lunes, septiembre 26, 2011

Amebix - Sonic Mass (2011)

Imaginad lo siguiente: imaginad la típica película en la que un matrimonio es feliz hasta que el hombre de la casa muere por alguna circunstancia, ya ser por accidente, enfermedad, o asesinado. Sin embargo, es resucitado mediante alguna especie de magia negra o divinidad que le hace regresar a la vida... solo que en otro cuerpo. Sabes que es esa persona resucitada, a pesar de que la apariencia engaña.

Pues bien, se podría decir que ésa es la situación de Amebix. Que una leyenda que construyó junto con otras bandas un género como es el Crust y que años después desaparecería para, pasadas las décadas, vuelva con un lavado de cara (y diría que de cerebro también) y te lance un nuevo disco que nada tiene que ver con aquellos hombres de crestas infinitas y pintas arrastradas sólo puede suponer dos cosas: que han madurado algo más que en sus vidas, o que se han vuelto locos. De una forma u otra, y a pesar de todo, uno sabe que está ante Amebix igualmente. Lo sientes, como esa mujer que siente que es su marido en esa película infantil de similar trama.

¿Que por qué digo todo esto? Bueno, es fácil de explicarlo: Amebix se ha olvidado completamente de sus orígenes para cascarnos un disco de puro Post-Punk. Pero no un Post-Punk a la antigua, sino bastante metalizado y rudo, que chocará a nuevos y propios. Siendo sinceros, los ingleses siempre mostraron cierta devoción por el Post-Punk, no hay más que echar una escucha a sus clásicos, Drink And Be Merry sin ir más lejos tenía unos ramalazos muy propios de grupos como Joy Division, algo bastante lógico si tenemos en cuenta que no estaban muy alejados cronológicamente a éstos.

Sin embargo, lo de Sonic Mass va más allá de eso, mucho más allá. Comenzando con un tema como Days que ya de primeras es bastante relajado para lo que eran tiempo atrás Amebix, con un Rob Miller ya bien entrado en años muy calmado y que bien podría confirmar lo antes dicho por la banda, con una épica que se va desarrollando con suma delicadeza mientras el sonido de las batallas inundan el fondo. Pero oh, esto es sólo la punta del iceberg... no, esto es la trampa dentro de la trampa, porque incluso este tema es bastante diferente a lo que viene a continuación, y que es lo que verdaderamente dejará descolocados a todos: la cosa se vuelve seria, muy seria, todo se vuelve más oscuro, más potente, más temerario... y entonces entra la voz y lo primero que piensas es: "¿Killing Joke?" Porque sí, desde el momento en que oigas a Rob soltar la primera frase en The Messenger, se te va a erizar el pelo al darte cuenta que es casi Jaz Coleman en persona, aunque no es así. No sólo la voz, todo el tema en sí podría haberlo facturado los Killing Joke, con unas estructuras muy parecidas a las de ellos.

Claro, tampoco van a ser un copia y pega de todo lo que se ha hecho ya antes, y por supuesto echan su pequeño grano de arena propio para dar forma a unos temas completamente bestiales, oscuros y poderosos. Desde la increíble God Of The Grain hasta el tema homónimo dividido en dos partes, una en la vena de Days, y la otra estallando en un apocalipsis sonoro que no dejará nada de vida a su paso, por no hablar de Visitation, quizás el tema más tétrico de todos los que quedan atrapados como almas en pena en este disco. Diversidad ante todo.

¿Que ya no son los Amebix que revolucionaron a muchos perros viejos allá en los 80's? Sí, estás en lo cierto. ¿Que por ello este disco no vale la pena? Absolutamente sí que vale, Sonic Mass es toda una muestra de que un grupo puede regresar y aún con todo impresionar siempre y cuando lo haga bien. Ya los que se dividan entre amantes y odiadores es otra historia que conocemos de sobra.



Puntuación: 10/10

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