viernes, diciembre 09, 2011

Fleshpress - Acid Mouth Strangulation (2011)

Después de todo este tiempo en busca y captura escuchando cualquier cosa que me hiciera más ameno el mes, lo cierto es que volver a saborear cosas que resulten grises y amargas al entendimiento humano es hasta un agradecimiento, por un momento empezaba a olvidar qué se siente al escuchar algo que te encoge el corazón y te corta la sangre como un veneno que se extiende de forma apacigua por todo el sistema.

Y después de degustar lo nuevo de Leviathan, hoy es momento de dar paso a lo nuevo de esta banda finés liderada por nada menos que Mikko Aspa, miembro de los colosales Deathspell Omega y de su otro proyecto Clandestine Blaze. Fleshpress (cuyo nombre toma del tema que encierra el disco Dismal de los clásicos Grief) llevan desde 1998 dando guerra, una guerra santa oscura que se manifiesta a través de tránsitos lúgubres y decadentes del Sludge y el Doom Metal aderezados con la frialdad del Black Metal, influencias claras de la mente de Mikko que ha cosechado gracias a sus proyectos más conocidos.

Así pues, Acid Mouth Strangulation nos induce una dosis de pura misantropía como la que proclaman en la propia banda a través de un sonido crudo y andrajoso que se va extendiendo con su propia sombra hasta cubrir todo rastro de luz y sumergirte en la más absoluta desesperación. Esto ayuda ante todo su clara influencia del Black Metal, que hace de Fleshpress algo propio dentro de lo ya conocido para los que se arrastran por estos lares comúnmente. Abriendo paso con Glass Trails, desde el primer instante uno se percata de que esto no es una broma, y que realmente te sentirás estar visitando tu lado más siniestro y el de la propia vida, merced a una atmósfera sobrecogedora que te helará hasta los huesos sin mediación. Su comienzo completamente desolador, como si de una casa vieja y abandonada de la que se han contado mil historias de fantasmas se tratara, se nos presenta como un auténtico viaje hacia lo desconocido, hasta que más allá de la mitad del tema comienza a salir a la superficie y a volverse cada vez más alterado gracias al trabajo de las guitarras (que, no sé ustedes, pero a mí me recuerdan un poco a Mastodon... curioso). A partir de aquí, la voz hace acto de presencia y empieza a hacerse más notorio el peso del Sludge en sus bases y su sonido, pero siempre desde una perspectiva brutalmente aplastante.

Tras éste comienza Copper Eye, el cual empieza con la premisa de los elementos más Sludge, con unos riffs mastodónticos (valga la redundancia, pues de alguna manera este trabajo encierra mucho de ellos, será que a día de hoy está todo relacionado) pero pasado por un lavado de cerebro y con el odio inducido en sus mentes, pues tranquilamente pasan de la auténtica ira a la melancolía más negra, para acto seguido volver a arrasar con todo a su paso.

Y finalmente cierra con Oblivion Persistent, tema en el que se aprecia claramente la influencia de los Deathspell Omega más tenebrosos, gracias a unas notas de melodía oscura que convierten estos casi 20 minutos de duración en una auténtica pesadilla que vivimos en nuestro interior día a día, y que va mutando poco a poco hacia otros caminos cada vez más angostos y claustrofóbicos, terminando finalmente en un frenesí donde todo esto se endurece a través de unos riffs aplastantes, que hacen estremecer hasta a los mismísimos demonios a varios metros bajo tierra, con un estallido final que advierte del fin de su travesía.

Sangre, sudor y lágrimas son lo que derrama este trabajo que te hará convertir tu sonrisa de felicidad en una expresión de puro odio hacia todo. Fleshpress será la razón que te llevará a despreciarlo todo.



Puntuación: 9/10

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