Bien es sabido que la banda ha tenido siempre una evolución constante, y que en ningún momento ha realizado el mismo trabajo. Comenzando por un equilibrio perfecto en The Ichneumon Method (And Less Welcome Techniques) de Black, Industrial y Dark Ambient, y pasando posteriormente a un disco que se adentraba más en los pasajes tenebrosos del Dark Ambient y más adelante a un disco conceptual, ahora con la llegada de Tenements (Of The Anointed Flesh) la cosa ha variado una vez más.
Para comenzar, la dirección de la banda se ha proyectado de manera que las influencias del Industrial y del Dark Ambient han pasado a un segundo plano, llegando incluso a ser casi inexistentes en gran parte del disco, para así centrarse más en las composiciones y los riffs. Y precisamente aquí es donde cambia radicalmente la banda, ya que lo primero que nos vendrá a la cabeza al escuchar por primera vez Tenements (Of The Anointed Flesh) es Blut Aus Nord. Porque sí, los ingleses han decidido esta vez centrarse más en la oscuridad que hacen claros y patentes a los franceses, pero mostrando sus propios elementos, como era de esperar. Las voces robóticas se han suprimido parcialmente, dando más hincapié a los esquemas típicos del Black Metal, es decir, screams de pura agonía y dolor y en el que incluso se atreven a introducir algún elemento épico como están habituados a hacer sus compatriotas Anaal Nathrakh actualmente. The Flesh Spiral es un buen ejemplo de ello.
Y llegados a un cierto punto en donde se ha dejado claro el viraje que ha sufrido la banda respecto a sus predecesores, a partir de The Changer, y como bien indica el título del tema, supone un cambio dentro del cambio, en donde el disco toma un nuevo rumbo mucho más ambiental y pasajero, y que va invadiendo cada vez más las últimas pistas hasta llegar a Ordained, donde adquiere una fuerza más propia del Doom Metal, y que, a base de riffs lentos, se abre camino en los casi 8 minutos que conforma el tema para cerrar con Awakening de la forma más espectacular que uno pueda esperar.
Se enciende la llama de la desesperación, y con ella arden las almas condenadas a la eternidad. Nada más escuches la sirena del pueblo, refúgiate, o no vivirás otro día más.
Puntuación: 9/10
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