martes, agosto 09, 2011

New Lows - Harvest Of The Carcass (2011)

Y seguimos en la senda del Hardcore para más inri, porque estoy seguro que todavía hay mucha materia prima que extraer de esta cantera en este año. Y así es, hoy me voy directamente al otro extremo para hablar sobre toda una sorpresa, delicia para mis oídos. Muchos ya sabrán cómo se las gastan en Estados Unidos con el Hardcore, especialmente en Boston, cuna de una de las mejores escenas del género, con bandas del calibre de Converge, Have Heart, Defeater y demás.

Pues bien, id sumando a la lista a éstos, pues vienen directamente a arrasar con todo a su paso de una manera bestial, en pos del mejor Hardcore metálico que se haya hecho jamás. Tras pequeños trabajos aquí y allá, New Lows dan el pistoletazo con Harvest Of The Carcass, entrando como un elefante en una cristalería en Deathwish, sello que acoge a grupos como The Carrier, Cold World, Ceremony y un sin fin de bandas alucinantes. Llegando a compartir cartel con grupos como los apocalípticos Nails, New Lows se alza con el relevo de Integrity, pues su sonido es 100% puramente clavado a los maestros de Ohio del Humanity Is The Devil en adelante, bien sea por su sonido destructivo y ultrasaturado capaz de mandar por los aires al más pintado, bien sea por la voz que se asemeja enormemente al de Dwid Hellion. Todos los ingredientes que contienen Integrity están recolectados dentro de esta banda, dispuestos a estallarte en la jeta cual mina de proximidad.

Así lo atestiguan temas como Anguish, la descerebrada Plaguegrounds o la mastodóntica The Pounding And The Hollering, dejando bien claro que aquí no existen salas de espera ni lugar para el descanso: Harvest Of The Carcass es a saco directo, tan directo que es posible que acabes con los brazos desmembrados de tantos molinillos que acabarás haciendo. Las guitarras y la batería están a un nivel que se ríen del umbral del dolor, mandándolo a paseo y haciendo lo que les dan la real gana con un sonido monstruoso, titánico, propio de un gorila cegado por la ira. El bajo tampoco se queda corto, desde luego, con un sonido casi tan gordo como el resto de instrumentos, y que se deja entrever con la ya mencionada Plaguegrounds al comienzo de éste, para dejar bien claro que aquí no hay lugar para los floripondios y las margaritas.

Tan violento que le parecerá demasiado hasta para el convicto más peligroso, tan demencial que necesitarás un tiempo muerto, tiempo muerto que no te concederán, solamente para reírse en tu cara y estamparte contra un muro sin contemplación alguna.



Puntuación: 9'25/10

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