martes, junio 29, 2010

The Axis Of Perdition - The Ichneumon Method (And Less Welcome Techniques) (2003)

De pequeño, era un apasionado de los videojuegos. Me encantaban de mala manera, no había día en el que no estuviera disfrutando de mis consolas, a saber entre la Super Nintendo, más tarde Playstation, y luego la Gamecube, salvando las portátiles, es decir, Game Boy's y mi difunta PSP. Después, empecé a perderle el interés a éstos, aunque siempre que puedo/quiero, me escapo a mi mundo consolero. Y si hay un juego que siempre se me hacía imposible de pasar, ése era Silent Hill, y no por el hecho de que fuera difícil (tenía su dificultad en los puzzles, pero no era para tanto), sino porque era enfrentarme al juego más aterrador que me haya echado nunca en cara. Adiós a los Resident Evil's, Dino Crisis' y Parasite Eve's, todos con su terror a su manera. Silent Hill los superaba a todos por su atmósfera enfermiza y agobiante que respiraba. Recuerdo que sólo llegaba a alcanzar la escuela en su forma demoniaca, y estamos hablando del primer Silent Hill, que hoy en día no me supone ningún problema pasármelo, pero en su momento no podía pasar más del caguele que me daba. Y precisamente esa atmósfera, ese mundo, ese infierno que es Silent Hill, siempre me volvía a atraer y a jugarlo, y a día de hoy lo sigue haciendo.

Pues bien, hace casi un año, divagando entre Internet, descubrí esta banda que me resultó curiosa, no sólo por la música que realiza, sino porque sus letras, entre otras cosas, hablan acerca del mundo opresor que es Silent Hill. Atraído por la curiosidad, descubrí una banda oscura como el propio juego, enfermiza, opresora, abrumadora, terrorífica. Así es The Axis Of Perdition.

The Axis Of Perdition es una banda proveniente del Reino Unido, formado en 2001, contando en sus filas a gente como Dan Mullins (actual batería de My Dying Bride), Brooke Johnson (Void Of Silence) y miembros de Mine[thorn], y que actualmente mantiene su contrato con Code666 Records, sello en el que se encuentran grupos de la talla de Negura Bunget, Fen, Aborym o los ya disueltos Amesoeurs. Ahí es ná. Su propuesta es un Black Metal Industrial y con toques de Dark Ambient. The Ichneumon Method (And Less Welcome Techniques), es el primer disco que editaron en 2003, haciendo el título de éste alusión a la avispa Ichnumon, la cual paraliza a sus presas y le introduce los huevos en su cuerpo hasta que los huevos eclosionan y las larvas devoran a la presa desde su interior. Documentados ya vienen un buen rato. La razón por la que he elegido este disco y no los otros dos que ya tienen, es porque, aparte de ser el primero (nunca está mal comenzar desde el principio de una banda), me parece el más directo, cafre, enfermizo y posiblemente el más experimental de todos.

El disco comienza ya con mucha fuerza con A Ruined Nation Awakens, con un extracto de The Matrix a modo de intro, y que no tarda en pasar a una batería que suena como una gatling, y esa voz de Brooke que suena como un dios cibernético que te predice un apocalipsis inevitable. Las piezas del teclado ayudan a conseguir esa atmósfera futurista y opresora a partes iguales, hasta que el tema cierra con un extracto de Event Horizon. A éste le sucede To Walk The Corridors 0f Hell, que como bien reza el título nos da la sensación de estar recorriendo un corredor sombrío y oscuro mientras imágenes de destrucción se nos aparece por todos lados. Con unos riffs más blackers, y la voz de Brooke que cada vez se vuelve más futurista, nos va atrapando cada vez en su atmósfera, y ya empezamos a notar unos solos de guitarra que se hacen dueños del tema, para dar paso a unos gritos de rabia que nos congela la sangre al instante, terminando con un toque Dark Ambient que caracteriza a la banda, con unos sonidos terroríficos y psicológicos que entra en nuestra mente, nos paraliza y nos mantiene quietos en el lugar.

Nightmare Suspension repite la fórmula del anterior tema, si bien la voz se hace menos notoria y da paso a algunos pasajes terroríficos. My Time, My Reign, My Tyranny presenta unos riffs de guitarra mucho más marcados, y ya a partir de aquí la voz se ha transformado completamente en un monstruo cibernético que nos acosa durante el resto del disco con sus recitales apocalípticos

Unos recitales de Crouch End de Stephen King sirven a modo de interludio en Forms On The Other Side Of Silence mientras da la sensación de estar caminando por un puente oxidado, a través de la niebla, mientras algo aterrador nos acecha a través de ella. Y una vez terminado, damos paso a Reflections, mucho más lento que sus anteriores temas, con los ritmos y riffs más marcados, pero donde ya el miedo se nos ha apoderado del cuerpo y del alma y no podemos dar marcha atrás. Tenemos que seguir avanzando. Brooke Johnson nos sigue atormentando con su voz que cada vez resulta más terrorífica, con registros nuevos más graves.

Y es entonces cuando llega Born Under The Knife, Live In Pain (mi tema preferido del disco), y los fans incondicionales de Silent Hill esbozamos una sonrisa a la vez que se nos eriza el pelo al escuchar a Cheryl (la hija adoptiva de Harry Mason en el primer Silent Hill que vio la luz) decir las palabras "Daddy, help me. Daddy, where are you?", para acto seguido escuchar ese golpe de guitarra como si el propio mal se llevara a la niña. Un trabajo impecable en este tema, donde ya nos encontramos en un estado catatónico del que ya es demasiado tarde salir: la locura se ha apoderado de nosotros. Los ritmos cada vez se notan más marcados, sobre todo en la batería, que aún sonando como una máquina taladradora gigante que se abalanza contra uno, se muestra más relajada por momentos.

Y ya llegamos al final del trayecto. El disco cierra con Disturbance In The Perpetual Screen, que bien podría ser el tema para la batalla final del juego. De nuevo presenta un sonido más blacker, más sucio, en las guitarras. El tema se va entrecortando con momentos de pura locura y esquizofrenia propios del Dark Ambient más enrevesado. Sonido de almas torturadas es lo que uno notará a mitad del tema, que ha llegado ya a un punto en el que uno no sabe distinguir la ilusión de la realidad. Nos encontramos en el mismísimo Infierno. Y al final, nada, la nada más absoluta.

Un disco por y para enfermos, un disco que será la exquisitez de aquellos quienes buscan algo que los mantenga aferrados a algo, un disco que ser convertirá en tu peor pesadilla. Si te encanta los últimos Abigor, si disfrutas escuchando las voces de ultratumba de Abruptum, y si sobre todo adoras Silent Hill, éste es tu disco que te devolverá a la colina silenciosa.

Mierda, maldigo el día en que pasé de Sony a Nintendo...



Puntuación: 9'5/10

2 comentarios:

  1. Uf, muy rudos para el oido son estos señores. Tanto este álbum como el posterior Deleted Scenes From The Transition Hospital son notables ejercicios de demencia sonora. Lo que me ocurre es que esas bases ciber e industriales me saturan. Pero es algo que me pasa con todo el género. Aún así, siempre les he tenido en alta estima por lo pútrido y enfermizo de su propuesta. Eso sí, su último disco, Urfe, es para tirarlo en el Monte Del Destino. Muy currada la reseña!

    Un saludo!

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  2. Jajaja, el Urfe no lo he escuchado aún, pero algunos conocidos me han dicho que es más flojo que los anteriores, y que se pegan todo el disco soltando recitales. No estoy seguro, pero supongo que algún día tendré que enfrentarme a él. Tiempo al tiempo.

    Gracias por lo de la reseña, espero seguir mejorando en ello. ¡Un saludo!

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