October Falls es el proyecto en solitario de M. Lehto, un hombre cuya visión de la vida se encuentra enlazada con la naturaleza, con los espíritus ancestrales de la más remota Finlandia, en pleno corazón de Helsinki. Más adelante se apuntarían V. Metsola al bajo y nada menos que MarkoTarvonen (Moonsorrow, Barren Earth) a la batería. En un principio, este proyecto presentaba fuerte apreciación por el Folk, pero a medida que han pasado los años, y a medida que M. Lehto ha ido lanzando material nuevo, su música fue consolidándose en el Black Metal más arraigado al Dark Ambient en una clara muestra de apreciación por los enormes Agalloch. No es difícil pensar en ello nada más empezar a escuchar A Collapse Of Faith, donde la esencia de los estadounidenses se respira por los cuatro costados. Incluso podríamos compararlo con el canadiense Daemonskald y su grandioso proyecto SIG:AR:TYR, merced a esas piezas acústicas aunadas en esos toques opresivos propios del Black más sentimental y el Dark Ambient más frondoso y oscuro.
A Collpase Of Faith es posible el disco que más afluencia del Metal desprende de este proyecto, pero sin dejar los asombrosos pasajes con los que se viste. Dividido únicamente en tres partes, son suficientes para darse cuenta de la grandiosidad a la que puede llegar un trabajo como éste. Con sólo escuchar la primera parte de este disco, tendremos la sensación de haber escuchado todo un mundo, 18 minutos impregnados de tantos matices que nos sería imposible entender toda su grandiosidad y complejidad en esta vida. Saltando continuamente entre riffs rabiosos y desafiantes propios del Black Metal y las piezas acústicas esotéricas, entrelazadas con ambientes dulces y celestiales de arroyos cayendo elegantemente, uno no sabe de dónde viene el viento en cualquier momento. No sería de extrañar que estamos ante una auténtica mente que calcula todos los pasos y las composiciones con milimetría.
La cosa no se queda ahí, pues en la segunda parte seguiremos siendo testigos de unas melodías simplemente endulzadas con ese sabor seco pero dulce y atrayente a la misma vez del Black Metal. En esta ocasión esas piezas melódicas protagonizadas por unas notas de guitarra espectaculares son la mejor carta de la baraja que nos muestra M. Lehto. Tampoco hay que menospreciar el trabajo de los otros instrumentos, sobre todo el bajo, que a mi juicio recuerda enormemente a los Agalloch, algo que no podía ser menos, totalmente evidente al juicio de uno. Finalmente la tercera parte, siendo mucho más breve que sus hermanos mayores, no es por menos más desapercibido, cerrando el disco con una muestra efectiva de Black Metal y un final perfecto para un disco que roza dicha perfección.
Un disco magnífico, del que sus escasos 42 minutos te sabrán a poco, y al que necesitarás acudir obligatoriamente a él para volver a echar a volar la mente y dejarla que viaje hacia donde tú no podrías ni siquiera con la mayor tecnología.
Puntuación: 9'75/10
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