sábado, octubre 15, 2011

Rorcal - Heliogabalus (2010)

A estas alturas, me da en la nariz de que Domino Media Agency va a acabar haciéndose un hueco propio en este blog. Ya son varias las entradas dedicadas a los grupos que esta compañía está ayudando a promocionarse a través de la red, todas con un factor común: provienen de Suiza. En esta ocasión, se trata de una banda que ya había mencionado en alguna que otra ocasión de aquí a un tiempo hacia atrás, así que esta oportunidad me ha venido de perlas para poder entenderme con este grupo.

Rorcal es una banda peculiar, más que nada por su manera de hacer las cosas. Formados en Geneva en el año 2006, y tras varios EP's, este grupo se nos presenta con una mezcla de los géneros más escalofriantes del Metal, dando lugar a un resultado perturbador y oscuro como pocos trabajos se han realizado hasta ahora. Heliogabalus es todo un reto tras su anterior Myrra, Mordvynn, Marayaa, pues supone concentrar todo el proceso de la banda en un solo tema de una duración en torno a los 70 minutos. Sinceramente, siempre he admirado la valentía de coger el toro por los cuernos y lanzar un trabajo de este tipo en el que, en una única canción, den rienda suelta a su imaginación, sea la banda que sea y del tipo que sea, pero esto conlleva, evidentemente, al mayor duelo: tratar de hacer un trabajo que sea llevadero en todo su trayecto, de manera que tenga un sentido en toda su extensión y no resulte un conglomerado de ideas difusas que van y vienen como coches en una autovía. Para alegría de ellos y de nosotros, Heliogabalus mantiene una idea clara que llevarán en todo momento: enterrar vivo al oyente en una atmósfera tan profunda como la Fosa de Las Marianas. Bebiendo de elementos como el Doom Metal más escatológico (entiéndase, Funeral Doom) y de la pesadez de bandas como los actuales Corrupted o incluso Sunn O))), Rorcal nos introduce en un ambiente malsano, denso y asfixiante que irá fluctuando lentamente cual frecuencia grave serpenteante, y metiéndonos en continuos elementos nuevos al anterior. Comenzando con una batería solitaria en medio de la nada, no tarda en explotar en un claro ramalazo de puro Funeral Doom, pero llevado hacia unos entramados propios del Sludge que lo hace peculiarmente raro, sobre todo a la voz, algo así como si Comatose Vigil se encontrara de bruces con Eyehategod, una mezcla extraña.

Tras varios minutos de esta asfixiante sensación, el disco toma un cambio que va entre lo ritualista a través de la batería y lo fantasmagórico con unos efectos sonoros y distorsiones que van y vienen como breves y repentinas ráfagas de luz que pasan de un lado a otro de nosotros, todo ello para sumergirse de lleno en unos pasajes meramente Post-Metal, con una cierta melodía grisácea, pero manteniendo la tonalidad de la banda en todo momento, para acto seguido seguir con unas expansiones sonoras a cargo de las guitarras que bien podrían estar a la altura de las primeras incursiones de Omega Massif, todo ello evidentemente manteniendo la oscuridad de la que hacen gala.

Nuevamente dejan todo atrás para zambullirse en las profundas cavernas de lo esotérico y lo desconocido a través de unas atmósferas nuevamente cargantes y opresivas para, pasado un buen tiempo, salir rápidamente a la superficie con otro estallido muy similar al anterior con mucho regusto del Post-Metal. A partir de aquí, la banda implosionará en un sinfín de ritmos caóticos pero bien estructurados, sin bajar en casi ningún momento de decibelio, donde el doble bombo de la batería adquiere alto protagonismo para mostrarnos un sonido aplastante, todo ello para acabar disipándose poco a poco hasta acabar en la más absoluta nada.

Un trabajo apreciable sólo por los más aventurados, una experiencia sin igual, aunque hay momentos en los que fluctúan demasiado y extienden más de lo necesario ciertos pasajes, lo que no le quita el mérito a lanzar algo de tales proporciones como es Heliogabalus. Sucumbir es la única opción en esta vía, la vía de Rorcal.

Puntuación: 8/10

1 comentario:

  1. Tuve la suerte de verlos el jueves en Madrid. Y te digo que, en directo, te hubieran convencido hasta más. Se tocaron este disco entero...

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