

Pues si eso no fuera suficiente para los presentes que estuvieron en dicho festival (y para todo el mundo en general), Primus vuelve, tras más de una década desde que saliera su último trabajo Antipop en 1999, a plantarse en estudio para hornear algo sabroso y fresco para que todos podamos degustar como posesos y volver a sentirnos llenos y satisfechos. Pero mucho antes de su salida oficial, alguien tiene el lujo de sacar del horno el pastel que todos esperábamos, y que han bautizado como Green Naugahyde. Y lo cierto es que es toda una delicia este postre, pues quién iba a pensar que tras muchos años en silencio, Les Claypool y los suyos aún tenían mucho que decir, pues su nuevo trabajo es toda una hostia en la cara para los insolentes que no esperaban nada de su regreso, porque esto es todo un ejercicio del buen hacer, de la elegancia musical y de la pura diversión. Con la friolera de 13 temas por delante, Green Naugahyde se planta como el disco de regreso que muchos matarían por tener, pues es como si la inspiración nunca se hubiera ido de ellos en todos estos años. Es más, diría que todo este tiempo les ha servido para ir puliendo todos los detalles y reforzando tuercas para que nada salga mal a la hora de su lanzamiento. En esta ocasión cuentan a la batería con Jay Lane, un tío bastante experimentado en este tipo de estilos a juzgar por su trayectoria. Claro, par alguien como yo habría sido redondo que volvieran a tener al batería con el que nos brindaron mejores momentos, ése es, Tim Alexander, pero tampoco lo hace nada mal Jay.

Otra cosa que queda una vez más demostrado es que Les Claypool es un auténtico monstruo al bajo, el cual lo usa como si fuese una extensión más de su cuerpo, una extremidad, haciendo con él lo que le da la real gana, y que queda bien claro en temas como la magnífica Eyes Of The Squirrel, tema por el que muchos venderían un riñón y a su madre por componerlo. La manera de ejecutar con esa velocidad desorbitada y haciendo que se haga bien presente (como tiene que ser en toda producción Funk), hace que uno tenga que romperse las rodillas para rezar a este hombre que está a un paso de convertirse en una entidad divina. Añádele auténticos trallazos que retumbarán en tus oídos por su complejidad y por su grandiosidad como Last Salmon Man, y otros con un ritmo enormemente pegadizo como Lee Van Cleef o Moron TV, y ya tienes listo una maravilla más en la que sentarte a disfrutar.

Puntuación: 10/10
Menudo concert se cascaron en el ARF! Totalmente hipnótico, geniales!
ResponderEliminarSaludos