lunes, enero 31, 2011

Architects - The Here And Now (2011)

Hay grupos que, sin comerlo ni beberlo, cambian completamente de rumbo en su trayectoria y se incorporan a carreteras jamás transitadas. Tal es así, que el choque que puede suponer a uno puede ser positivo o negativo, pero un choque que te deja perplejo. No es la primera vez que se ha dado dicho caso. A lo largo de la historia muchas bandas han sufrido un cambio en su sonido y su música, bien para mejor o para peor.

Dentro de estos casos, tenemos uno muy reciente: el de lo nuevo de Architects. Esta banda inglesa siempre se ha caracterizado por su potentísimo sonido Metalcore con resquicios del Mathcore y el progresivo. En su momento hicieron muestra y presentación con Nightmares, y posteriormente darían un golpe en la mesa con el puño cerrado con la llegada de Ruin, un disco soberbio, enorme, donde todo está calculado milimétricamente con una precisión pasmosa. Nuevamente se reafirmaron con Hollow Crown, apuntando maneras con su peculiar sonido dentro de un mundo dominado por bandas como Between The Buried And Me o Protest The Hero.

Sin embargo, con la llegada del nuevo The Here And Now de estos chicos, uno esperaba reencontrarse nuevamente con ese estilo tan propio de la banda, con ese demoledor sonido, breakdowns y melodía compaginados con esos riffs endemoniados y esa técnica pulverizante. Craso error. Architects vuelven con un lavado de cerebro brutal, dejándonos ante nosotros un disco que se centra principalmente (por no decir "exclusivamente") en el Post-Hardcore, un cambio que nadie se esperaba de ellos. Entonces tenemos que plantearnos la pregunta ante dicho cambio: ¿vale la pena? Está claro que un cambio como éste choca, pero si nos quedamos en ese punto, podremos notar que The Here And Now vale la pena, y mucho. Y es que a pesar de dicho cambio de ruta, el nuevo sonido que han adquirido no les sienta mal, como esa prenda que nunca te has puesto hasta ahora y descubres que tampoco te quedaba tan mal como pensabas. Con Alexisonfire como máximo exponente en su estilo, The Here And Now dislumbra por una capacidad emotiva sin igual, merced a un Sam Carter que no tiene límites en sus registros sonoros, y cuya voz melódica encaja a la perfección.

Ya de entrada nos encontramos con Day In Day Out, un señor temazo que manifiesta lo anteriormente dicho, y que viene sucedido por Learn To Live que no hace más que reafirmar la evidencia. Y a pesar de todo esto, Architects mantiene una pequeña llama viva del Metalcore enrevesado con el que siempre han profesado hasta ahora. Prueba de ello es Stay Young Forever, que por si fuera poco cuenta con la colaboración de Andrew Neufeld, vocalista de Comeback Kid, el cual le confiere ese grado de locura extrema al tema, rescatando la esencia propia de estos chicos. Por si fuera poco, el disco cierra con una auténtica bomba de relojería que puede estallar en cualquiera de los más de 7 minutos que lo conforma, titulado Year In Year Out/Up And Away, contando esta vez con la voz de Greg Puciato de The Dillinger Escape Plan, confiriéndole una potencia al tema sin igual, y el cual pasa de la fuerza y viveza a pasajes más tranquilos y pacíficos. Todo ello bajo la producción de Steve Evetts, conocido productor de bandas del ámbito Core actual.

¿Un cambio que era necesario? El tiempo lo dirá, pero de momento parece que este The Here And Now tiene bastante potencial para convertirse en un grande. Estoy seguro de que si dicho disco hubiera sido lanzado por una banda nueva, habría obtenido muchos puntos (tener un nombre y realizar este tipo de cambios puede pagar factura de una manera u otra). Creo que se va a convertir en una especie de relación amor-odio.



Puntuación: 8'5/10

domingo, enero 30, 2011

Falkenbach - Tiurida (2011)

2011 cada vez se expande más como ese rumor universal que va corriendo de voz en voz por los medios, con la llegada de más y más discos. Y en sólo un mes ya se ha pronosticado una avalancha de regreso de bandas fulminante, como Belphegor, Ulcerate, Legion Of The Damned, Krallice, Lifelover, Dornenreich... etc, etc, etc. Y entre ellas, se encuentra la de una banda que ha permanecido desde siempre a la sombra de otras bandas, pero que conserva un estatus importante dentro de su género, dándole el beneplácito de ser una banda respetada por aquellos conocedores de la savia de este proyecto.

Falkenbach, o "el arroyo de los halcones" en su traducción, es la esencia del alemán Vratyas Vakyas cuya infancia la pasó en tierras islandesas, un proyecto que precede a grandes del Viking/Folk/Black Metal como los propios Windir, con una demo titulada Havamal lanzada en 1989. Poco a poco se fue afianzando, y tras 4 discos y varias demos, desaparece entre la nada. Hablamos de 2005, cuando lanzaba su último disco hasta ese instante, Heralding - The Fireblade. Tras 6 años en silencio, Vratyas vuelve a surgir para resucitar su proyecto con la llegada de su nuevo trabajo, Tiurida. Y os aseguro que esto es oro puro.

Tiurida deja en constancia que los años no pasan para este hombre, el cual sigue demostrando que ante el Viking Metal de antaño, es un ser divino intocable. Su nueva obra nos adentrará en pasajes frondosos de bosques vastos y mares vírgenes, en un claro rindo y homenaje a Bathory, tanto de la etapa de su comienzo, como en sus últimos años de existencia. Con una intro que nos irá relamiendo y preparándonos las botas, el disco comienza con ...Where His Ravens Fly..., que gustosamente recordará a más de uno el sonido que recogía Blood On Ice de Quorthon, con ese toque tan familiar y acogedor, folclore vario y esa voz calmada junto con una fuerza en las guitarras fulminante. Sin embargo, a medida que avanza el disco, notaremos cómo éste se va enfriando, en el sentido de que cada vez se vuelve más oscuro y tenebroso, no sin renunciar al ambiente forestal que te mete de lleno en la trama del disco. Con Time Between Dog And Wolf la cosa queda clara y patente, y la cosa se va acrecentando con Tanfana y Runes Shall You Know hasta que llegamos a In Flames, tema elaborado por los mismísimos dioses, con unos pasajes cautivadores y que harán que las tardes grises como la de hoy cobren mayor fuerza y sentido, y cerrando con Sunnavend y Asaland de bonus track extraído de la demo Laeknishendr, con el que tus oídos se endulzarán de un sonido noble, tan noble como la naturaleza misma. Todo ello con la colaboración de Patrick Damiani en las grabaciones.

No podía sentirle mejor el título del disco a éste. Significando "gloria", Tiurida es eso y más en todas sus facetas: el triunfo de un hombre que vuelve dispuesto a hacernos recordar por qué es tan grande, a pesar de no serle concedido el mérito que debería llevar. De todos modos, no es un impedimento para Vratyas éste, volverá a satisfacernos con su música aunque tengan que pasar mil años.



Puntuación: 9/10

sábado, enero 29, 2011

Mitochondrion - Parasignosis (2011)

Si hay algo que caracteriza a Profound Lore, es su capacidad de fichar a las bandas que presentan la mejor trayectoria en el mundo del Metal underground, sea del género que sea. Y en este año no iban a ser menos, y lo demuestran con una de las bandas más aplastantes que jamás me haya echado a la cara nunca, sacando uno de los discos más gordos de este año hasta la fecha. Surgidos del propio Infierno a rastras, arrastrados por una vorágine de maldad y esoterismo, y con la capacidad de convertir en polvo y cenizas todo lo que se cruza en su camino, nos encontramos ante Mitochondrion, un nuevo ser del averno al que los mismísimos demonios temen y Dios prefiere no hablar de él. Un ser lleno de impunidad, de odio e ira, con sed de venganza y hambre de muerte.

La bestia muta en 2003 en los lugares más recónditos Victoria (Canadá), extendiéndose y trasladándose hasta Vancouver. Tras un par de demos, lanzan su disco debut Archaeaeon de forma independiente, un disco que alerta a la humanidad de la presencia de algo grande, monstruoso, que pronostica una catástrofe inminente. Y así, bajo el ojo de Profound Lore, son llevados a la batalla del Apocalipsis con su nuevo Parasignosis.

El nombre de la banda no podía pegar mejor con ésta, pues Mitochondrion es como un virus encerrado en las mitocondrias de las células, que despiertan, se activan y atacan a la célula y con ello a todo el organismo. Todo ello es gracias a un Black/Death Metal completamente enfermizo, propio de una mente desequilibrada y atrapada en la aberración y lo grotesco. Para que te hagas una idea, coge la contundencia de Immolation, concédele pequeñas dosis de técnica de Hour Of Penance, añádele la cavernosidad de Incantation y mézclalo con Black, una producción y unas atmósferas completamente cargantes y saturadas propias de Portal y Leviathan. Con ello posiblemente te aproximes al pensamiento de esta banda. Y no será suficiente, pues es demasiado grande como para abarcar solamente eso. Parasignosis es mucho más, y ya sólo con ver cómo te abre sus puertas hacia el Infierno con Plague Evockation te darás cuenta de que estás ante una máquina de matar sin conciencia ni sentimientos. Pero será demasiado tarde, no podrás escapar de él, y más cuando te asalte con Lex Ego Exitium y Tetravirulence, auténticos mecanismos de tortura que te asaltarán y te triturarán como carne picada.

A esto añádele Trials, con unos efectos digitales acojonantes y que no hacen más que realzar el grado de potencia oscura de la banda, inflado por esas atmósferas pesadas, unas guitarras y batería que parecen una apisonadora de 100 metros, y unas voces distorsionadas hasta el infinito. Y tras el tema homónimo, Banishment (Undecaphosphoric) y Kathenotheism, nos brindan 10 minutos de puro ambiente opresor y agonizante, capaz de desquiciarte y hasta replantearte tu vida. Todo ello bajo un artwork acojonante de la mano de Alexander L. Brown, ilustrador neozelandés muy respetado y reclamado por las bandas más oscuras del género (para muestra, su blog: http://badnewsbrown.blogspot.com/ ) y con el impacto suficiente como para ser masterizado nada menos que por Colin Marston (Gorguts, Krallice, Dysrhythmia) ¿Qué más necesitas?

El ADN mitocondrial ha sido descodificado, y posee un gen maldito que ha ido pasando de generación en generación hasta manifestarse en Parasignosis, dispuesto a convertirse en uno de los mejores discos de Black/Death del año, y también a nivel general. Inféctate por el virus maléfico.



Puntuación: 10/10

miércoles, enero 26, 2011

Ulcerate - The Destroyers Of All (2011)

Y finalmente llegó a mis orejas, uno de los discos que más llevo esperando desde el año pasado que descubrí su anunciación. Ulcerate es posiblemente una de las bandas más raras en su género que jamás hayan surgido. Ya en su momento lo demostraron en 2009 con Everything Is Fire, con esa extraña fusión entre el Death Metal técnico y las atmósferas más sombrías jamás cosechadas del Post-Metal. Una fusión curiosa y bastante acertada que lleva el género hacia un nivel no alcanzado hasta ahora. Y es normal que ante semejante disco, las expectativas ante éste fueran altas. El resultado: misión cumplida, y con medalla de honor.

Desde uno de los países que menos se esperaría uno debido a su poca influencia y su poco movimiento notorio de su escena metalera como es Nueva Zelanda, Ulcerate factura un auténtico monstruo bípedo de 50 metros que amenaza con destruir toda una ciudad entera, merced a una técnica y un sonido oscuro como pocos, incluso mayor que el de su predecesor, que ya es decir mucho. A la ecuación entre técnica y ambiente se suma un sonido y una producción ennegrecida y apoteósica propia de unos Portal, algo en lo que estoy de acuerdo con mi compatriota Cthulhu, de la misma manera que coincido con esa semejanza tan increíble con Immolation en su sonido aplastante y destructor, ya veréis ya. Pero además de ello, lo principal (y básico en la banda) es su devoción por la técnica propia de bandas como Necrophagist y Obscura, de manera que no tendremos ni un minuto de descanso, sobre todo ante la presencia de ese pulpo a la batería que es Jamie Saint Merat y que tiene propuesto aplastar sin compasión tus sentidos a base de un continuo cambio de ritmo y técnica que te harán cambiarte de gayumbos.

Posiblemente esta producción y sonido tan envolventes sean el que identifique The Destroyers Of All de sus anteriores trabajos, amén de mayor uso de esa atmósfera tan extraña de la banda que se va adueñando del Death Metal complicado de estas bestias salvajes a medida que avanza el disco. Así lo demuestran The Hollow Idols y Omens, en donde hacen mayor hincapié en ese ambiente post-metalero pesado, como si la fuerza de la gravedad se hubiera multiplicado mil veces. Y ahí están, junto con el resto de temas como Burning Skies, Dead Oceans y Beneath, dispuestos a destruir nuestra conciencia y a hacernos adentrar en un auténtico caos que se contradice a sí mismo bajo una perfección y orden absolutas, sin que nos dé tiempo a asimilar las cosas y lo que sucede a nuestro alrededor.

Podría decir algo más, pero me es imposible, pues aún me estoy recomponiendo del shock que me ha dejado esta maravilla sonora. Algunos dudan de si supera o no a Everything Is Fire. Yo digo que convive en perfecta armonía con éste, aunque ello suponga que la Tierra estalle. Si ha de salir todos los aires por poner este monstruo como uno de los mejores del año, que así sea, ¡y aún no ha empezado Febrero!



Puntuación: 10/10

martes, enero 25, 2011

Hang The Bastard - Hellfire Reign (2010)

Bueno, siempre suele pasar que escuchas un disco del año pasado y que sientes la sensación de que podría haberse convertido en un miembro más que alistara en tu típico top de lo mejor del año anterior, y que te lamentas de que haya sido demasiado tarde. Pues, al final me ha llegado ese momento con este disco proveniente del anterior año, y que deja básicamente en paños menores a más de una banda, no sólo por la increíble y pasmosa joya en bruto ante la que nos encontramos, sino por su extraña mezcla. Me explico: estos chicos de Reino Unido presentan una alta devoción por el Doom tradicional y más oscuro, de ése que presenta un sonido gordo cual morsa en el desierto. Pero sin embargo, nos encontramos con que la banda presenta una enorme base asentada en el Hardcore. Entonces podríamos decir que es Sludge, ¿no? Pues no, ni sí, la respuesta es "sí... y no".

Hang The Bastard presenta ese sonido tan sucio y esos riffs tan fumetas propios del Sludge, pero sin embargo su sonido se fundamenta principalmente en el Hardcore, con algún que otro breakdown de paso de tortuga y con una potencia y pesadez en las guitarras y los riffs propios del Doom. La presencia del Hardcore es tan alta, que hace que se desvirtúen del Sludge como para clasificarlo únicamente de ello, aún teniendo en cuenta que dicho género surge de ambas ramas. Es como si a un átomo le indujeras tanta potencia de tensión que acabara separando sus electrones de su trayectoria, convirtiéndose en otra cosa... no sé si me explico.

Y aún a pesar de ello, la banda muestra ciertos toques rockeros propios de bandas como Turbonegro, por lo que no sería descabellado decir que son como una especia de Kvelertak versión Doom. Prueba de esas influencias tan de ir por los cañones del Colorado se puede apreciar en Snake Charmer, todo ello ante una voz completamente Hardcore emanada de las entrañas de Chris. Pero no nos engañemos, aquí lo que prima es esa simbiosis tan extraña de la banda entre el Hardcore y el Doom que se puede apreciar en temas como The Blackest Eyes, Genesis (los más propios de la escena de los mosh pit) o 1888, donde parece que estemos presenciando a unos Weedeater transformados en unos gorilas cabreados. Si bien la faceta más doomer se puede apreciar en temas como Earthmover o Goodbye Piccadilly (vaya título más cachondo), no se deja de apreciar la paleta de colores del Hardcore, y viceversa. Vamos, que mantienen un equilibrio entre tema y tema de la precisión de un profesional de la vela náutica.

Cañeros y raros a la misma vez (que no originales), con un extraña devoción por bandas pantanosas como Eyehategod, por decir un ejemplo. Hang The Bastard podría haber entrado tranquilamente en mi top de lo mejor del 2010 de no ser porque llega demasiado tarde a mis orejas. Parece que éste ha sido además de todo lo acontecido, el año de las bandas revelación. Y ésta, es una de ellas.



Puntuación: 10/10

lunes, enero 24, 2011

Times Of Grace - The Hymn Of A Broken Man (2011)

¿Recordáis a Killswitch Engage? Estoy seguro de que sí, no hay una sola persona en la faz de la tierra que se considere amante de estas frecuencias y que no haya escuchado nunca a esta banda. Estos chicos provenientes de Massachusetts y desde el grupo Aftershock fueron uno de los pistoletazos de Roadrunner Records cuando el Metalcore empezaba a tener pegada dentro del mundo. Con sus melodías, sus voces dulces combinadas con un groove pegadizo y potente, y temas fáciles de memorizar, este grupo era tema en múltiples conversaciones por aquel entonces... hasta que empezaron a caer en el olvido ante la llegada de otras bandas del género mucho más afianzadas al Hardcore y no tan mainstream como pueden suponer éstos.

Entre los miembros de la banda se encuentra Adam Dutkiewicz, uno de los padres fundadores y muy conocido por sus característicos riffs y punteos que se suele marcar a la guitarra, después de haber estado a la batería en la banda. En estos últimos años, la ambición de Adam era la de mover su sonido hacia una nueva perspectiva, y tras su ingreso en hospital en Reino Unido en 2007, empezó a trabajar para construir el esqueleto que conformaría posteriormente a su proyecto paralelo, Times Of Grace (¿posible nombre tomado del archi-conocido álbum de Neurosis? Tal vez). Después de tratar todos los instrumentos esenciales para el proyecto, Adam necesitaba una voz. ¿Y a quién recurre? Pues nada más y nada menos que al vocalista original de su banda que le lanzó a lo alto de la cima, Jesse Leach. Y tras varios años de retraso, finalmente ve la luz su creación: The Hymn Of A Broken Man.

Lanzado bajo RoadRunner Records, y producido por el propio Adam, nos encontramos ante la otra faceta de este hombre, en un disco mucho más maduro que todo lo que haya hecho anteriormente, con una faceta más seria que la que podría presentar Killswitch Engage. "Evolución" es la palabra que mejor define a este trabajo, donde Adam nos brinda un Metalcore que se sale bastante de los cánones típicos de su banda, un Metalcore lleno de varios matices y que ha medida que transcurre te irá atrapando con sus tentáculos para inyectarte su potente y mortal veneno. Comenzando la travesía con Strength In Numbers a bordo, nos daremos cuenta del notable cambio que presenta este proyecto en comparación con sus otras bandas. Eso sí, seguiremos disfrutando de los riffs y los punteos tan asombrosos que se suele sacar de la banda este hombre, uno de los únicos puntos que nos recordará a Killswitch Engage, pues ni siquiera Jesse Leach suena igual que hace más de 5 años cuando abandonó la banda ya mencionada, tanto para las voces melodiosas como para los momentos de auténtico desgarre.

Si algo le da mérito a The Hymn Of A Broken Man, el suficiente como para impresionarme incluso después de que Killswitch Engage ya casi los tenga en el baúl del olvido, aparte de su alejamiento de éste, es por la variedad que presenta el disco en cada tema, tanto en melodías, composición, como en influencias. Para empezar, encontraremos resquicios de bandas como Meshuggah en cuanto a potencia sonora, prueba de ello es Fight For Life. Otro punto es la presencia de elementos como el Metal Alternativo y de las sonoridades de bandas como Faith No More, además de un Metalcore mucho más acercado al de bandas más actuales, pero con un toque de regusto propio exquisito. Y no sólo eso, hasta podríamos hablar de elementos propios del Post-Rock. Pequeños trozos de éste podríamos encontrar en temas como Until The End Of Days, pero es a partir del interludio In The Arms Of Mercy donde mayor presencia de éste se manifiesta. Y si no es eso, te plantan un temazo de puro Folk Rock con un toque forastero que te abofeteará sin piedad por insolente como es The Forgotten One. Pero no creáis que porque se intente alejar de la estética musical de Killswitch Engage no vas a encontrar alguna referencia a éstos, como bien puede ser Live In Love, 100% de la casa. Y como postre final, Fall From Grace, con las mejores voces melódicas del disco a cargo de un Jesse Leach irreconocible.

Un disco que jamás me habría esperado, y menos aún de alguien a quien menos esperaba. Uno de esos discos que te hacen recordar ciertos momentos con alegría y nostalgia. Bah, me pongo ñoño, sólo digo que a pesar de las circunstancias, estamos ante un grandioso disco que no dejará indiferente a nadie, incluso al que se considere el más true del rancho. Y tranquilos, que Ulcerate tendrá que esperar, pero no por mucho tiempo.



Puntuación: 9'75/10

domingo, enero 23, 2011

Codes In The Clouds - As The Spirit Wanes (2011)

Un domingo más, una tarde más, para volver a refugiarse en el mundo propio de uno y escapar de toda realidad para sumergirse en los sueños y las ilusiones. Y un buen domingo con esta expectativa no es un buen domingo sin una buena dosis de Post-Rock, y para ello traigo bajo el brazo ilusiones y esperanzas de la mano de esta banda de Reino Unido, Codes In The Clouds, una banda que bien podría resultar la resurrección de las cosas que más amamos, pues su música gentil y noble te hará estar contento contigo mismo y con todo lo que te rodea.

As The Spirit Wanes es su nuevo trabajo, en el que seremos testigos de unos sonidos cristalinos y preciosistas que te cautivarán al instante, merced a un Post-Rock instrumental dulce y claro como el horizonte de una mañana cargada de belleza. Bien podría recordarnos a bandas como God Is An Astronaut en su última travesía, pero lo cierto es que estos chicos saben darle su propio toque aún sin sonar a algo que no se haya hecho ya anteriormente. En ello está sus sonidos atmosféricos que te harán viajar a lugares inhóspitos, deshabitados por el hombre y que se han visto envueltos por la naturaleza desde la creación del universo.

Así pues, nos encontraremos con bellas melodías que harían apaciguar hasta la bestia más enfurecida. Ya de entrada con Where Dirt Meets Water a la cabeza apreciaremos esto que os menciono, pero no solo eso, sino que presentan ciertos elementos que son raros de encontrar y apreciar en otra banda. Ejemplo de ello es los samples que suelen utilizar en alguna ocasión, y algún instrumento que se sale fuera de la tangente del género como puede ser algún pequeño saxofón que se puede percibir en contadas ocasiones.

Your Panopticon, The Tragedian, Washington... son un pequeño ejemplo de lo que nos espera este disco en donde, además de lo ya mencionado, también muestran algún momento de desgarro total en la línea de unos Envy pero con las desgarradores voces suprimidas al completo, como en Look Back, Look Up.

No hay cielo más azul y hermoso que el que pueda imaginarse uno escuchando a estos chicos, que apuntan maneras con su As The Spirit Wanes. No necesitas más argumentos, ni excusas, ni "pero" alguno, tan sólo dejarte llevar como si de corriente de río se tratara.



Puntuación: 8'5/10

sábado, enero 22, 2011

Disembowelment - Transcendence Into The Peripheral (1993)

Mientras 2011 aún se está realizando, es hora de abrir el baúl de los recuerdos, y extraer una de esas viejas glorias a las que los años no pasan por él, pues sigue entusiasmando como aquella primera vez que un servidor escuchó dicho disco. En una época en la que aún no se había consagrado el Funeral Doom Metal, y un año antes de que los Thergothon sentaran las bases de dicho género en 1994 con la llegada de su único disco Stream From The Heavens, existía una banda que causó gran impacto dentro del mundo del underground en el entorno de Doom Metal más cavernoso jamás creado. Hablo de Disembowelment, banda australiana que hizo temblar los cimientos y los pilares del género en pos de una saturación extrema de sonido y lentitud pasmosas jamás vistas antes.

Formados en 1989, esta banda tenía una idea muy clara de lo que querían hacer: sonar más tenebrosos que nadie. Y así lo consiguieron, con la llegada de su primer y único disco Transcendence Into The Peripheral, un disco que reboza de un sonido sepulcral jamás escuchado anteriormente, un Doom lento, angustioso y atrapante en mismas cantidades. En la casi hora de duración de este disco, seremos testigos de un sonido completamente cavernoso, con unas voces de ultratumba y unas atmósferas funerarias que servirían de completa inspiración para los finlandeses que darían forma a una masa creada previamente por Disembowelment.

Transcendence Into The Peripheral se podría decir que es una extensión del EP anteriormente lanzado por la banda, llamado Dusk, y que encierra tres de los mejores temas del Doom jamás creados: The Tree Of Life And Death, A Burial At Ornans y la increíble Cerulean Transience Of All My Imagined Shores con ese toque oriental y eclesiástico con el que comienza el tema. Estos 3 temas conforman la parte más ruda del disco, con un peso en las guitarras que retumbarán por todos los lados de tu casa y una batería que aplastará tus neuronas a base de unos ritmos de doble bombo que te dejarán en estado de shock. Pero no sólo de ritmos lentos y opresores vive la banda, pues también saben mostrar y alardear de unos riffs propios de la vieja escuela del Death Metal rápidos y destructores, pero con tal dosis de producción cavernosa que no extrañaría que los propios Incantation tomaran ejemplo de ellos, surgidos casi a la misma vez.

Aparte de ello, el resto del disco lo conforman temas que están más orientados a transmitir esa sensación de pesadumbres funeral con esos pasajes atmosféricos que te harán sentir estar pasando por un puente que salva un río lleno de almas en pena encadenadas en el dolor eterno. Así se puede notar en temas como Nightside Of Eden, que actúa a modo de interludio con una sensación fantasmagórica sin igual.

Un auténtico clásico que perdurará en la historia del Metal por los siglos de los siglos, y al que acudiremos cuando no sepamos qué hacer, como quien acude hacia aquel que le indicará hacia dónde tiene que ir. Desearía su retorno, pero sería pedir un milagro.



Puntuación: 10/10

viernes, enero 21, 2011

Helrunar - Sól (2011)

Pues sí, aún seguimos en el tramo del Black Metal, pero es que parece que en este año las bandas más prolíficas del género se han puesto las pilas para traernos sus nuevas obras labradas a fuego lento y golpe de herrero, esta vez, de la mano de esta banda alemana bastante aventajada en lo suyo. En una Alemania fría y oscura cual Edad de Hielo, vuelve a rugir una bestia dormida en las profundidades de la tierra para emerger y estallar todo ante su paso. Y su grito resuena a millas de su procedencia, llegando hasta nuestros oídos su llamada.

Helrunar nace en Münster en el más absoluto silencio, y como un gigante invisible, avanza a pasos enormes haciendo mucho ruido sin saber de dónde procede éste. Suyos son los trabajos Frostnacht y Baldr Ok Íss que muestran la calidad que desprende esta banda. Con su nuevo disco, Sól, tras más de 3 años sin dar noticias de su paradero, vuelven a ponerse al frente de la escena Black alemana con un disco que exhala azufre cual dragón furioso. Aferrados a la naturaleza y al paganismo que los envuelve, estos alemanes muestran un sonido altamente enriquecido donde el Black Metal se adorna de piezas ambientales y del Doom en una asombrosa muestra del buen hacer, y donde grupos como Watain, Gris o incluso My Dying Bride pasarán por nuestras mentes en cuando los escuchemos.

Sól, que está dividido en 2 CD's para más inri, carga con una gran cruz pagana la cual llevará encima durante todo el trayecto del disco, donde un Black ambiental, lento y opresor te introducirá en un largo camino hacia el propio entendimiento humano y posteriormente la libertad. Y vaya que si lo logra, pues la cantidad de variaciones, ritmos, texturas, riffs y pasajes que presenta dicho disco hará que vayamos sufriendo el peregrinaje que supone dicha obra. En el primer disco, Der Dorn Im Nebel, presenta un esquema totalmente pagano, y con una clara presencia del sonido funerario de los Watain en su presencia, como en Kollapsar o en la fantasmagórica y asombrosamente cautivadora Unter Dem Gletscher. En el segundo CD, Zweige Der Erinnerung, mayor presencia del Doom en los esquemas de la banda, y la sombra de My Dying Bride observando cómo transcurre éste, que se irá tornando cada vez más hacia la senda del anterior disco, y con pepinazos como Rattenkönig o el tema homónimo que termina con unas piezas melódicas capaces de dejarte petrificado como si hubieras mirado a la propia Medusa a los ojos.

Pero como con todo, hay un "pero", y es que el "Camino de Santiago" que supone Sól no es algo figurativo precisamente, puesto que estamos hablando de más de 1 hora y media de duración en el que, si no te percatas, puede acabar resultándole a uno monótono. Sin embargo, dejarte llevar por la música de esta banda hará que esa duración se te pase volando, y agradecerás haberlo hecho, más teniendo en cuenta que dicho trabajo ha sido producido por nada menos que Markus Stock, miembro de los resucitados Empyrium y también de The Vision Bleak.

El renacer de tus propias cenizas, el comienzo de una nueva era, el fin de un mundo y el comienzo de uno nuevo, el resurgir de la propia nada, la vuelta de una banda que conspira desde las sombras a favor de los que buscan la respuesta a todo y a nada a la vez.



Puntuación: 9/10

jueves, enero 20, 2011

Belphegor - Blood Magick Necromance (2011)

Tras unos días en los que he estado bastante liado, es hora de volver a mi humilde blog, y lo hago con pie fuerte con uno de los lanzamientos más esperados para este 2011. No creo que sea necesario hablar de Belphegor, pues todos conocemos hartamente a estos austriacos, toda una institución del Black/Death junto con bandas como Behemoth o los ya mencionados por estos lares God Dethroned. Conocidos mundialmente por su potencia sonora y sus conciertos demoledores, han ido labrándose poco a poco el mérito que tienen actualmente en merced a lo antes mencionado. Desde su primer disco The Last Supper hasta el día de hoy ha llovido bastante, lo suficiente como para saber por dónde van los tiros de esta banda liderada por Helmuth Lennart. Sin embargo, y a pos de esto, Belphegor ha sabido renovarse con cada lanzamiento que han realizado a medida que ha avanzado el tiempo, tanto a nivel de producción (con Nuclear Blast como elevadores de la banda) como a nivel compositivo y estructural.

Esto último ha sido realmente notable en sus últimos años, en donde pasaban de estructuras enrevesadas pero inmoladoras como sus dos bombardeos que suponen Goatreich - Fleshcult y Pestapokalypse VI hasta temas con más pegada en Bondage Goat Zombie y finalmente unas melodías jamás vistas en la banda con Walpurgis Rites - Hexenwahn. Sin embargo, este último disco mencionado no parecía aprovechar al completo dichas melodías, y sin dejar de ser un disco muy bien realizado, no llegaría a la altura de sus anteriores obras con un listón tan alto que ni siquiera se puede ver.

Sin embargo, con este Blood Magick Necromance, han aprendido de la experiencia, y esta vez han aprendido extraer la melodía de su anterior Walpurgis Rites - Hexenwahn y lo han sabido introducir a su sonido de identidad, consiguiendo un auténtico monstruo y proclamándose otra vez el derecho a ser una de las mejores bandas del género. Y es que la brutalidad de sus temas con unos riffs más enganchantes y unas melodías que confieren al disco de un aura funeral y de oscuridad supremas hacen que no sólo sea uno de los discos más personales de la banda, sino también uno de los más logrados que han sabido sacar. Con In Blood - Devour This Sanctity nos vamos afilando los dientes y relamiendo los labios, pero cuando llega Rise To Fall And Fall To Rise nuestra cabeza será decapitada y lanzada por los aires cual balón de rugby al instante, pues te sacudirá vilmente con sus riffs aplastantes como yunques de 100 toneladas.

Además de las melodías funerarias del disco, también recogen el sonido de sus anteriores discos, especialmente del Goatreich - Fleshcult y Pestapokalypse VI. No hay más que escuchar Discipline Through Punishment, una mezcla entre temas como Pest Teufel Apokalypse y Sexdictator Lucifer que te dejará desarmado e indefenso ante el sistema conformado por cuchillas afiladas y envenenadas que supone dicho tema. Y ni hablar de la entrada de uno de los temas más potentes jamás facturados por la banda, Impaled Upon The Tongue Of Sathan, que desprende fiereza y agonía a partes iguales y por los cuatro costados, y que recordará a muchos a la etapa de Gorgoroth con Gaahl.

Además, por si fuera poco, está regrabado por Peter Tägtgren (Hypocrisy, Pain, Bloodbath) y masterizado por Jonas Kjellgren, guitarrista de Scar Symmetry, manteniendo el sonido fiel de la banda, ¿qué más se puede pedir?

"Cómo seguir siendo grandes sin renegar de lo suyo y evolucionando junto con el tiempo", más o menos eso es lo que nos quiere transmitir Belphegor en su nuevo Blood Magick Necromance, y viendo lo que nos depara aún, ya preveo otro gran año suculento y lleno de bombazos, bombazos como éste que si te descuidas te reventarán el cráneo.



Puntuación: 9'75/10

domingo, enero 16, 2011

In Lingua Mortua - Salon Des Refusés (2010)

Y después de una noche demencial en el que me he dejado prácticamente todos los huesos del cuerpo pulverizados en el momento, es hora de retomar la cosa con un poco más de progresivo, pero esta vez llevado hacia terrenos mucho más sombríos, oscuros, propios del Black Metal. Y así lo hacemos con un disco la mar de curioso que había permanecido entre las sombras del año anterior, algo bastante extraño considerando la formación tan suculenta que presenta la banda, pues In Lingua Mortua cuenta nada menos que con Trondr Nefas (Urgehal, Beastcraft), Lars Fredrik (Angst Skvadron) y Marius Glenn Olaussen y Raymond Hakenrud (Ásmegin).

Ante semejante formación, uno sólo puede esperar una gran banda, y así es. Tras su disco debut Bellowing Sea - Racked By Tempest, traen su nuevo trabajo en donde el mejor Black Metal se baña en tintes del progresivo, sinfónico y Avant-Garde en una suerte de Diabolical Masquerade (proyecto de Anders Nyström de Katatonia) y los japoneses Sigh.

Tal y como si se tratara de la danza de La Muerte, Salon Des Refusés combina unos espectaculares y destructores riffs blackerosos con cánticos, piezas e instrumentos propios de una pequeña orquesta sinfónica de ultratumba. Con sólo escuchar Full Fathom Five uno se da cuenta de ello, y eso es sólo el principio, pues a medida que avanza el disco, irá cada vez haciéndose más y más grande hasta convertirse en un colosal monstruo que aplastará tus sentidos sin compasión.

Y no sólo se basa en riffs de doble bombo a velocidades desorbitadas, también dan juego a unas atmósferas propias de un castillo endemoniado. Prueba de ello es Catharsis, que nos reta a adentrarnos en una batalla sin igual de la que nadie posiblemente salga vivo, y que te dejará los huevos por corbata ante la genialidad del teclado y esas increíbles notas de guitarra que alzan el tema hasta el final, para a continuación dar paso a Like The Ocean, invitándonos a un baile infernal entre fantasmagóricas piezas musicales.

Por si fuera poco, el disco cuenta con innumerables colaboraciones que han conferido al disco de mayor espectacularidad. Entre los más conocidos se encuentra el omnipresente Kvarforth (Shining), además de otras figuras bastante conocidas como Thebon de Keep Of Kalessin, entre muchos otros. La cantidad de instrumento usados en este disco es soberbio, incluyendo hasta contrabajo en algunos temas, armónicas y demás, y todo esto bajo el reciente sello formado por Lars Fredrik, Termo Records.

Uno de esos disco que, si hubiera llegado a escuchar en su momento, habría entrado en el top 10 de lo mejor del 2010. Pero ya es bastante difícil descubrir y escuchar cosas nuevas e ingeniosas como para estar remodelando listas ya creadas. Adéntrate en las tinieblas y los pueblos malditos y abandonados en busca de leyendas que se hagan realidad.



Puntuación: 9'25/10

sábado, enero 15, 2011

Misery Signals - Controller (2008)

Evolucionar es algo que está en todo y en todos, directa o indirectamente. Está en todos los elementos que hay a nuestro alrededor, supeditado al tiempo. Con el paso de tiempo, todo cambia, y es algo que todos asumimos, unos más que otros, pero lo hacemos. En la música también existe dicha evolución, ya sea del tipo que sea. A lo largo de los años y las décadas, se ha ido consagrando el Rock y a mutar para dar paso a otros estilos generales como el Metal y el Hardcore, y éstos a su vez han encontrado la evolución en la fusión. Es de esta manera que llegamos hasta géneros actuales como el Metalcore. Y éste a su vez ha evolucionado. Mientras varias bandas optan por mantener los esquemas típicos del género, otras han sabido salir del capullo y convertirse en auténticas maravillas. Un ejemplo característico dentro de dicho género podría ser Between The Buried And Me, grupo harto conocido y que ha llevado el Metalcore hacia un nivel nuevo, distinto, al que nunca otro había llegado, bañando el estilo en el progresivo, en las composiciones arriesgadas, en los cambios inesperados.

Pero no han sido los únicos que han ido mutando hacia un nuevo concepto de Metalcore. Los aquí presentes también han aprendido a cambiar hacia nuevos aires y lograr escapar del darwinismo musical al que muchas bandas, tristemente, están condenadas. Originarios de Wisconsin (Estados Unidos), Misery Signals comienza como una banda de Metalcore más dentro de la escena. Aún cuando no se les daban nada mal el género, sabían que ése no era el camino que ellos deseaban, necesitaban transformarse. Poco a poco fueron logrando su cometido, con Mirrors empezaron a mostrar signos de una fuerte presencia del progresivo en todas sus facetas, pero llevado hacia su campo. Finalmente, en 2008 nos brindan con su último disco hasta la fecha, una auténtica obra perfecta de difícil entramado, pero estructurado con la misma precisión con la que se construye una pirámide de naipes. Controller adentra completamente a la banda en los derroteros del progresivo, pero sin dejar de lado su potentísimo sonido. Mucho más directos que los Between The Buried And Me, la banda vuelva a contar con nada menos que el recientemente nombrado Devin Townsend para su producción, con quien ya habían contado para su disco debut Of Malice And The Magnum Heart.

Se puede notar una cierta transición entre un tema y otro, de manera que están enlazados hasta el punto de que uno depende del otro. Controller comienza con mucha fuerza y técnica desprendida por delante, pero a medida que el disco avanza, nos vamos encontrando cada vez más con elementos progresivos y unos pasajes esotéricos a más no poder. La voz de Karl Schubach no puede ser más acertada para la banda tras la marcha de su anterior vocalista Jesse Zaraska, pues confiere a la música de Misery Signals un poder que con cualquier otro no se podría haber alcanzado. A medida que se desarrolla el disco, dichos pasajes van haciendo cada vez más acto de presencia. Ya en la arrasadora Labyrinthian podemos ser testigos de ello, pero cuando llegamos a Coma, nos dará la sensación de que todo lo anterior era mínimo, y eso teniendo en cuenta los 4 primeros y gordísimos temas que presentan el disco. Y no estamos más que a mitad de éste. A medida que se va prolongando, y en la segunda mitad, se irá manifestando cada vez más la presencia de las melodías y los sonidos esotéricos que confieren a Controller de ese toque de concentración profunda, sumado a los demoledores breakdowns que van preparando poco a poco. Y finalmente, llegamos al trío arrasador con el que cierra el disco, conformado por Ebb And Flow, Reset y la magnífica Homecoming, uno de los mejores temas del género que jamás habrás escuchado, mezclando rabia con melancolía a partes iguales y de una manera que te hará fregar el suelo gracias a tus babas soltadas.

"Evolución", ésa es la palabra que define a esta banda y la música que han ido cultivando en estos más de 8 años de existencia, pues evolucionar, es algo primordial para seguir hacia delante.



Puntuación: 9'5/10

jueves, enero 13, 2011

Wormfood - Posthume (2011)

Poco a poco, 2011 empieza a enseñar las entrañas de su interior para mostrarnos lo que hay dentro de su anatomía. Y entre todas las piezas que conforman el esqueleto de este año, nos encontramos ya con lo nuevo de una banda bastante peculiar dentro de lo suyo. Directamente de Francia, ya se ha hablado hasta la infinidad de que este país está cobrando mucha fuerza, no sólo en el aspecto de sacar bandas potentísimas, sino en lanzar otras bandas que presentan una propuesta bastante diferente a la habitual. Wormfood es un claro ejemplo de ello, y en donde su similitud con los noruegos Madder Mortem es más que notoria, practican una música cuyas proyecciones se adhieren a géneros muy distintos entre sí como el progresivo, el Death Metal y el Dark Metal.

Este nuevo Posthume no hace más que realzar este hecho, y tras su más que satisfactorio France, vuelven a la carga en búsqueda del reconocimiento que se merecen. Y parece que con este disco van a dar mucho de qué hablar, pues la personalidad, originalidad y ejecución conforman un perfecto equilibrio en esta obra con la que se muestra la banda. Podría decir que el mayor foco de inspiración de la banda está en los antes mencionados Madder Mortem, sus riffs y su estética musical es bastante parecida entre ambas, con un sonido potente, pero más acelerado en momentos, y donde el Death hace más acto de presencia en temas como Passage À Vide.

También habría que caber especial atención a la voz de "El Worm", el cual parece una suerte de Till Lindemann afrancesado bastante curioso. Y precisamente por este hecho quizás la banda consiga ese efecto hipnótico que te atrae más y más, pues el francés en este disco y su acento consiguen darle una espiritualidad a la banda distinta a la de otros grupos. A diferencia de los noruegos, Wormfood se apoya mucho más en el sonido oscuro, e incluso en elementos más propios del Avant-Garde que adornan la música de la banda. Lo que está bien claro es que uno no se aburrirá con estos chicos, y sólo hay que escuchar Les Noces Sans Retour, Vanité Des Amants y la fantasmagórica Salope para darse cuenta de ello, con bastante regusto gótico ambiental en medio gracias a un teclado bastante tétrico pero dulce a la misma vez.

Y, por supuesto, la progresión de los temas es la basa más fuerte del disco, pues cada tema encierra una sucesión de pasajes y ambientes que difícilmente podremos tener todos en cuenta, por lo que cada escucha supone un redescubrimiento de Posthume, siempre habrá algo de lo que no te percataste la anterior vez. Éste es también un dato muy a tener en cuenta en un disco como éste, pues eso es lo que hace que un trabajo perdure en las mentes de los oyentes por mucho tiempo.

Un disco que contiene diversos elementos que confieren a éste de un cuerpo propio, una muestra más de que los franceses no están dormidos, que siempre tienen afán de superarse a sí mismos. Y posiblemente Wormfood lo hayan logrado con Posthume, pues esto es algo que no está al alcance de cualquiera, la personificación de lo excelente.



Puntuación: 9'5/10

miércoles, enero 12, 2011

Legion Of The Damned - Descent Into Chaos (2011)

Sí, sí, sí, y mil veces SÍ, por fin puede uno disfrutar de la nueva muralla sonora de estos tíos. Que no os extrañe esta excitación, Legion Of The Damned es posiblemente una de las bandas que más aprecio del panorama actual del Death/Thrash Metal más bestiajo y cafre jamás creado. Y no es de extrañar, hablamos de una banda que se formó a partir de ex-miembros de los implacables Inhume, uno de los máximos exponentes del Death/Grind de los Países Bajos. Y como tal, dicha brutalidad sonora debía ser mantenida en una nueva mutación, y es así como nació esta banda en 2005, dejándonos bien claro de lo que eran capaces al año siguiente con su aplastante disco debut Malevolent Rapture, un disco cargado de la mala hostia, y un auténtico puñetazo en toda la cara. Al año siguiente, lanzarían su siguiente disco, Sons Of The Jackal, donde tuvieron un leve bajón para volver con más fuerzas con nada menos que 2 discos en el mismo año, Feel The Blade y Cult Of The Dead.

Y así, la banda da comienzo al año con su nuevo trabajo, Descent Into Chaos, donde dejan bien claro que se las suda lo que ocurra alrededor de ellos en el mundo, ellos seguirán haciendo lo que mejor se les dan hacer: crear auténticos himnos y temazos descoyunta-cuellos. Y vaya que si lo han conseguido. Este nuevo trabajo mantiene la línea de sus anteriores discos, es decir, velocidad y fuerza a partes iguales, en un sonido donde se muestra claramente su devoción por el sonido gordo de la última etapa de Kreator, Holy Moses y Sodom, para tener una idea clara. Ya a primeras te mandan a la luna de una patada en forma de tema, llamado Night Of The Sabbath, y que demuestran que en estos 6 años no han cambiado ni un ápice en su sonido.

Escuchar la potente voz de Maurice Swinkels, muy característica de la banda, junto con los destructivos riffs del disco, hacen que más de uno muestre una cara de satisfacción al ver que la banda nos sigue brindando lo mismo, algo que, pese a poder pecar de repetitivo, no es problema para estos monstruos. Y eso lo sabemos de sobras, y más, cuando suena a continuación War In My Blood y Shrapnel Rain, atentando contra nuestra salud a base de riffs que ejecutan como ganchos de profesional de boxeo, dejándote KO al instante. Pero no sólo saben ser rápidos como el rayo, también saben mostrar algún ramalazo tranquilo a lo Destruction como al comienzo de Lord Of The Flies, donde muestran un soplo de aire nuevo a la banda. Claro que esto es sólo un recuerdo que se te olvidará al instante al recibir la siguiente tanda de ataques.

Tan sencillo como eso, Legion Of The Damned no necesita añadir nuevos elementos a su fórmula matemática. Su ecuación es sencilla de resolver, pero efectiva a la hora de su uso, capaz de lanzarte por los aires cual explosión nuclear, pues básicamente eso es lo que definiría su música, una auténtica explosión en cadena. ¿Podrás sobrevivir a semejante holocausto?



Puntuación: 9/10

martes, enero 11, 2011

Horse The Band - A Natural Death (2007)

No hay nada como hablar de música con los colegas en clase. Hoy, hablaba con un colega que le encanta el Nintendocore acerca de dicho género, al menos el que está bien hecho, y entre algunas cosas que comentábamos de dicho estilo, era inevitable nombrar a Horse The Band. Tal ha sido la motivación que me ha generado el debate que llevábamos entre manos, que no he podido evitar el ponerme a esta gente nada más llegar a mi casa. No es la primera vez que nombro a estos chicos provenientes de California (Estados Unidos), Horse The Band es una de las primeras bandas que, a la locura característica del Hardcore, añadieron elementos propios de la consola de los japoneses por excelencia, ese sonido de 8-bit tan característico de aquellos tiempos. De esta manera, surge el Nintendocore.

Muchos consideran este género un estilo de música que no puede tomarse en serio. Y así es, pues el Nintendocore nunca pretendió ser serio. Eso es algo que uno se da cuenta, no sólo al escuchar los aplastantes riffs del Hardcore con el sonido bitero, sino por la actitud de las bandas, la música en sí y las letras. Horse The Band así lo ha demostrado siempre (ahí tenéis su EP Pizza, centrado en las pizzas y con un tema final tributo a Las Tortugas Ninjas, y cuyo formato físico se limitó a 550 copias aproximadamente que venían en una caja de pizza. Más bizarro, imposible). Sin embargo, y a pesar de la visión de la banda, los méritos que se le han concedido son justos, pues estamos hablando de un grupo que sabe muy bien plasmar el concepto de Nintendocore sin sonar tan patético.

Hacer lo que les salen de los huevos es algo que siempre se les ha dado bien, pero hacerlo de manera que quede perfecto es algo que saben hacer mucho más, y para constancia de ello, aquí está el que posiblemente sea el mejor trabajo de la banda: A Natural Death, un disco cargado de tantos elementos que incluso abruma. Y es que la capacidad de utilizar sonidos tan dispares como el 8-bit, voladores, mujeres llorando y demás para crear esas atmósferas tan exquisitas y a la vez alocadas, reforzadas con breakdowns aplastantes y destroza-cervicales, es algo que sólo ellos pueden realizar. Temas como Murder, Face Of Bear o New York City dejan claro la naturaleza de la banda, pero incluso dichos temas están entrelazados de una manera tan sutil y cuidada, que es imposible que el disco pueda vivir sin uno de los temas. Incluso los interludios, véase The Beach o Kangarooster Meadows, juegan un papel importante en el desarrollo del disco. Y por supuesto, a pesar de la madurez que presenta su sonido, el desenfado y el cachondeo priman en A Natural Death a su manera. Sex Raptor es la prueba de ello, con ese toque discotequero que le hace mérito.

Y como colofón y cumbre insignia del disco, tenemos entre los últimos temas I Think We Are Both Suffering From The Same Crushing Metaphy..., 7 minutos en donde los sonidos nintenderos cobran más fuerza y la banda muestra una maestría en transmitir fuerza y sentimiento a partes iguales que ninguna otra banda pueda haber mostrado jamás. Un tema increíble, de ésos que necesitas escuchar una y otra y otra vez hasta decir basta.

Un disco simplemente soberbio, y una banda que deja en pañales a muchas bandas que mostrarse serios y desprestigiar cualquier otra banda. Humildad y ganas de hacer algo fuera de los esquemas típicos del género es lo que tenemos ante nosotros. Además, ¿a quién no le dan ganas de jugar a los primeros Super Mario Bros con esta gente?



Puntuación: 9'75/10

lunes, enero 10, 2011

Devin Townsend - Ziltoid The Omniscient (2007)

Si hay alguien en este planeta quien se merezca todos mis respetos y alabanzas, ése es sin duda Devin Townsend. Miembro y líder de una de las bandas más gloriosas del Death/Thrash Metal más personal, original y potentes que se hayan creado jamás, Strapping Young Lad, este pequeño diablo ha demostrado ser una mente prodigiosa desde sus incursos en el Metal hasta la actualidad. Tras la disolución de la banda que lo dio a conocer, Devin decidió expandir sus conocimientos y su música a través de numerosos proyectos en solitario bajo su nombre, que han abarcado el progresivo, Industrial, Avant-Garde, Jazz, Rock... vamos, lo que le saliera de los cojones. Y precisamente por este don que posee ha demostrado durante toda su trayectoria una profesionalidad y una potencia formidables. No es de extrañar cuando tiene a sus espaldas un largo abanico de discos que podrían a pasar a formar parte de las mejores discografías jamás creadas, empezando por ese monstruo elaborado en un disco como es Infinity.

Pero de entre todos sus proyectos aventureros, y de entre todos los discos que ha facturado, posiblemente el que más atraiga de todos es éste que presento, uno de los más ambiciosos que haya creado jamás. Transformado en un disco completamente conceptual, en el que habla de la historia del alienígena Ziltoid, el cual llega al planeta Tierra exigiendo la última taza de café negro existente. Sin embargo, es decepcionado y emprende una batalla contra la Tierra intentando acabar con la humanidad. Tras saltar a la Nebulosa 9 y realizar una llamada a la 6ª Dimensión al Destructor de Planetas para pedirle la destrucción de la Tierra (lo cual le deniegan), decide hablar con el creador de todo para descubrir que no es más que un títere al que han manipulado... todo para acabar descubriendo que no era más que un sueño de un trabajador de cafetería.

Jodidamente friki, sí, pero nuestro querido Devin lo plasma en este disco dicha idea de una manera que sólo puedes acabar convirtiéndote en un esclavo más de este dios encarnado en un simple mortal, un mortal que ha llegado a un nivel inalcanzable. La manera de narrar dicha historia y de plasmarla y transmitirla es algo que a nuestro querido canadiense se le da pero que muy bien, y sabe cómo transmitir los momentos tensos y relajados en los riffs que va tejiendo cual viuda negra se tratara, esperando el momento para atacar. Y menudo ataque, y no el de Ziltoid precisamente. Demostrando la influencia que le ha dejado su anterior banda tras de sí, en este disco podemos encontrarnos incontables influencias de géneros como el Death, el Thrash, el Industrial y, sobre todo, progresivo, mucho progresivo, y Avant-Garde por todos los costados, recogidos en unos pasajes espaciales que meten en materia a uno, con esa guitarra potentísima y que va en un in crescendo imparable. ¿No me crees? Escucha By Your Command y opina.

Con Ziltoidia Attaxx!!! seremos testigos de algo que a muchos le dejarán la piel de gallina al escuchar dicho tema: la esencia 100% de Strapping Young Lad. Y es que el ataque de Ziltoid supone un soplo de aire fresco proveniente de dicha banda que catapultó a nuestro hombre, algo que creará nostalgia a más de uno. Ese potentísimo sonido, y un solo marcado por el carismático y cascarrabias extremo alienígena al grito de "¡Soy el guitarrista más grande que haya existido jamás! ¡Soy Ziltoid!", risas aseguradas. A continuación, Devin nos brinda la que posiblemente sea el mejor tema del disco: Solar Winds, donde las atmósferas son el plato fuerte y que demuestra que Devin no sólo sabe dejarse las cuerdas vocales, sino que también sabe endulzar sus temas, no sin ir engrandeciéndose dicho tema como si fuera un globo que se va hinchando poco a poco.

La historia continúa hasta que llegamos a Planet Smasher. Un tema donde se centra en la parte en la que hace acto de escena el destructor de planetas sólo puede suponer algo grande y bestia, algo gigantesco. Y así es el sonido en este tema, gigantesco, enorme, coloso, un auténtico titán que cubre una galaxia entera, con fuerte influencia del Death Metal. Sin embargo, tras la confesión del Creador en Omnisdimensional Creator, sólo queda la desorientación para Ziltoid, algo plasmado en Color Your World, otra aplastante y maravillosa canción donde nuevamente Devin nos da una bofetada por insolentes y nos sumerge en una auténtica transición, transición que se convierte en un túnel en el que todas las ideas se entremezclan en The Greys para terminar en Tall Latte con un trabajador siendo llamado la atención por su superior.

Oh, claro, no hay que olvidar una cosa: este disco ha sido creado usando para la batería programada el kit Drumkit From Hell para el programa Ezdrummer, kit realizado entre otros por el batería de Meshuggah, Tomas Haake, quienes posteriormente usarían dicho kit para la creación del enrevesado Catch Thirtythree, además de contar con la colaboración del propio Fredrik Thordendal de la banda y otro músicos que han incluido sus voces y notas.

Vamos, que sólo se puede catalogar este disco de una cosa: perfecto, tanto en la composición, como en la ejecución, como en su originalidad creativa e histórica, un disco tan grande como el propio universo, que no hace más que reafirmar mi admiración por este hombre, y al que espero ver algún día en esta vida o en otra. Pero eso sí... Devin... ¡déjate crecer el pelo, joder!, ¿qué has hecho con él?



Puntuación: 10/10 (Por no ponerle un infinito)