domingo, diciembre 18, 2011

Chelsea Wolfe - Apokalypsis (2011)


Nunca he sido muy santo devoto de los cantautores, a decir verdad. La razón es que generalmente no me dicen mucha cosa, a excepción de algunos grandes como Johnny Cash (evidentemente) y otros menos conocidos pero que han ido consiguiendo cierto nombre como Jason Molina, más conocido como Songs: Ohia.

Sin embargo, siempre hay alguien que se desmarca de todo lo habitual y se convierte en el centro de miradas, incluso de aquellos como yo que no suelen prestar atención a este tipo de músicos. Ése es el caso de Chelsea Wolfe, que en poco menos de un año ha empezado poco a poco a asomar la cabeza hacia el mundo, pero haciéndolo de una manera que es, como mínimo, curiosa. Nacida en California, Chelsea Wolfe podría decirse que es una de los miles de cantautores que han ido surgiendo a lo largo de todos estos años, dulce y emotiva, de no ser porque tras esa cara angelical se esconde un auténtico demonio que robará tu alma en el momento en que bajes la guardia, pues lejos de querer realizar temas que se basen en el típico tópico del cantautor promedio (amor, paz y todo eso), abraza la oscuridad a través de una música que se enmarca en influencias recogidas del Folk, el gótico y en cierta medida hasta del Doom Metal.

Comenzando sus pinitos con versiones de grupos como The Strokes, Nick Cave & The Bad Seeds y hasta de Burzum (ahí queda eso), Chelsea Wolfe ha ido poco a poco adentrándose en terrenos cada vez más introspectivos propios de una personalidad demente para sucumbir totalmente en la pura decadencia en su nuevo trabajo, Apokalypsis. Ya de entrada sólo escuchar la intro titulada Primal/Carnal pone a uno los pelos de escarpias, gritos de ultratumba provenientes de las fauces de su propia voz. Rápidamente se corta de manera abrupta para dar paso a Mer. Con una voz que se esconde siempre entre las sombras, Chelsea Wolfe empieza a hacer desfilar su particular manera de hacer las cosas, embriagada con una copa de misticismo, transmitiendo una sensación de mal estar y misterio que ya quisiera más de una banda de Doom o Black Metal, siendo justos y honestos.

He llegado a ver opiniones que la comparan con Portishead en concepto musical, y lo cierto es que podría decirse que sí, pues a pesar de toda la oscuridad que desprende Chelsea Wolfe (con la ayuda de los músicos que la acompañan, que se encargan ante todo de mantener ese halo de misterio continuo), todavía se puede percibir una cierta melancolía y dulzura bastante próxima a la que desprende Beth Gibbons, algo que se puede percibir en temas como Tracks (Tall Bodies), tema en donde las similitudes se aproximan enormemente.

Por otra parte, la capacidad de Chelsea Wolfe de hacer prácticamente lo que le dé la gana con su voz es digna de aplaudir, pues aparte de su tono estándar propio de una pequeña sonriente, puede pasar de la más absoluta tranquilidad al sonido más estridente (ya la intro lo demuestra). Sus temas también cobran personalidad propia, pasando de unos con más influencias rockeras como en Demons, a otras vestidas con un abrigo formado por influencias del gótico y el Folk más oscuro como en Movie Screen, y a otras donde experimenta con las atmósferas para reforzar ese halo malsano que la rodea, como en la resplandeciente Pale On Pale, donde su lado más Folk se potencia con un choque directo de completa oscuridad, terminando con To The Forest, Towards The Sea con un ambiente completamente extraño y que te dejará tal y como comienza Apokalypsis: con los pelos escarpias. Además de ello cuenta con un tema que ya aparecía en su anterior obra The Grime And The Glow, titulado Moses, un claro homenaje a los grandes del Folk.


Si por algo es por lo que esta dulce y a la vez tenebrosa mujer ha acabado incluso formando parte del cartel del Roadburn 2012 será por algo. Parece ser que uno de Los Jinetes del Apocalipsis es mujer, y ya ha empezado a mover ficha.



Puntuación: 9'75/10

2 comentarios:

  1. deberias escuchar a ROSE KEMP

    ResponderEliminar
  2. buena reseña, me apunto el blog. y el disco, me encanta, muy especial, y peligrosamente adictivo.

    ResponderEliminar