Hoy está siendo un día verdaderamente extraño, en el que parece que está todo muerto. No son raros los sábados que se comportan como si fueran domingos, y lo cierto es que este hecho puede irritar a más de uno, por lo que ¿qué hacer en un día como éste? Fácil: poner tu reproductor a tope y dejarte llevar. Y esta vez me ha llevado hacia lo último de estos estadounidenses, que han ido cosechando poco a poco una importancia dentro del Metal cada vez más notoria, sobre todo teniendo en cuenta sus dos últimos trabajos anteriores, Conqueror y Hymns Of Blood And Thunder. En ellos, encontrábamos un Doom Metal tradicional muy musculoso y aferrado al espíritu más heavy, con unos riffs que tranquilamente podrían colarse entre los clásicos del NWOBHM y del Heavy Metal británico en todo su esplendor. Gracias a ello, la banda ha conseguido numerosas críticas que lo han ido aupando hasta alzarse entre uno de los referentes del estilo hoy en día.
Sin embargo, con su nuevo lanzamiento, The Wretch, la banda ha llevado un viraje total de su música hacia derroteros más propios del Doom de antaño, con temas mucho más lentos que en sus anteriores trabajos de caballería rápida. En lo que hoy nos concierne, The Wretch hace mayor hincapié en los ritmos más pausados, no sin dejar de lado el sonido tan épico (sic) que siempre ha caracterizado a la banda. Si bien es cierto que la calidad de los temas ha bajado un peldaño por debajo de los anteriores, bien sea porque la mayoría esperábamos otro de sus discos cargados de riffs propios de camioneros de la Ruta 66, bien sea porque simplemente han bajado el listón con su nuevo trabajo.Sin embargo, no quita que aún podamos escuchar grandiosos temas llevado a un ámbito mucho más doomerizado, prueba de ello es el tema Castle Of The Devil, que va engordando poco a poco a medida que va avanzando éste como si de un globo se tratase, para explotarte en tu cara con unos riffs tremendamente poderosos que pararían hasta al mismísimo Hulk Hogan, o Iron And Fire, que pese a su título tan típico en dichos lares, dentro alberga un tema que va cogiendo forma a medida que se va desarrollando en sus casi 13 minutos de duración, y que va apoderándose de todo el recinto en el que lo estés escuchando hasta adueñarse de todo con su sonido envolvente.
Doom tradicional en estado puro, queridos lectores, que hará esbozar una leve sonrisa pícara a aquellos que gustan de disfrutar de la música añeja en una taberna aferrado a su jarra de cerveza fría a la barra de un bar de ambiente familiar y acogedor.Puntuación: 8'25/10
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