martes, enero 11, 2011

Horse The Band - A Natural Death (2007)

No hay nada como hablar de música con los colegas en clase. Hoy, hablaba con un colega que le encanta el Nintendocore acerca de dicho género, al menos el que está bien hecho, y entre algunas cosas que comentábamos de dicho estilo, era inevitable nombrar a Horse The Band. Tal ha sido la motivación que me ha generado el debate que llevábamos entre manos, que no he podido evitar el ponerme a esta gente nada más llegar a mi casa. No es la primera vez que nombro a estos chicos provenientes de California (Estados Unidos), Horse The Band es una de las primeras bandas que, a la locura característica del Hardcore, añadieron elementos propios de la consola de los japoneses por excelencia, ese sonido de 8-bit tan característico de aquellos tiempos. De esta manera, surge el Nintendocore.

Muchos consideran este género un estilo de música que no puede tomarse en serio. Y así es, pues el Nintendocore nunca pretendió ser serio. Eso es algo que uno se da cuenta, no sólo al escuchar los aplastantes riffs del Hardcore con el sonido bitero, sino por la actitud de las bandas, la música en sí y las letras. Horse The Band así lo ha demostrado siempre (ahí tenéis su EP Pizza, centrado en las pizzas y con un tema final tributo a Las Tortugas Ninjas, y cuyo formato físico se limitó a 550 copias aproximadamente que venían en una caja de pizza. Más bizarro, imposible). Sin embargo, y a pesar de la visión de la banda, los méritos que se le han concedido son justos, pues estamos hablando de un grupo que sabe muy bien plasmar el concepto de Nintendocore sin sonar tan patético.

Hacer lo que les salen de los huevos es algo que siempre se les ha dado bien, pero hacerlo de manera que quede perfecto es algo que saben hacer mucho más, y para constancia de ello, aquí está el que posiblemente sea el mejor trabajo de la banda: A Natural Death, un disco cargado de tantos elementos que incluso abruma. Y es que la capacidad de utilizar sonidos tan dispares como el 8-bit, voladores, mujeres llorando y demás para crear esas atmósferas tan exquisitas y a la vez alocadas, reforzadas con breakdowns aplastantes y destroza-cervicales, es algo que sólo ellos pueden realizar. Temas como Murder, Face Of Bear o New York City dejan claro la naturaleza de la banda, pero incluso dichos temas están entrelazados de una manera tan sutil y cuidada, que es imposible que el disco pueda vivir sin uno de los temas. Incluso los interludios, véase The Beach o Kangarooster Meadows, juegan un papel importante en el desarrollo del disco. Y por supuesto, a pesar de la madurez que presenta su sonido, el desenfado y el cachondeo priman en A Natural Death a su manera. Sex Raptor es la prueba de ello, con ese toque discotequero que le hace mérito.

Y como colofón y cumbre insignia del disco, tenemos entre los últimos temas I Think We Are Both Suffering From The Same Crushing Metaphy..., 7 minutos en donde los sonidos nintenderos cobran más fuerza y la banda muestra una maestría en transmitir fuerza y sentimiento a partes iguales que ninguna otra banda pueda haber mostrado jamás. Un tema increíble, de ésos que necesitas escuchar una y otra y otra vez hasta decir basta.

Un disco simplemente soberbio, y una banda que deja en pañales a muchas bandas que mostrarse serios y desprestigiar cualquier otra banda. Humildad y ganas de hacer algo fuera de los esquemas típicos del género es lo que tenemos ante nosotros. Además, ¿a quién no le dan ganas de jugar a los primeros Super Mario Bros con esta gente?



Puntuación: 9'75/10

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