Pero esto, esto que vengo a comentar hoy, es posiblemente la verdadera sorpresa del año en cuanto al Grindcore y todo lo que pueda parecerse a él, pues nos encontramos ante una jodida delicia al que no le falta nada para ser uno de los mejores discos del estilo en este año. Cloud Rat es una banda proveniente de Estados Unidos, surgida en 2009 y que viene dispuesta a llevarse todo por delante, secuestrarlo, y tirarlo por un acantilado para hacerse un nombre. Y es que desde que lanzaran en 2010 su debut homónimo uno se pregunta cómo es que uno tiene que caer de manera aleatoria para descubrir a estos chicos, pues para descubrirlos casi que hay que hacer por casualidad. Fever Dreams recoge sus mejores temas de Splits compartidos con otras bandas dentro del underground con el fin de compilar una auténtica bomba sonora que estallará en tu casa desde el instante en que le des al reproductor de turno.
Cloud Rat basa su sonido en el Grindcore más hardcorizado, casi en el Powerviolence, y con una serie de elementos que danzan entre bandas como Brutal Truth por presentar entrecruzadas composiciones en la que a veces da la sensación de estar escuchando dos temas a la misma vez, Magrudergrind por la bestialidad que le atesoran en el ámbito de bailar entre el Grind y el Powerviolence, sonando muy hardcoretas y a la vez muy cazurros (y por ser un trío compuesto de voz, guitarra y batería, dicho sea de paso), y lo último de Weekend Nachos por presentar algunos temas en donde se adentran en los medios-tempos con una oscuridad y a la vez un sentimiento pasmosos, rozando incluso el Sludge por momentos en temas como Deliverance In The Clouds o Caregiving To The Passive. Por hacer una comparación odiosa, es como si a Punch se le hincharan los huevos sobremanera y se volvieran unos auténticos berzerkers a los que no les importa morir tirándose hacia la batalla sin dudar ni un instante, en pos de una voz femenina que calza a la perfección con el caos total que supone Fever Dreams, rabiosa como un perro acorralado en una esquina. Temas como Clear demuestran el compendio que supone entre los arranques de puro Grindcore y la oscuridad que emanan de su interior, consiguiendo así un equilibrio perfecto entre la pura locura y la depresión total, dando como resultado final a un disco que más de uno desearía lanzar a día de hoy.
Un disco excelente, fiero y que sacia mi apetito y sed que llevo teniendo en estos días. Si vas a cruzar la carretera y ves que un camión pasa justo delante tuya a punto de arrollarte, probablemente ese camión se llame Fever Dreams.
Puntuación: 10/10
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