lunes, septiembre 05, 2011

Omega Massif - Karpatia (2011)

Aún recuerdo cuando escuché por primera vez a Omega Massif: una grisácea tarde de Otoño hacía del día un muermo más que pasar mirando cuatro cosas y oír cómo la lluvia ataca el techo y se refleja borrosamente en la ventana. De repente, te encontrabas con algo que te llamaba la atención, unos colores que te hacían sentirte identificado con ellos y que mostraban lo que sentías en ese momento. Te dispones a buscarlo, y nada más suena In Der Mine en tu reproductor, sabes que ese tema no va a borrarse jamás de tu mente. Una joya se presentaba ante un servidor, y a la cual recurriría siempre que necesitara aire para mi mente. Años después se llevaría la entrada que se merece.

Que se anuncie la llegada de su nuevo trabajo tras varios años después de esa delicia que respondía al nombre de Geisterstadt sólo podía suponer una cosa: una alegría tremenda para un servidor. Karpatia tenía el duro trabajo de estar altura de su predecesor, y no hablamos de saltar un obstáculo sin apenas esfuerzo: hablamos de escalar el Everest del Post-Metal instrumental después de Pelican. Pues aunque pueda sonar exagerado, Geisterstadt es posiblemente uno de los mejores trabajos del género que nos haya brindado éste, y ponerse a la altura de éste es algo que sólo los propios Omega Massif podían conseguir.

Y así ha sido, los alemanes no han perdido el tiempo con florituras ni estupideces en todos estos años, y que Karpatia salga más tarde de lo que uno esperaba demuestra que la banda puede tomarse el tiempo que quiera si con ello consiguen pulir un trabajo a la altura. Porque hay que decir que su nuevo álbum es una digna continuación de su debut, muy a la altura y que deja perfilar una inspiración colosal para introducir unos riffs que atacan a la conciencia sin tapujos con un enganche y una fuerza como pocos, embarrados en unas melodías altamente cargadas de sentimiento y feeling.

Que un tema como Aura pueda codearse con la colosal In Der Mine hace a uno hasta estremecerse ante lo que se pueda encontrar dentro de esta bestia, pues el tema es una verdadera máquina colosal fabricadora de riffs gordos que se van intercalando con unas melodías cristalinas, brillantes, a la altura de su predecesor. Que a estas alturas una banda como Omega Massif apueste por seguir siendo fieles a su sonido dentro de este estilo es algo que se agradece, y que nos dejan delicias de la talla de Ursus Arctos o la titánica Steinerness Meer. También son capaces de subirse a lomos de un caballo potente y cabalgar a todo trapo con riffs como el que presenta Wölfe, cargados de un ritmo poderoso que se va extendiendo cada vez más como si de una plaga se tratase.

El sonido del disco es más que satisfactorio, donde para nada se hace cargante y cuyos instrumentos suenan a la perfección en todo momento. Una vez más la ausencia de voz en su trabajo es todo un acierto, uno no podría imaginarse un disco de esta banda con voz por delante, rompería toda la magia que desprende el grupo.

Sé que no me he extendido mucho más de lo que desearía con una banda como ésta, pero Omega Massif es de esos grupos que se entienden mejor escuchándolos, las palabras son sólo un extra más. Y créanme si os digo que la experiencia vale la pena.



Puntuación: 10/10

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