jueves, julio 07, 2011

Decree - Fateless (2011)

Tras un día en el que he tenido ciertos problemas con la conexión (de repente casi no podía hacer nada, supongo que habría una bajada de tensión por parte de Timofónica en la terminal o algo), es hora de retomar los cimientos de este lugar apartado de toda civilización. Y esta noche vengo con las pilas bien cargadas, gracias a una de esas recomendaciones que despiertan tu curiosidad de una forma u otra, a partir de un hilo en el foro de Rockzone.

Y para ello, lanzo una pregunta al aire: ¿cómo sería para ti el fin de la civilización? Directo y sin titubeos. Podrían darse varias ideas a raíz de esta pregunta, está claro. La mía siempre la he asociado con una especie de rebelión de las máquinas, pero lejos de una rebelión al estilo Terminator con soldados robóticos, mi apocalipsis radicaría en una especie de simbiosis de las máquinas con todo lo que hoy en día conocemos, como si de un virus o una pandemia se tratara, donde todo ser viviente y toda materia pasaría a formar parte de una colonia tecnológica avanzada que se manifiesta en contra de la humanidad y decide apoderarse de absolutamente todo.

¿Que a qué viene esto? Básicamente todo lo que he dicho viene a ser lo que uno interpreta y llega a imaginarse (y situarse) frente a lo que nos encontramos en esta situación. Decree es una banda inglesa que bien podría ser uno de esos hijos bastardos de Godflesh, y con razón. Porque si hay una cosa que más me motivó a saborear este trabajo es la comparación que se le hacía con uno de los padres del Industrial Metal. Y una vez más, con razón. La manera de coger los elementos más característicos de la banda de Justin Broadrick y de zambullirlos en mares de experimentación, de atmósferas y de total parentesco con la Electrónica, hacen que Fateless se convierta en toda una experiencia, una sensación de estar viendo cómo todo desaparece a tu alrededor sin igual. Comenzando con Finite Years como una especie de bienvenida hacia un mundo desolado bajo una civilización poderosa e invasora ante todo, Decree nos va trasladando poco a poco más en su temible atmósfera, capaz de hacer su escucha toda una travesía hacia este mundo completamente desierto. Aunque algunos temas como Fateless presenten un ritmo muy marcado propio del EBM, todo ello se queda en meras anécdotas que se suscriben a la enorme sombra de Godflesh, y que se extiende de manera brutal ante la aparición de Bloodthirst, donde cuesta mucho figurarse un tema así sin pensar ello, pues lo tiene todo para ser un tema 100% Godflesh: la voz, la atmósfera sobrecargante, los instrumentos pesados y metalizados como si estuvieran forjando un nuevo arma de tecnología punta, los efectos que emplean... todo ello para después mostrarnos la otra cara de Decree: la cara oscura, que comienza con Night And Fog y nos abandona en la penumbra con Faded Glory, con una sensación de vernos atrapados y sumergidos en espacios reducidos, esperando la llegada de la muerte poco a poco.

Decree, la banda sonora del apocalipsis. Recomendado para esas noches tenebrosas jugando a juegos como Penumbra o Amnesia: The Dark Descent.



Puntuación: 10/10

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