos encontraremos en este disco y lo que viene a continuación.

Y así, de esa manera, llega Abyss Within My Soul, más animado, con ese ritmo propio de una avanzadilla de un ejército, y con esas atmósferas tan fúnebres y esos pequeños solos que adornan al tema, mientras empieza a hacerse patente los recitales de V. Santura a las voces, y la voz tan jodidamente agonizante, asquerosa y a la vez enganchante de Fischer que cada vez nos deja más con la cara blanca.

Con In Shrouds Decayed lo más probable es que se te caigan los pantalones y no te dé tiempo a volver a ponértelos. Porque es quizás uno de los temas más sombríos del disco, que se va acrecentando progresivamente y volviéndose cada vez más y más furioso, tanto en la parte instrumental como por parte de la voz de Fischer, y donde nos veremos por primera vez acompañado de una voz femenina.

Tras el interludio de Shrine con una atmósfera muy psicodélica como si estuviéramos pasando por un umbral de almas perdidas, y con un toque erótico que ni el de las películas porno, pasamos a A Thousand Lies, un claro homenaje a los principios de Celtic Frost con ese ritmo tan thrashero y oscuro a la misma vez, con pequeños elementos distinguibles del Death Metal y los gritos de locura de Fischer que nos dejan la piel de gallina.

Pasamos a Descendant, nuevamente con un sonido denso y pesado que nos hará recordar muy cercanamente a otro clásico en la actualidad que es Os Abysmi Vel Daath, otro tema que posiblemente será recordado por su densa oscuridad, con esas notas casi provenientes de un gélido infierno, y que termina con un riffazo thrashero que nadie se esperaba en ningún momento y que te da un puñetazo en la mandíbula.

De Descendant pasamos a Myopic Empire, con un sonido jodidamente cavernoso, y unos riffs muy simples, pero efectivos, muy efectivos, que se entrecortan a mitad de tema con la voz femenina que vuelve a surgir tras el In Shrouds Decayed y un piano muy melancólico, consiguiendo un toque Avant-Garde gótico espectacular, y que se continúa en My Pain, con pasajes y melodías hermosas y la atrapante voz femenina, un sonido muy celestial y a la vez bastante siniestro, y que nos hará pasar a la recta final.

Y así, llegamos al final de este grandioso disco con The Prolonging, casi 20 minutos de la mayor manifestación de la banda en una transición pasmosa entre ambientes, pasajes, riffs y demás, que van cambiando continuamente, pasando de la atmósfera más sobrecogedora, al riff más enfermizo y aplastante.

EL disco, así de sencillo. Thomas ha vuelto a hacerme retroceder en el tiempo al año en que disfruté con Monotheist y que marcó un antes y un después no sólo en su música y en la música en general, sino en mi vida (y hablo de hace 4 años, qué cosas). Celtic Frost no se crea ni se destruye, simplemente se transforma.



Puntuación: 10/10

1 comentario:

  1. Este disco me lo echaron abajo a las pocas horas de colgarlo, hace ya unos cuantos meses. Aun asi, se trata de la continuacion logica de Monotheist, y uno de los grandes discos del año. Espero que tengan continuidad.

    ResponderEliminar