Dejando claro que el plato preferido de estos chicos es el progresivo, Valborg desfila entre elementos como el Death y el Doom Metal, bañados en una elegancia y a la vez en un manto de odio que conjugan en todos y cada uno de los segundos que dura Barbarian. Tras una intro breve y que deja bien claro lo que nos vamos a encontrar, el disco arranca con Astral Kingdom, perfecta carta de presentación en donde sacan a relucir su arsenal e ir abriendo fuego contra nuestros sentidos con una amalgama de riffs pesados, marcados y sobre todo efectivos que inundarán tu conciencia, apoderándose completamente de tu subconsciente para acto seguido enterrarte vivo con su potencial oculto. Las voces, que viajan en varios tonos, registros y timbres, procuran que el disco sea rico y variado y no caiga en la monotonía. A partir de Battlefield Of Souls, empezamos a notar la primera influencia clara y evidente: el sonido que grabó a fuego lento Celtic Frost con su monumental Monotheist. Este aspecto se nota claramente, y se refuerza enormemente en Exterminator, donde los recitales de la banda acompañando los golpes destructivos de guitarra dejan patente la influencia de Thomas Gabriel y compañía en el sonido de Barbarian.
Continuando con el viaje, Amethystine Skies refuerza el lado Doom de la banda con un pal de tuercas y unos solos minimalistas, lentos y oprimidos cual alma condenada. Y con todo ello, la mejor manera que puede terminar el disco es con un tema que cambia completamente la travesía de Barbarian, y que se deposita en Samantha Alive (previo a otro tema), en donde desatan su poder progresivo y cambian completamente el rumbo para presentar un tema que bien podría ser material de los Dream Theater perfectamente.
Un lujo de trabajo, que tiene tras de sí a unos excelentes músicos desconocidos para gran parte de la humanidad por desgracia, pero que seguirán ofreciendo minutos grandiosos por mucho tiempo.
Puntuación: 9/10
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