viernes, enero 07, 2011

Sweet Cobra - Mercy (2010)

A veces la soledad puede ser más letal que la peor de las armas más destructivas. Devorándote por dentro como si de una marabunta de hormigas se tratara, puede convertir, mutar, transformar, a la persona más jovial, alegre y extrovertida en un auténtico retrato de la muerte. Puede crear un efecto completamente negativo en la persona que lo padece... o no. La soledad también puede suponer concentración, independencia, auto-determinación, el hecho de poder realizar lo que más deseas sin tener ninguna mirada encima tuya observándote. Ahora mismo, un servidor se haya completamente solo en su casa tras despertarse y comprobar que la familia no está. Y si hay algo que mejor venga para la soledad, es la música propia de un ambiente de auténtica rebeldía. Y con este descubrimiento, hallo la música ideal para hacerlo.

Pues Sweet Cobra es rebeldía, mala hostia... hacer lo que te dé la gana, vaya. No son nuevos en este mundo, llevan ya 8-9 años aproximadamente y 3 álbumes a sus espaldas antes de la llegada de su cuarto y nuevo disco Mercy. Y la propuesta de la banda es simple y sencilla: Sludge anclado en el Hardcore más rítmico, claro revelo de Kylesa, y que luego le pasarían a otras bandas que vendrían después como Black Tusk. Aún a pesar de ciertos contratiempos de la banda, como la muerte de su anterior guitarrista Matthew Allen Arluck fulminado por un cáncer, han sabido seguir manteniéndose en pie y hacer lo que más les gustan: tocar. Y este Mercy es el fruto de dicho esfuerzo y superación, un disco que, aunque no traiga nada nuevo bajo la sombra, sabe mantener las raíces del Sludge actual y mostrar ejemplo de ello.

Está claro que la banda no pretende hacer nada nuevo. Al contrario, buscan reafirmar su sonido y condensarlo en este Mercy, y así lo han logrado. Con temas como Sprague Dawley o la fulminante Matriarch demuestran que aún dentro del género saben marcar cierta personalidad, y que saben moverse entre dichos pasajes como si de una serpiente escurridiza se trataran, y es posible que ése sea el mérito que le atribuye al nombre de la banda. Pero quitando eso a un lado, en estos casi 40 minutos de metraje, nos encontraremos ante un disco bien pulido y con las ideas claras. Incluso, además de ello, presentan algún pequeño toque rockero, y se atreven a desacelerar, como puede ocurrir en Silvered, comenzando con una atmósfera muy gruesa, y finalmente pisan el acelerador a fondo. O sino, también tienes a Reinhold London, que en cierto modo se asemejan a los Bison B.C.

Directo y a la cara, sin miramientos, ni titubeos, ni dudas que puedan entorpecer, así es lo nuevo de estos estadounidenses directamente de Illinois, Chicago. Un disco entretenido y 100% disfrutable que hará de las tardes de soledad más amenas. En perfecta compañía de estos chicos estamos.



Puntuación: 8/10

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