jueves, diciembre 29, 2011

Sólstafir - Svartir Sandar (2011)


2011 está agonizando, llega a su fin, empieza a palidecerse y a consumirse, le queda muy poco tiempo de vida. Pronto será la Nochevieja, y con ello se irán una vez más todo un sinfín de experiencias, de vivencias, de emociones y de situaciones que han formado este año que brillará con luz propia como todos los que han transcurrido en nuestra vida hasta ahora.

Y para rendirle homenaje y culto a un año que se nos va, la mejor música indispensable para ello es la que nos ofrece a día de hoy Sólstafir, capaz de sacar el aura y la energía de las almas desde lo más profundo de su ser gracias a una música que ha ido evolucionando con el paso de los años hasta asentarse en un estilo bastante peculiar y propio, una suerte de Rock progresivo y decadente con cierto recuerdo aún del Metal que cosechaban en sus comienzos y que podría situarlos entre los últimos Anathema y Katatonia, pero llevado un paso más... dos... o más, pasos de gigante que los distancia enormemente de todo lo demás. Pero vamos, nada que no haya dicho antes.

Svartir Sandar es la continuación del camino que estos islandeses han construido en Masterpiece Of Bitterness y comenzaron a transitar en su glorioso Köld, un camino que recorren solos y abandonados de toda suerte, un camino que los lleva hacia la melancolía y la dulzura para siempre. Hablar de Svartir Sandar podría ser como hablar de las otras dos obras mencionadas anteriormente, pues los esquemas, los tonos, las melodías... todo, se mantienen en éste, si bien parece que el camino se ha ido volviendo duro y tedioso, pues a medida que transcurre dicho trabajo se va perdiendo un poco la esencia que emanaban en sus anteriores obras, lo que hace que resulte un poco difícil de digerir al final del trayecto.


La voz de Tryggvason se torna bastante estridente y hasta diría que rallante por momentos aquí, algo que a un servidor no le ocurría en sus anteriores obras donde comulgaba de manera soberbia con el resto del sonido que facturaban, pues a veces se le nota algo forzada como ocurre en Ljós í Stormi, cosa que no quiere decir que sea así del todo y que no nos brinde momentos de suma brillantez como ocurre en Fjara. De todos modos, a medida que Svartir Sandar avanza, las voces pasan a un segundo plano, sobre todo al final de éste con temas como Djákninn y el homónimo.

A pesar de ello, los inconvenientes que presentan Svartir Sandar no producen daños críticos en el disco, pues Sólstafir sigue manteniendo buena salud y aún puede uno ser testigo de esa descomunal atmósfera de la que hacen gala y que envuelve todo a su alrededor para brindarnos unos minutos de paz y tranquilidad interna, llegando incluso a introducir elementos como pianos, saxofones y demás, algo que se puede apreciar por ejemplo en Sjúki Skugginn, dándole variedad suficiente para moldear un poco más ese ambiente que los hace característicos a su antojo.


Un disco de notable calidad, pero que no llega ni siquiera a la sombra de lo que fueron sus anteriores trabajos, enmarcados para la posteridad y recordados en las memorias de aquellos en quienes ahondaron en sus sentimientos, como recordaremos este 2011 por sus propias razones. El telón se va cerrando poco a poco.



Puntuación: 7/10

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